Vinos que dejan huella

Bodegas Paco García es un proyecto ambicioso de tal envergadura que ya ha conseguido, en apenas unos meses, alcanzar la cumbre de los mercados nacional e internacional

Redacción

Miércoles 23 de Mayo de 2012

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En 2008 Bodegas Paco García dio un giro a los viñedos y bodegas de la familia para buscar aquel público que por desconocimiento no estaba interesado en el vino: los jóvenes.

Paco García Seis es el fruto de esta reflexión, cuyo resultado podemos encontrar en los mercados desde hace poco. Vinos frescos, agradables y sencillos que buscan la chispa necesaria para captar a neófitos, desflorar paladares jóvenes, reordenar las papilas gustativas y convertir a agnósticos.

El siguiente paso fue el Paco García Crianza, más maduro y con nuevos matices que empujaban al público joven a continuar recorriendo y disfrutando la senda del vino. Por último, de esta calculada trayectoria nació "Beautiful Things", enfocada a un consumidor incipientemente experto, mimado por la casa desde sus comienzos.

Ahora, Bodegas Paco García se encuentra en un momento dulce de su existencia. Asentando su éxito con la remodelación de su porvenir, tiene que continuar reinventándose, para mantener a aquellos jóvenes y neófitos que ya había conseguido atraer anteriormente, así como seguir fascinando a nuevos aventureros y aficionados por y para la causa del vino, ya sean jóvenes, inexpertos o público interesado que llega atraído por las buenas referencias.

Quizás, para entender mejor el cambio que ha supuesto Bodegas Paco García en su devenir, debamos explicar algunos puntos interesantes que se han dado para apuntalar esta nueva y emocionante trayectoria.

Como ya hemos dicho, todo comenzó con una reestructuración completa de las bodegas. Lo primero, por supuesto, fue el nombre. Bodegas García Ramírez pasó a ser Bodegas Paco García, eligiendo y honrando el nombre del padre.

El proyecto de Juan Bautista García, el hijo, ya estaba en marcha, y para ello se apoyaba en el buen trabajo del enólogo al que sucedía. Lo siguiente vino solo.

La imagen de la marca fue decisiva, pero se invocó de forma casi natural: una mano, o más bien una huella, la que dejó el padre (viñedo, bodega y reconocimiento) y la que simboliza el trabajo duro y sabio, que es con el que se gana la confianza.

Con estos ingredientes básicos, el nuevo proyecto ya iba ganando forma y estructura.

La orientación fue lo siguiente. Como ya hemos mencionado anteriormente, Juan Bautista García veía en sus propios amigos, los de su edad, una desgana por el vino, o más bien, por conocerlo, por aprender a disfrutarlo.

Se preguntó el enólogo a qué se debía esta indiferencia que él no podía explicarse ya que el vino era su vida. Y no solo intentó buscar una respuesta, sino conseguir una solución, un modo de llevar el buen vino y su disfrute a los jóvenes inexpertos y de convertirlos a la causa. Bodegas Paco García quiso llenar ese hueco y suplir esa carencia.

Bodegas Paco García, con el ímpetu de Juan Bautista García, nació en 2008, pero no fue hasta el año pasado que no pudimos disfrutar de sus primeros vinos.

Quien sepa mínimamente de vino, sabrá de la importancia del tiempo. Un trabajo bien hecho necesita reposo y diligencia. A este proyecto no le faltan.

La nueva gama de Bodegas Paco García atiende a todos los estratos de consumidores y sobre todo lleva de la mano con éxito y buen hacer a aquellos que no han hecho más que empezar a disfrutar de uno de los placeres de la vida: el vino.

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