Por qué no deberías pagar menos de 5€ por una botella de vino

La opinión de Luis, consumidor de vinos, sobre los vinos baratos

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Martes 22 de Abril de 2025

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Pagar menos de cinco euros por una botella de vino en España puede parecer una buena opción si se busca simplemente algo barato, pero hay varios motivos por los que ese precio tan bajo debería hacerte pensar. Recuerda el dicho, lo barato sale caro.

Si te gusta el vino y quieres beber algo decente, vale la pena pensárselo dos veces antes de comprar una botella que cueste menos de cinco euros. No es que todo lo barato sea malo, pero en el vino, como en casi todo, lo muy barato suele tener truco.

El vino no se hace por arte de magia. Las bodegas son empresas, todas. Hacer vino cuesta dinero, y hacerlo bien cuesta más. Hay que pagar la uva o bien si se tienen viñedos propios mantener las viñas mes a mes, recoger la uva a mano muchas veces, trabajar mucho en la bodega, usar maquinaria y un largo etcétera.

A todo ello súmale los materiales, el embotellado, el transporte, los impuestos, los distribuidores y lo que se lleva la tienda o el supermercado. ¿Cómo crees que es posible pagar todo esto con cinco euros?

Si una botella vale menos de cinco euros, es probable que se haya recortado por algún lado. Y ese "algún lado" muchas veces es la calidad.

Cuando te encuentras ante un vino de cinco euros o menos, para que salgan las cuentas, la mayoría de los vinos en ese precio vienen de producciones gigantescas, de bodegas industriales grandes que producen mucho volumen, donde lo importante es sacar muchas botellas al menor coste posible. Las uvas no siempre se recogen en el mejor momento ni de la mejor forma, y el vino suele pasar por procesos que tapan defectos con aditivos o correcciones técnicas. El resultado es un vino estandarizado, un vino plano, sin alma, que no dice mucho, que lo bebes por beber y que al día siguiente puede dar más de un dolor de cabeza.

Por un poco más, puedes encontrar vinos hechos con más cariño, de bodegas pequeñas, de gente que cuida lo que hace y que busca ofrecer algo con personalidad. No hace falta irse a los 20 euros para notar la diferencia. A partir de 7 u 8 euros ya entras en una gama donde se nota el trabajo bien hecho y el respeto por el vino. Y si te lo puedes permitir (que seguro que sí, si evalúas bien tus prioridades), a partir de 10 euros ya encontrarás grandes vinos.

Piénsalo, si vas a abrir una botella, que al menos te aporte algo. No hace falta gastarse una fortuna, pero sí evitar lo que es demasiado barato para ser bueno. Porque al final, cuando bebes vino, también estás bebiendo el trabajo de mucha gente.

Por último, dejar claro que esta es mi opinión personal, la opinión de Luis, un mero consumidor de vinos, y que no trabajo en ninguna bodega ni empresa del sector.

Un artículo de Luis Pablo
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