Producción de uva cae un 18% en Bizkaiko Txakolina

La DO apuesta por prácticas sostenibles para adaptarse al cambio climático

Jueves 28 de Noviembre de 2024

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La vendimia 2024 en la Denominación de Origen Bizkaiko Txakolina se ha cerrado con un balance preocupante en términos de producción. Los datos oficiales reflejan una cosecha de 1.815.000 kilos de uva, cifra que representa un descenso del 18% respecto a la campaña anterior y un 31% menos que el rendimiento histórico promedio por hectárea. Estas cifras, las más bajas registradas por la Denominación en su historia, ponen de manifiesto las dificultades que ha soportado el sector en un año marcado por condiciones climáticas adversas.

El ciclo vegetativo ha sido especialmente complejo, con episodios de heladas, lluvias intensas y una notable falta de horas de sol durante la maduración de la uva. Estos factores han reducido drásticamente la productividad de las viñas. Sin embargo, la experiencia y la profesionalización de las viticultoras y viticultores han sido determinantes para asegurar que las uvas recolectadas llegaran a las bodegas en buenas condiciones sanitarias, lo que permite augurar vinos de alta calidad a pesar de las dificultades.

El director técnico de Bizkaiko Txakolina, Iñaki Suárez, señaló que, aunque está siendo un momento muy complicado, la calidad de los mostos es excelente. Destacó que los vinos de esta cosecha tendrán características únicas, con una frescura notable, una buena acidez y un perfil claramente atlántico que refuerza la identidad de la Denominación de Origen.

En el ámbito productivo, Bizkaiko Txakolina cuenta actualmente con 435 hectáreas en cultivo, trabajadas por 172 viticultores y gestionadas por 36 bodegas. A pesar del crecimiento en profesionalización e inversión en las últimas décadas, el sector sufre una importante presión para mantener su sostenibilidad económica ante la caída de la producción. Desde su reconocimiento oficial en 1994, la Denominación de Origen ha experimentado una evolución constante, logrando consolidar un vino de identidad definida, pero el cambio climático y los eventos extremos están planteando nuevos escenarios.

En el plano enológico, las bodegas continúan explorando nuevas tendencias para diversificar su oferta. Además de los vinos jóvenes, el sector apuesta por elaboraciones que incluyan crianza sobre lías o fermentaciones en barrica, técnicas que aportan mayor complejidad y potencian el carácter distintivo de los txakolis vizcaínos. Este enfoque refleja la consciencia sobre el potencial de guarda de estos vinos, que no solo ganan en calidad, sino que amplían sus posibilidades comerciales en el mercado.

Desde el año pasado, Bizkaiko Txakolina colabora con la Diputación Foral de Bizkaia en un ambicioso proyecto de reconversión medioambiental. Esta iniciativa busca adaptar los viñedos al cambio climático mediante prácticas sostenibles, garantizando la viabilidad del sector a largo plazo. Entre las estrategias están la optimización en el uso de recursos y la implementación de técnicas de cultivo que reduzcan el impacto ambiental.

Si bien la reducción en la producción genera incertidumbre tras esta vendimia 2024, el compromiso con la calidad, la innovación y la sostenibilidad demuestran la capacidad de las bodegas vizcaínas para adaptarse en un momento de cambios. En sus treinta años de trayectoria, la Denominación de Origen Bizkaiko Txakolina ha logrado consolidar un producto con identidad propia, y este año, aunque marcado por adversidades, pone de relieve la fortaleza del sector para seguir avanzando.

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