El Loira Central lucha contra la adversidad

La calidad de los blancos destaca en un año de adversidades para los viticultores del Loira Central

Martes 26 de Noviembre de 2024

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Château de Saumur en el Valle del Loira

La añada 2024 ha sido una de las más complicadas en la memoria reciente para los viticultores del Valle del Loira Central, una región reconocida por sus vinos blancos. Aunque el año 2022 se celebró como uno de los mejores de las últimas tres décadas, el 2024 ha traído consigo un panorama menos jubiloso, pero con resultados que sorprenden en calidad, especialmente en los blancos.

Las condiciones climáticas irregulares marcaron el desarrollo de esta cosecha, con heladas tardías, granizo y un volumen de lluvias sin precedentes que casi duplicó el promedio habitual. Estos factores han puesto a los productores bajo una presión constante para mantener la sanidad de las vides y la calidad de la fruta. Según François Dal, del organismo asesor técnico SICAVAC, el año representó "uno de los mayores retos de las últimas décadas".

La temporada comenzó con heladas primaverales que afectaron gravemente a varias zonas del viñedo, seguidas de tormentas de granizo que incrementaron los daños. Las lluvias continuas facilitaron la aparición de enfermedades como el mildiu, que afectó tanto al follaje como a los racimos, dejando huella en la producción.

A diferencia de los últimos años marcados por sequías, las condiciones de 2024 exigieron una atención constante y decisiones rápidas. Menetou-Salon y Pouilly-Fumé se contaron entre las denominaciones más perjudicadas, con importantes pérdidas causadas por el mildiu y rendimientos históricamente bajos. Dal señaló que, aunque algunas zonas experimentaron daños más graves, el balance general es algo mejor que en la desastrosa añada de 2021.

Las bajas temperaturas y las lluvias retrasaron la maduración de las uvas, empujando la vendimia hacia finales de septiembre y prolongándose hasta bien entrado octubre. Esto llevó a una cosecha escalonada, ya que las diferencias en la maduración entre parcelas obligaron a los viticultores a seleccionar cuidadosamente el momento adecuado para cada lote. Este enfoque, aunque efectivo, resultó en una cosecha reducida en términos de volumen, variando según las prácticas agrícolas y la ubicación de los viñedos.

A pesar de las adversidades, los vinos blancos han sido la excepción positiva de este complicado año. Las condiciones más frescas favorecieron el desarrollo de perfiles aromáticos equilibrados, con buena acidez y frescura. Según Dal, "la calidad de los blancos es una sorpresa gratificante en un año tan exigente".

Aunque la producción total sea limitada, esta añada ofrece una oportunidad para que los consumidores descubran vinos que reflejan la resiliencia de los productores y la capacidad de adaptación frente a condiciones extremas. Para el Loira Central, el 2024 se consolida como un testimonio del compromiso de sus viticultores con la excelencia, incluso en circunstancias adversas.

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