Cosecha asistida: de la utopía a la realidad

La cosecha asistida es una alternativa tecnológica intermedia entre la cosecha manual y la mecánica, que permite aumentar la productividad del trabajo manual mediante el uso de tecnología, mejorando las condiciones laborales

Mariana Gil Juncal

Martes 02 de Julio de 2019

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Ya estamos en julio y comienza la recta final para la cosecha de la uva. El momento más esperado del calendario vitivinícola. El momento del nacimiento del vino. 

Año tras año, en el mundo del vino se preguntan casi las mismas cosas: ¿cómo fue la cosecha? ¿cómo se proyectan para la siguiente? Todavía no se terminó de recolectar toda la uva y es inevitable pensar en lo que vendrá. El ciclo de la vid y de la vida nos llevan irremediablemente a ajustar los calendarios según los tiempos de la cosecha.

Con todo casi listo para comenzar a recibir las uvas, en las bodegas resuenan una y otra vez las ventajas y desventajas de la cosecha manual y de la cosecha mecánica. Más allá del romanticismo que encarna siempre el concepto de cosecha manual muchas veces la realidad de la búsqueda de personal también resuena, año tras año, casi como una fuerte bofetada en medio de la cara. En la acera de enfrente, la cosecha mecánica perfecciona cada vez más su técnica en pos del cuidado del fruto de la vid.

Sin embargo, ahora en muchos lugares del mundo, comienza a escucharse con más fuerza el concepto de cosecha asistida, una alternativa tecnológica intermedia entre la cosecha tradicional y la mecánica, que permite aumentar la productividad del trabajo, mejorando las condiciones laborales. Pensar en algo así hace diez o quince años atrás realmente parecía una utopía. Afortunadamente hoy ya es una realidad.

En los últimos años, a nivel mundial, la dificultad para conseguir mano de obra para la cosecha se fue acrecentando cada vez más. Motivo por el cual, también se fueron acrecentando los costes de la cosecha manual y, como consecuencia inversa, la rentabilidad de los productores primarios comenzaba a caer también año tras año.

Entonces, ante este panorama resultaba necesaria la irrupción de la cosecha asistida, cuyo objetivo principal consiste en implementar métodos de cosecha que aumenten la productividad del trabajo con mejores condiciones laborales.

Bajo esta premisa un tanto utópica en un primer momento, en la Argentina ya se encuentra funcionando, en un nivel exploratorio, la cosecha asistida bajo la implementación del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI); que afirmó que en 2019 se estará realizando en la bodega Catena Zapata la poda asistida y, recién en 2020, se realizará la incorporación de la cosecha asistida en la tradicional bodega mendocina.

Dos de las ventajas fundamentales de la cosecha asistida son, en primer lugar, la optimización de la jornada laboral del trabajador rural y, consecuentemente, la reducción de la destreza física requerida para realizar la tarea, ya que con la cosecha manual los trabajadores deben recolectar la uva y trasladarla hasta el camión. Para llegar hasta allí generalmente deben subir a un banco, o escalera improvisada en las hileras de la viña, y luego volcar la uva en la caja del camión. Dicho así parece una tarea muy simple pero implica un gran desgaste físico y un alto riesgo para los trabajadores.

Entonces, ¿de qué hablamos cuando hablamos de cosecha asistida? Este sistema plantea la utilización de un carro con elevador hidráulico incluido, en el cual los cosechadores depositan la uva que van recolectando. Una vez completo el carro, un tractor lo lleva hasta el camión donde, luego, se volcará la uva. De esta forma se evita que el cosechador tenga que llevar todo el peso de las uvas al hombro por una gran distancia, que suba al banco, y, de esta forma, evitar los riesgos y peligros que esta tarea implica. Por todo esto es que cuando se habla de cosecha asistida, se subraya que es una cosecha más humanizada.

Según algunos cálculos obtenidos en las primeras pruebas, la cosecha asistida permitirá optimizar la productividad de los vendimiadores entre un 80 y un 100% respecto del método tradicional.Esto se debe, principalmente, al menor esfuerzo realizado por los trabajadores al suprimir las tareas de acarreo y carga al camión, tareas que también quitan tiempo al corte de uva. Además, esta reducción del esfuerzo físico necesario para realizar la tarea permitirá ampliar el perfil de trabajadores que califican para la cosecha.

Por último, vale la pena aclarar que si bien para el productor los costos de los métodos asistidos de cosecha son similares a los costos de la cosecha manual, los ingresos de los cosechadores serían mayores, ya que el incremento de su productividad compensa con creces la disminución del valor de las fichas pagadas en la viña.

Mariana Gil Juncal
Licenciada en comunicación social, periodista y sumiller.
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