La venta 'en primeur' del vino de Burdeos 2024 fracasa y agrava la crisis del modelo tradicional

Los productores solo logran vender una mínima parte de su cosecha pese a fuertes rebajas y el sector pide cambios urgentes

Lunes 07 de Julio de 2025

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Bordeaux en primeur campaign falters as sales slump and price cuts fail to revive market confidence

La campaña de venta en primeur del vino de Burdeos correspondiente al millésime 2024 ha terminado con resultados muy por debajo de las expectativas. Varios propietarios y comerciantes han calificado la situación como “catastrófica”. Muchos châteaux solo han conseguido vender entre un 10% y un 30% de su producción, incluso en los casos más favorables. Aunque el millésime 2024 no ha generado tanto interés como los anteriores, los vinos presentan un perfil más ligero y se adaptan a las tendencias actuales de consumo.

El sistema de venta en primeur, que durante décadas ha sido una estrategia comercial clave para Burdeos, ahora se percibe como un obstáculo. Tradicionalmente, los châteaux se encargan de la producción y la imagen de marca, mientras que los comerciantes gestionan la distribución y promoción de los vinos. Sin embargo, este modelo parece estar agotado. Los productores sufren el peso de unos costes elevados y una falta de adaptación al mercado, mientras que los comerciantes ya no disponen de liquidez suficiente para asumir grandes volúmenes ni para mantener la promoción de las marcas.

Algunos productores han intentado reactivar el interés con bajadas notables en los precios. Por ejemplo, Lafite-Rothschild redujo sus precios un 29%, Angélus un 31%, Domaine de Chevalier un 30%, Figeac un 36% y Pavie un 42%. A pesar de estos esfuerzos, la campaña no ha conseguido atraer ni a comerciantes ni a consumidores finales. Las incertidumbres económicas y políticas han influido en este resultado, pero el problema va más allá del atractivo del millésime.

En los últimos quince años, la imagen de Burdeos se ha visto afectada tanto en el plano medioambiental como económico. La fuerte variación en los precios y la falta de revalorización con el tiempo han alejado a muchos compradores habituales. El caso del millésime 2010 es ilustrativo: salió al mercado con precios altos y fue adquirido principalmente por compradores chinos adinerados, pero su valor actual en subastas no alcanza el precio inicial. Además, los millésimes 2019, 2020 y 2022 se encuentran ahora en el mercado a precios inferiores a los que tenían cuando salieron en primeur.

Burdeos ha centrado su comunicación en la capacidad de envejecimiento de sus vinos, olvidando informar que también pueden consumirse jóvenes. El sistema primeur se basa en comprar vinos para guardarlos y esperar que aumenten su valor con el tiempo. Sin embargo, los consumidores actuales prefieren disfrutar del vino sin esperar años y buscan una relación calidad-precio inmediata. Por su parte, importadores y distribuidores ya no quieren almacenar vinos cuyo precio es superior al de hace cinco años.

No ha habido una respuesta colectiva por parte del sector bordelés ante esta situación. Cada productor ha actuado por separado sin tener en cuenta las señales del mercado. Los comerciantes históricos que contribuyeron a la reputación internacional del vino bordelés tampoco han sabido adaptarse a las nuevas circunstancias.

Otro problema importante es el volumen de existencias acumuladas en diferentes mercados. Se desconoce cuántos millones de botellas de los millésimes recientes siguen almacenadas sin vender ni consumir. Un análisis detallado ayudaría a conocer mejor la situación real del mercado. En muchos países hay bodegas llenas de vinos adquiridos a precios elevados que aún no han encontrado comprador.

Para que el sistema primeur funcione correctamente es necesario que toda la cadena comercial sea fluida. Las oscilaciones constantes en los precios y la insistencia anual en presentar cada millésime como excepcional han dañado la credibilidad del sector. Durante décadas, las propiedades vendían toda su cosecha poco después de la vendimia sin preocuparse por lo que ocurría después con sus botellas.

El modelo actual depende demasiado de una venta rápida tras la vendimia y delega toda la labor comercial en los intermediarios. Cuando el interés decae o surgen problemas económicos, como ocurre desde hace dos campañas, el sistema muestra todas sus debilidades. Las propiedades no pueden cambiar rápidamente su modelo porque carecen de equipos comerciales propios y sus existencias están en manos ajenas.

En situaciones anteriores, como tras la crisis financiera mundial de 2008, Burdeos supo reaccionar colectivamente con bajadas coordinadas de precios que permitieron reactivar las ventas incluso de millésimes menos atractivos. Sin embargo, este año no se ha producido una respuesta conjunta similar.

La campaña primeur 2024 pone sobre la mesa las dificultades estructurales del modelo bordelés y plantea dudas sobre su viabilidad futura si no se producen cambios profundos tanto en la estrategia comercial como en la relación entre productores y comerciantes.

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