Briones (La Rioja)
Lunes 03 de Septiembre de 2012
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Las Bodegas Dinastía Vivanco han llevado el enoturismo a otra dimensión, al convertir la visita a sus instalaciones en una inmersión lúdica, didáctica, histórica y artística en el mundo de la viticultura, hasta el punto de ser ya el primer destino turístico de La Rioja.
Con más de 150.000 visitantes al año, esta bodega ubicada en el pueblo de Briones -en la zona más poblada de viñedos de La Rioja Alta- alberga el Museo de la Cultura del Vino, un espacio de referencia internacional que ofrece en sus 9.000 metros cuadrados un completo paseo por la historia del vino y que refuerza el interés turístico de Dinastía Vivanco.
"El museo indaga en el papel del vino en civilizaciones como la mesopotámica, la egipcia o la romana, y también en su significado a través de la mitología y la religión", ha explicado el enólogo y co-propietario de la bodega, Rafael Vivanco.
Además de recorrer el proceso artesanal de la elaboración del vino, el museo acoge objetos de valor como el primer tractor que se utilizó en La Rioja para la vendimia o el original filtro Gasquet, conocido popularmente como "filtro bordelés", una máquina creada en Francia en 1875 para clarificar el vino y que estuvo vigente hasta mediados del siglo XX.
A nivel artístico destacan piezas arqueológicas que datan del año 3000 a.C, esculturas de Baco -Dios del vino- de diversas épocas, además de obras pictóricas de artistas españoles como Joaquín Sorolla o Pablo Picasso, y un original de Walt Disney, un boceto que dibujó para su largometraje de animación Fantasía.
Pero no todo es arte e historia, también se pueden encontrar piezas curiosas, como la mayor colección de sacacorchos del mundo -más de 3.000 de todas las formas, tamaños y colores-, procedentes de todos los continentes y que el propio Rafael Vivanco ha ido recopilando personalmente.
El "filón" del museo es claro: de los más de 150.000 turistas que se acercaron el año pasado a las instalaciones de Bodegas Dinastía Vivanco, unos 120.000 fueron sólo al museo, mientras que el resto visitó, además, la actual bodega, unas modernas instalaciones que aspiran a ser "un referente en innovación enológica".
Las señas de identidad de la bodega -y de toda la Denominación Rioja- son los reserva y crianza de tinto tempranillo, pero Rafael Vivanco ha desarrollado una gama de vinos con otras variedades, como garnacha, graciano o mazuelo, que están en la tradición vinícola de La Rioja, pero que están sufriendo el monopolio del tempranillo.
"Son vinos muy especiales que pueden abanderar el vino de Rioja más original", ha destacado Vivanco de este proyecto que responde a su "filosofía de compartir con todo el mundo la cultura del vino y de la vid riojana".
En el recorrido enológico que propone la familia Vivanco no puede faltar la gastronomía riojana, una cocina rica y sabrosa que prescinde de salsas y especias para ceder el protagonismo a las verduras frescas de la huerta, las legumbres y las carnes suaves como el cordero lechal, perfecto maridaje para estos vinos.
"La comida riojana es fina y delicada, centrándose en la calidad del producto; algo que también sucede con el vino de Rioja, que da más importancia al fruto y al terruño, frente al dominio de la barrica de otras regiones vinícolas", ha detallado Vivanco.
Un proceso enológico que se desarrolla con mimo desde la plantación de la vid y que da como fruto unos caldos aromáticos, frescos, pero también finos y elegantes, que invitan a tomar otra copa y a repetir visita en esta tierra con nombre de vino.
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