Qué ocurre si mezclas diferentes tipos de alcohol

La moderación es fundamental para disfrutar de las bebidas alcohólicas. Mezclar diferentes tipos de alcohol puede tener consecuencias indeseadas, o...

Vilma Delgado

Martes 23 de Marzo de 2021

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La moderación es fundamental para disfrutar de las bebidas alcohólicas. Mezclar diferentes tipos de alcohol puede tener consecuencias indeseadas, o eso se dice.

El acervo popular así lo recoge con refranes como “vino con cerveza, duele la cabeza”. Aunque todos sabemos que no se debe mezclar, en algunas situaciones como fiestas, celebraciones y salidas podemos caer en la tentación. Por tanto, mezclar diferentes tipos de alcohol no parece una buena idea, aunque hay combinaciones peores que otras.

Cuáles son las consecuencias de mezclar diferentes tipos de alcohol

Lo importante es beber con cabeza. Las mezclas de alcohol provocan que no llevemos bien la cuenta de cuánto hemos bebido, por lo que es más sencillo embriagarse. Además, dependiendo de qué mezclemos, los efectos del alcohol serán mayores o aparecerán antes.

La clave está en la capacidad para metabolizar el alcohol. El cuerpo necesita de su tiempo para eliminarlo del organismo y la velocidad con la que se metaboliza tiene que ver con el sexo, los hombres tardan menos, el peso corporal y la velocidad a la que bebemos. Si la bebida está acompañada por comida, los efectos del alcohol son menores. Esto no es solo porque la comida amortigua el alcohol, también se debe a que bebemos más despacio si estamos comiendo. En términos generales, el hígado metaboliza entre 10 y 20 mililitros de alcohol por hora.

Las peores combinaciones

Mezclar vino y whisky o vino y ron es una posibilidad si estamos en una celebración donde comenzamos con una cerveza o vino en los aperitivos y la comida y posteriormente tomamos un digestivo o vamos de pubs o discotecas. El problema no está tanto en la combinación de alcoholes si no en el número de bebidas que se consumen y su graduación.

Si comenzamos con las bebidas de mayor graduación alcohólica, es más probable que perdamos la cuenta del alcohol ingerido, ya que a más alcohol mayor embriaguez. Si comenzamos tomando un vino o cerveza será más fácil controlar lo que bebemos.

Existen muchos mitos sobre la mezcla de alcoholes. Por ejemplo, mezclar cerveza con vino blanco no es ni mejor ni peor que hacerlo con vino tinto. Si se lleva un ritmo pausado y se acompaña de comida, no tiene por qué ser perjudicial. A más alcohol ingerido, menor percepción de riesgo, y subestimaremos la cantidad real de bebida.

La ciencia sí apunta a que comenzar con bebidas carbonatadas sí puede afectar más. Esto es porque el gas puede irritar la mucosa intestinal y puede aumentar la absorción del alcohol. Por tanto, es mejor no empezar bebiendo espumosos o bebidas no alcohólicas con gas.

Una combinación que sí es perjudicial para algunas personas es la mezcla de bebidas de alta graduación con bebidas energéticas. Este tipo de combinados se puso de moda hace unos años, ya que se tenía la impresión de que aguantabas mejor el alcohol. Pero por su alto contenido en azúcar, cafeína y otros excitantes, las bebidas energéticas deben ser de consumo puntual y mejor sin alcohol de por medio.

Mezclar vino y otras bebidas alcohólicas

Los efectos de mezclar vino y otras bebidas alcohólicas dependen del número de bebidas y la velocidad a las que las consumamos. Independientemente del orden, si bebemos en exceso tendremos garantizada la resaca del día siguiente.

La deshidratación es la clave

La resaca se produce principalmente por la deshidratación que provoca el alcohol en el cuerpo. Entre los síntomas más comunes encontramos el dolor de cabeza, molestias gastrointestinales, cansancio y dolor muscular. No mezclar bebidas no te libra de la resaca.

Según un reciente estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition, el orden o la mezcla de bebidas alcohólicas no influye directamente en la resaca posterior. Para hacer el estudio, los voluntarios tomaron cerveza con vino blanco en distinto orden bajo supervisión médica. Los resultados apuntan a que los efectos perjudiciales de la resaca no están relacionados con el orden de consumo.

En definitiva, mezclar vino con otras bebidas no tiene que provocarnos problemas si se bebe con moderación, acompañando la bebida de alimentos y con un ritmo pausado.

Lo que sí parece sensato es empezar siempre con las bebidas de menor graduación alcohólica, ya que tendremos más control sobre la cantidad ingerida. También es aconsejable beber agua o bebidas no alcohólicas alternadas con el consumo de alcohol. Así beberemos menos y podremos evitar la resaca.

Beber vino es un placer asociado a la gastronomía y la celebración. Para disfrutar de la experiencia lo más recomendable es beber con moderación, disfrutando de los matices de cada vino y maridando la bebida con comida. Como ves, mezclar diferentes tipos de alcohol no es un problema en sí si lo haces con sensatez. La resaca se puede evitar si no sobrecargas tu cuerpo con más alcohol del que puede metabolizar.

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