Viñedos históricos de Jerez amenazados por la instalación de molinos eólicos

El paisaje del Marco de Jerez en peligro por la proliferación de aerogeneradores

Úrsula Marcos

Miércoles 15 de Marzo de 2023

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La lucha entre la industria del vino y la proliferación de plantas de producción de energías renovables en las zonas rurales está llegando a un punto crítico en Andalucía. En el pago de Macharnudo, al noroeste de Jerez de la Frontera (Cádiz), se han cultivado viñedos desde el siglo XII. Sin embargo, recientemente, se han construido cinco aerogeneradores que rompen el paisaje histórico de la zona.

El presidente de la Denominación de Origen del Marco de Jerez, César Saldaña, ha declarado que esta acción es "un atentado al paisaje" y contraviene la normativa municipal. Los molinos aún no están funcionando, pero ya han causado perjuicios a la economía de la zona, como la cancelación de un proyecto de enoturismo que habría generado empleos y actividad económica en la zona.

Jerez ha sido el objetivo de seis proyectos de plantas de energías renovables en los últimos años. El Ayuntamiento de Jerez se encuentra en una posición difícil, ya que si los proyectos tienen autorización de Industria, son viables urbanísticamente y tienen autorización ambiental, el Ayuntamiento debe conceder la licencia de obras. La concejala del gobierno municipal que preside la socialista Mamen Sánchez ha señalado que lo contrario sería prevaricar.

El caso de Macharnudo no es único en Andalucía. La plataforma de 93 municipios que presentó una iniciativa legislativa municipal en el Parlamento andaluz hace poco más de un mes para pedir la declaración de una moratoria en la implantación de nuevas plantas de energías renovables y una planificación futura de los proyectos ordenada ha encontrado la oposición del Partido Popular. Sin embargo, la plataforma no se da por vencida. Su portavoz, Modesto González, que es también alcalde de Coria del Río, en Sevilla, se reunirá con el consejero de Política Industrial de la Junta, Jorge Paradela, para repetir los argumentos que presentó en el atril de la Cámara autonómica a principios de febrero.

González denuncia cómo los fondos de inversión se encuentran detrás de estas plantas y cómo se dividen en proyectos de menos de 50 megavatios para que la autorización quede en manos de la Administración autonómica y no de los ayuntamientos. La plataforma también ha pedido que se realicen estudios de impacto ambiental y paisajístico, se informe a la población y se garantice la protección de los derechos de propiedad. Además, ha propuesto una planificación energética sostenible, que tenga en cuenta la conservación del paisaje y la protección del patrimonio cultural.

La lucha entre la industria del vino y la energía renovable se produce en un momento en que la región de Andalucía está tratando de alcanzar una meta de energía renovable del 70% para 2030. La energía eólica y solar son una parte importante de esta estrategia. Sin embargo, la forma en que se están llevando a cabo algunos proyectos ha generado una gran controversia en las zonas rurales. En algunos casos, los proyectos han sido diseñados sin tener en cuenta los intereses de los residentes locales o el impacto en el medio ambiente y el patrimonio cultural de la zona.

La situación es especialmente compleja en Andalucía, ya que la región es conocida por sus ricos recursos naturales y culturales, que incluyen sus viñedos y su patrimonio histórico y artístico. Además, la industria del vino es una de las principales fuentes de empleo y riqueza en la región. Por lo tanto, la proliferación de plantas de energías renovables en zonas rurales como Jerez y sus alrededores puede tener consecuencias económicas y sociales significativas.

A pesar de la oposición de algunos sectores, es importante destacar que las energías renovables son cruciales para la transición hacia una economía más sostenible y menos dependiente de los combustibles fósiles. Además, los proyectos de energía renovable también pueden generar empleo y actividad económica en las zonas rurales.

Sin embargo, para que la transición energética sea justa y equitativa, es fundamental que se tomen en cuenta los intereses de todas las partes involucradas, incluidos los residentes locales y las industrias locales como la del vino. Además, es importante que se realicen estudios de impacto ambiental y paisajístico adecuados, y que se lleve a cabo una planificación energética sostenible y ordenada.

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