2024, el año clave para el vino sin alcohol

Tendencias de consumo y regulación en el sector vitivinícola

Roberto Beiro

Martes 09 de Enero de 2024

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El 2024 se perfila como un año clave para el sector vitivinícola, especialmente en lo que respecta a los vinos desalcoholizados. Este fenómeno, cobrando impulso en el marco de iniciativas como el "Dry January" y otras motivaciones de índole dietético, saludable y religioso, plantea interrogantes fundamentales tanto para consumidores como para productores.

Al abordar la esencia del vino desalcoholizado, emerge un debate que divide opiniones. Para sus detractores, este producto se desvía de la naturaleza tradicional del vino, mientras que sus defensores ven en él una oportunidad de innovación, negocio y expansión de mercado. Según la normativa vigente, se reconocen diversas categorías de vinos susceptibles de desalcoholización, ya sea de manera total o parcial, dependiendo del contenido alcohólico resultante.

La regulación, un aspecto fundamental en este sector, se encuentra en constante evolución. La Unión Europea, a través del Reglamento UE 2021/2117, ha sentado las bases para la producción y comercialización de estos vinos, tanto totalmente como parcialmente desalcoholizados. En efecto, desde el ámbito legislativo es legal hablar de vinos sin alcohol, tal y como recoge la nueva Política Agrícola Común de la Unión Europea, publicada el 6 de diciembre de 2021, a iniciativa de la OIV. No obstante, existen discrepancias entre las normativas nacionales y las directrices europeas, particularmente en países con una fuerte tradición vitivinícola. Estas diferencias regulativas presentan retos significativos, especialmente en lo que respecta a la producción y manejo de sustancias dentro de las bodegas.

En cuanto a los métodos de producción, la UE ha autorizado procesos como la evaporación, técnicas de membrana y la destilación. Estos métodos deben garantizar que el producto final no sufra detrimento en sus cualidades organolépticas. Cabe destacar que, actualmente, la producción de vino biológico dealcolizado no está permitida, aunque la Unión Europea está revisando esta situación.

Y es que los que mandan son los consumidores, ya que no estaríamos hablando de vinos sin alcohol si los patrones de consumo no indicasen un cambio en las preferencias a nivel mundial. Estudios recientes muestran una tendencia a la disminución en el consumo de alcohol, especialmente en países con una larga historia de consumo de vino. Esta disminución se observa en distintas franjas de la población, incluyendo jóvenes y personas mayores, así como en aquellos que por razones de salud o personales eligen evitar el alcohol. El vino desalcoholizado se presenta como una alternativa atractiva para estos grupos.

Desde una perspectiva de mercado, el sector de los vinos desalcoholizados muestra un potencial de crecimiento notable. En 2021, el mercado global de la desalcoholización alcanzó los 7,5 mil millones de euros, con los vinos parcialmente o totalmente desalcoholizados representando una porción significativa de este valor. Se proyecta que este mercado continúe su expansión, impulsado por la creciente demanda de alternativas sin alcohol.

El año 2024 se presenta como un momento decisivo para la industria del vino desalcoholizado. A pesar de los desafíos regulatorios y de producción, la creciente demanda y las tendencias de consumo apuntan a un futuro prometedor para este segmento del mercado vitivinícola.

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