La Denominación de Origen Amarone della Valpolicella consolida su prestigio internacional con tradición, regulación y una técnica milenaria

Miércoles 01 de Octubre de 2025

La región del Véneto impulsa el reconocimiento de su método ancestral mientras crecen las exportaciones y el enoturismo

Amarone della Valpolicella DOCG ("Denominazione di Origine Controllata e Garantita") es uno de los vinos más conocidos de Italia y tiene su origen en la región de Valpolicella, situada al noreste del país, cerca de Verona. Aunque la tradición vinícola en esta zona se remonta a siglos atrás, el Amarone tal como se conoce hoy surgió en el siglo XX. Su aparición fue accidental, durante la elaboración del vino dulce Recioto, que ya se producía en Valpolicella desde el siglo XVII. El Recioto se obtiene a partir de uvas secas cuya fermentación se detiene antes de que todos los azúcares se conviertan en alcohol, lo que da como resultado un vino dulce. Según la historia local, en la década de 1930 un productor dejó sin supervisión un barril de Recioto y la fermentación continuó hasta que el vino quedó seco y con un alto grado alcohólico. Este hecho marcó el nacimiento del Amarone della Valpolicella.

El proceso clave para elaborar este vino es el appassimento, una técnica que consiste en secar las uvas tras la vendimia durante unos 100 a 120 días. Las uvas se colocan en estanterías o cajas especiales y pierden hasta la mitad de su peso, lo que concentra los azúcares, la acidez y los aromas. Es fundamental que las uvas estén sanas y se ventilen regularmente para evitar la aparición de moho. Esta técnica tiene más de 1.500 años y actualmente la región del Véneto ha propuesto su reconocimiento como Patrimonio Mundial por parte de la UNESCO debido a su valor cultural.

La zona de producción del Amarone della Valpolicella abarca 19 municipios autorizados dentro de Valpolicella, una región caracterizada por colinas entre 150 y 450 metros sobre el nivel del mar. El clima es suave gracias a la influencia del lago Garda y las montañas cercanas, que protegen los viñedos y favorecen el secado natural de las uvas durante el otoño. Los suelos son variados e incluyen calizas, arcillas y cenizas volcánicas, lo que aporta diversidad y estructura a los vinos.

Las variedades principales utilizadas para elaborar Amarone son Corvina, Rondinella y Corvinone, aunque también pueden emplearse otras como Molinara, Dindarella, Rossignola u Oseleta. La denominación Amarone della Valpolicella obtuvo el reconocimiento DOC en 1968 y fue elevada a DOCG en 2010, lo que implica normas estrictas sobre su producción.

Existen diferentes estilos dentro del Amarone della Valpolicella según el origen de las uvas y los métodos empleados. El vino básico proviene de cualquiera de los 19 municipios autorizados. El Amarone Classico solo puede elaborarse con uvas procedentes de cinco municipios históricos: Fumane, Marano, Negrar, San Pietro in Cariano y Sant’Ambrogio. Por otro lado, el Amarone Valpantena procede exclusivamente del valle homónimo, reconocido por sus características particulares de suelo y clima.

Además existen versiones Riserva tanto para el Amarone básico como para el Classico o el Valpantena. Estas requieren un periodo mínimo de envejecimiento de cuatro años, normalmente con una larga estancia en madera seguida de afinamiento en botella. Los vinos Riserva suelen proceder de añadas especialmente buenas y viñedos seleccionados.

En cuanto al impacto económico, Amarone della Valpolicella mantiene una fuerte presencia internacional pese a la tendencia actual hacia vinos tintos con menor graduación alcohólica. Este vino puede alcanzar entre 15% y 18% de alcohol por volumen gracias al proceso natural de fermentación prolongada tras el secado de las uvas. Su reputación internacional lo sitúa junto a Barolo y Brunello como uno de los grandes vinos tintos italianos reconocidos fuera del país.

El volumen exportado representa una parte importante del total producido. En los últimos años, Estados Unidos ha sido el principal mercado exterior para este vino (14%), seguido por Canadá (13%) y Suiza (12%). La demanda internacional responde tanto a la calidad percibida como al prestigio asociado al nombre Amarone della Valpolicella.

La región productora sigue apostando por mantener altos estándares mediante controles estrictos sobre las variedades permitidas, los métodos tradicionales y la delimitación geográfica precisa. Además, se promueve activamente el enoturismo en Valpolicella gracias al interés que despierta tanto la historia como las técnicas singulares asociadas al Amarone.

El método appassimento sigue siendo uno de los elementos más valorados por quienes buscan conocer más sobre este vino. La combinación entre tradición histórica, condiciones naturales favorables y regulación estricta ha permitido consolidar al Amarone della Valpolicella como uno de los productos vinícolas más reconocidos dentro y fuera de Italia.

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