El sacacorchos de láminas: la insólita historia de un sacacorchos muy particular

Esta herramienta de vino a pesar de su extraña apariencia es la más recomendada para el servicio de los vinos antiguos de nuestra bodega

Miércoles 29 de Abril de 2020

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El Sacacorchos "de Mayordomo", también conocido como Sacacorchos Gitano o de láminas es un tipo de sacacorchos que permite la extracción del corcho entero sin riesgos, ya que no es necesario perforarlo para la extracción. El sacacorchos "Ha-So" como también se le conoce por sus siglas en inglés, es el único que permite extraer el corcho sin dañarlo, aunque requiere de cierta práctica y maña para ello. Consta de dos láminas paralelas, una un poco mas larga que la otra, de forma que el corcho queda atrapado entre las dos y se saca girándolo lentamente. 

El corcho de los vinos viejos al no estar tan expandido permite que haya espacio para introducir las láminas del sacacorchos entre la intersección de vidrio y tapón por lo que el sacacorchos de láminas es perfecto para estas ocasiones. La condición de un corcho de 10 años o más, puede variar mucho dependiendo de la calidad del corcho y las condiciones de almacenamiento de la botella durante ese tiempo.

El "guardián" de los vinos viejos tiende a encogerse y deteriorarse con el tiempo. Los sacacorchos de camarero, mas comunes no resultan idóneos para descorchar este tipo de vinos, pues existe una alta probabilidad de que el corcho se quiebre o termine dentro de la botella dado su estado precario por el contacto con el vino durante tanto tiempo.

Para ello existe un tipo de sacacorchos algo extraño, pero Ideal, para este tipo de botellas antiguas, sobre todo grandes vinos y grandes reservas con más de 10 años después de ser embotellados. Es perfecto utilizar en corcho frágiles, difíciles o dañados, especialmente para extraer corchos lánguidos de los vinos más añejos.  

Estos curiosos sacacorchos, poco comunes en nuestras casas y de muy reducido uso en los restaurantes de hoy, no son del todo modernos. Cuenta la leyenda que ya existía en el siglo XV en Francia y se les conocía como "el amigo del mayordomo". Pues los maitre del servicio o mayordomos de los acaudalados señores feudales de la época, frecuentemente lo empleaban para descorchar los más preciados vinos con un mínimo de daños, llenar su vaso y reemplazar el corcho sin que nadie lo supiera.

Así que este fue el utensilio que permitió a los encargados del servicio de la época probar los mejores vinos de su Señor y rellenarlos con vino de otra calidad. Asimismo y tal vez por tan nefasta referencia hubo un tiempo que estaban mal vistos dentro del sector de la hostelería, debido a que con estos abridores de corchos, es posible abrir e incluso volver a cerrar las botellas sin que a simple vista nadie pueda darse cuenta, por supuesto primero hay que extraer las cápsulas para luego colocarlas en su lugar lo que hoy en día resulta bastante engorroso.

Parece ser que fue también en la Edad Media cuando se empezó a insistir en la funcionalidad de las cápsulas de vino como sistema para controlar los principales problemas que existían: la evaporación desmedida del vino y la falsificación o alteración de los mismos.

No obstante, el concepto de cápsula actual se empezó a desarrollar en Hungría en el S.XVIII. Éstas eran trabajadas con plomo sobre todo para los vinos más lujosos con el fin de tener un buen control de la producción de estos vinos que eran considerados de alta calidad. Así, se evitaban peligros como la falsificación de los mismos y se aseguraba una mejor conservación

Finalmente aquel  extraño sacacorchos en forma de láminas  que un día se utilizó para prácticas furtivas, fruto de la curiosidad y el buen gusto, hoy en día es por sus ventajas el mejor amigo y el principal aliado del sommelier a la hora de descorchar los mejores vinos antiguos de la bodega.

Un artículo de Decantando Noticias
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