José Peñín
Viernes 03 de Diciembre de 2021
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Estas fechas navideñas se prestan al desmadre consumista. El producto que más define la Navidad es el cava y champagne. Unos, los pocos, buscan calidad para beber con la duda entre estos dos orígenes; otros, la mayoría, buscan precio para brindar con sidra o cava de boda barata.
Para este ultimo grupo, nada puedo añadir cuando se impone la liturgia del taponazo sobre el hedonismo de los que buscan el placer de la burbuja, los misteriosos matices del envejecimiento con lías y la fresca elegancia desengrasante ya sea cava, los refinados de Corpinnat y Classic Penedés.
La extraordinaria mejora que han experimentado las burbujas españolas en los últimos 15 años ha sido de tal magnitud, que a la hora de comparar un buen cava con un buen champagne la elección no es tan sencilla. A partir de 50 euros la botella las diferencias en calidad entre un champagne y un cava (con este nombre incluyo los de Corpinnat y Classic Penedés) van disminuyendo. Si nos vamos a botellas con precios de tres cifras las diferencias apenas se perciben. Esto es debido a que estos vinos son de crianzas más largas y por lo tanto con los rasgos terciarios más evidentes y comunes: frutos secos y flores marchitas que se producen en la botella por la interacción de las lías muertas depositadas en su fondo durante tanto tiempo sin perder de vista que las levaduras que se emplean en bastantes casos son las mismas en estos dos orígenes.
La primera advertencia es evitar comprar champagnes a precios inferiores a los 25 € la botella. Precios cuya calidad equivalen a los cavas de 4-6 euros. El francés por su acidez (parece que con el cambio climático se va moderando) que queda marcada en la boca con discreta expresión y el español por su mayor presencia de la fruta y menor precisión terciaria. Salvo rarísimas excepciones prefiero un espumoso nacional del precio citado a un champagne barato.
Así pues, os voy a recomendar algunos de mis champagnes y cavas preferidos de alto copete equivalentes en calidad, pero sin pasarme de 30 € para el cava y 50€ el champagne. He elegido los mejores con los precios más bajos y también más fáciles de localizar en la barra de Google.
Los cavas que he elegido se hallan entre las puntuaciones más elevadas de la Guía Peñin a partir de los 93 puntos, con todo el crédito que otorga el equipo el haber catado en este año más de 588 espumosos entre cavas, Corpinnat y Classic Penedés. Un récord en España.
Recaredo es un cheque al portador. Un clásico donde los haya, pero sin perder de vista la médula de los champagnes. Elegante, burbuja refinada, recuerdos marchitos. Es el precio mínimo que puede ofrecer la bodega para tanta complejidad.
El nombre de Torelló huele a cava como concepto. La frescura permanente y lo refinado por la crianza están perfectamente ensamblados.
El aroma y sabor evoca ligeras notas de hierbas de tocador (lavanda y menta) con leves matices marchitos de la crianza de finas lías que se percibe por la vía retronasal.
Gramona es mi bodega preferida sobre todo en los cavas de 10 o mas años de crianza. Vinos superiores a 50 € que no incluyo obviamente en esta lista. Gramona Imperial es un reflejo asequible de la maestría de esta casa al conjuntar finura, lías finas reducidas y una burbuja acariciante.
Una virguería de Fernando Angulo de Alba Viticultores inspirado en lo orgánico del Jura hecho con la palomino en Sanlucar de Barrameda. Soy poco dado a ensalzar espumosos fuera de Cataluña, pero esto es una excepción. La sensación neutra de la palomino es un plus para el desarrollo de lo terciario de las levaduras.
Es difícil lograr un buen precio para un champagne desde la óptica de los precios de lo que se produce en España. Con la misma calidad que los cavas citados más arriba tienen un precio superior a un 80 por ciento.
He aquí por orden de preferencia de los que más me gustan. Bien entendido que estos precios son los mínimos recomendables para sentir toda la amplitud de un buen champagne.
Es mi bodega preferida. Este Special es el más asequible para un presupuesto limitado. Los de más arriba de ciento y pico la botella son insuperables.
Pertenece al gran grupo francés Laurent Perrier y Salón y eso ya es una garantía. Es fluido, fresco, con alguna evocación marchita de lías y frutos secos, la elegancia de su burbuja pequeña y acariciante y buen balance acidez-dulzor
Un champagne con peso y volumen sin restarle elegancia y complejidad. Tiene 13º que con la acidez y la frescura de su burbuja la graduación se asimila con fluidez.
Los 9 años en botella no le han restado un ápice de frescor, entrando casi de puntillas la elegancia que aporta la crianza con sus lías finas. Toques de brioche, hierbas secas y algo de fruta blanca.
La ligereza que es igual a elegancia y las sutiles notas florales que aporta la chardonnay, enriquece la sobriedad de la pinot. El resto es una burbuja fina y persistente, además de ligeros toques brioche de las lías finas reducidas en la botella.
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