La vendimia es mucho más que romanticismo

La imagen de la vendimia que desde el último mes vemos en redes sociales refleja un paisaje y entorno idílico...

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Martes 23 de Octubre de 2018

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La imagen de la vendimia que desde el último mes vemos en redes sociales refleja un paisaje y entorno idílico casi como de cuento de hadas.  Amaneceres y puestas de sol entre viñedos de foto, cajas de uva fresca, recién vendimiada y sin una hoja, temporeros sonriendo a la cámara, y bodegueros orgullosos e impolutos, entre los que me incluyo, brindando entre las cepas. En fin, puro romanticismo entre paisajes bucólicos.

No digo que lo descrito no sea cierto y apasionante pero hay más, mucho más.

La época de vendimia es realmente una locura, una auténtica locura. Puedo asegurar, sin miedo a equivocarme que estos días hay más invocaciones al Santísimo, que durante el resto del año junto. Lo digo por propia experiencia como bodeguera que vive unos días abrumadores, en los que me siento extenuada y agradecida a partes iguales.

Durante el resto del año, la viña queda a cargo del viticultor y nuestra confianza es total, como no puede ser de otra manera. Los bodegueros nos centramos en otras muchas tareas como viajes de un lado al otro del mundo, con la maleta cargada de historias y vino, para disfrutar con los amantes del buen vino; inversiones y mejoras en la bodega que planificar; desarrollo de nuevas ideas de imagen y marketing que ayuden a vender nuestros vinos ... En resumen, actividades que nos permiten mejorar y posicionarnos en este muy competitivo mercado que es el del vino. Éste es nuestro día a día hasta final del mes de agosto, cuando volvemos a poner las botas en la tierra y la mirada en el cielo.

"¿Cuándo empiezas la vendimia este año?" "¿Cómo va esa maduración?" "¿y de grado?" Son las mismas preguntas cada año y las respuestas, que son clave para el futuro de nuestros vinos, nunca dependen de nosotros. Porque del tiempo, del cielo, de algo que se escapa a nuestro control, depende que la uva tenga la máxima calidad en el momento de su recogida, y poco, o mejor dicho nada podemos hacer para que el clima nos sea propicio: eso no está en nuestras manos.

Los días de vendimia son agotadores y hacen que te replantees todo, pero en ese momento piensas que en algún lugar del mundo alguien estará disfrutando de uno de nuestros grandes vinos, y aunque el cansancio no es una pizca menor, sí te da el impulso para seguir en este mundo apasionante, y esperar la próxima vendimia con la misma ilusión que la que acaba de terminar.

María Luisa Cuevas, Directora de Bodegas FERRATUS

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