Alberto Sanz Blanco
Jueves 17 de Julio de 2025
Hay lugares que no se limitan a servir comida. Lugares que, sin necesidad de grandes gestos, logran transportarte. En la bulliciosa calle Luchana, donde el tráfico madrileño marca su ritmo propio, Federal Café propone una escapatoria. Una grieta en el tiempo. Una rendija por la que colarse hacia Federal, una pequeña localidad australiana perdida entre Goonengerry y Possum Creek, donde el tiempo se detiene al ritmo de la lluvia cayendo sobre la cabina telefónica y las horas parecen no tener dueño. Esa es, de hecho, la promesa implícita en este brunch contemporáneo de raíces oceánicas: desacelerar sin desconectar. Y en esa línea, la propuesta fluye con naturalidad.
Con locales en ciudades como Barcelona (Poble Nou, Gòtic, Sant Antoni), Girona, Madrid (Conde de Barajas, Serrano, Comendadoras, Luchana), Murcia, Sitges, Valencia o Palma, Federal Café ha conseguido algo poco común: mantener una personalidad coherente y reconocible en cada espacio, sin perder autenticidad ni caer en el artificio. El local de Luchana, en particular, encarna esa estética urbana y sosegada que tanto define al concepto. El espacio se despliega en dos plantas conectadas por una escalera, con techos altos, tuberías vistas, paredes de ladrillo y vegetación natural capaz de aportar frescura sin sobrecargar el ambiente. La disposición de las mesas está pensada para convivir con distintos ritmos: rincones individuales donde leer, trabajar o tomar un café sin interrupciones y mesas más amplias pensadas para compartir un brunch distendido o alargar la sobremesa sin presiones. Un espacio cuidado, sin estridencias, donde el diseño está al servicio del uso. Y eso, en los tiempos que corren, no es poca cosa.
En un momento en el que muchos locales se han subido al carro del brunch sin comprender realmente lo que implica —ni en fondo ni en forma—, Federal Café ofrece una carta que justifica con creces su estatus. Aquí no se trata solo de añadir aguacate o huevos a cualquier hora: hay una propuesta estructurada, coherente y versátil, capaz de responder tanto a quienes buscan un desayuno tardío como a quienes llegan con hambre real de mediodía. Huevos benedict, tostas con ingredientes bien combinados, pancakes, bowls saludables y platos salados con sello propio: lo necesario para cubrir todas las variantes del brunch, sin perder identidad ni caer en la repetición. En nuestro caso, Yandi ofreció un servicio correcto, eficaz y con buena predisposición.
El auge de lo saludable ha llegado con fuerza y aquí esta vertiente tiene peso y sentido. El protagonista indiscutible es el Bowl de açaí y guaraná, el cual brilla por su combinación de fruta, muesli casero, coco tostado y semillas de chía, aunque podría estar un poco más congelado para mantener su textura cremosa y evitar que se derrita demasiado rápido. Acompañan esta estrella opciones como el yogur griego con frutas del bosque y nueces de macadamia o el Mykonos Bliss, una mezcla huevos pochados con aguacate y un toque especiado de mantequilla de pimentón y guindilla. No faltan tampoco el muesli con manzanas pochadas y miel y un pudding de chía con leche de coco, plátano y nibs de cacao que refuerzan la propuesta con opciones nutritivas y llenas de sabor. En conjunto, esta oferta saludable cumple con creces y aporta un contrapunto fresco y sabroso.
Las propuestas de pancakes destacan por sus combinaciones originales y alejadas de lo habitual. El pancake de plátano, mascarpone, sirope de arce y praliné de avellanas ofrece un equilibrio dulce sin exceso, con una textura ligera y agradable, ideal para quienes buscan un toque indulgente pero liviano. Junto a este, la carta incluye versiones como mango con fruta de la pasión, yogur, crème fraîche, menta y sirope de arce, o frutos rojos estofados con aroma de lima y menta, aportando frescura y un perfil más ácido. Para los amantes de lo salado, el pancake de salmón ahumado con crème fraîche, miel de trufa y nueces añade complejidad y contraste, mientras la French toast con compota de arándanos, yogur natural y piñones tostados completa esta sección con una propuesta clásica pero bien elaborada.
Para los amantes de los clásicos, ofrecen opciones sencillas pero bien ejecutadas, como pan con mermelada, mantequilla de cacahuete, miel o vegemite. Hay alternativas más elaboradas y llenas de sabor, como guacamole con burrata, tomate cherry y salmón ahumado, o pan de centeno con aguacate, cilantro, lima, crema de anacardos y pipas de calabaza. Otra propuesta que nos sorprendió positivamente fue que contarán con sándwiches, como la bruschetta con salmón ahumado, pepino relish, cebolla roja, mascarpone y berros, o el mixto de brioche con lacón ahumado y cheddar, que, si bien resulta sabroso, se echa en falta alguna salsa o un toque más de alegría para equilibrar el conjunto. También destacan el brioche con babaganoush, coliflor asada y pico de gallo con mango y cilantro y el Reuben de pastrami con gruyère, pepino encurtido, chucrut, mostaza y mayonesa de alcaravea, una opción con carácter y personalidad.
En el apartado más contundente, la carta presenta varias hamburguesas pensadas para quienes buscan un plato sabroso y completo. La de huevo de corral frito, cebolla confitada, tomate fresco, beicon inglés y salsa hp (salsa marrón) es una opción clásica que no falla. Para los que prefieren una alternativa vegana, la Beyond Meat con lechuga, tomate, pepinillos, cebolla y chipotle alioli, acompañada de puré de boniato, aporta sabor y textura sin concesiones. Sin embargo, la que realmente destaca es la hamburguesa de 120 gramos de ternera, con tomate, lechuga, queso scamorza ahumado y chutney de tomate, servida con puré de boniato. Incluir cebolla caramelizada o beicon inglés puede ser una buena opción para potenciar aún más su sabor y textura.
No podemos cerrar esta experiencia sin destacar sus huevos, especialmente los Benedict, acompañados de una de las mejores salsas holandesas que he probado, una preparación muy difícil de conseguir en su punto exacto. Se pueden elegir con espinacas, beicon inglés, salmón ahumado o aguacate, ofreciendo un equilibrio perfecto entre textura y sabor. Además, cuentan con huevos revueltos, fritos o pochados con tostadas, y opciones al horno como shakshuka o Florentina, que completan una sección sólida y muy atractiva dentro del brunch.
La propuesta líquida arranca con un café de muy buena calidad, donde clásicos como el espresso solo o doble, cortado, flat white y cappuccino llegan perfectamente ejecutados. Para quienes buscan algo diferente, las opciones frías sorprenden con el iced vanilla coffee latte, el activated charcoal latte o el revitalizante iced orange coffee. Además, la carta se llena de color con zumos y batidos naturales, como el verde de Tommy —manzana, matcha y pepino—, el vegano Magic Monkey con avena y plátano, o las combinaciones frutales strawberry banana y sunny carrot. Tampoco faltan las opciones orgánicas, desde agua de coco hasta zumos recién exprimidos, pasando por un cóctel matinal y un detox ginger shot, cargados de energía limpia y sabor natural. Una oferta líquida variada, llena de sabor y muy bien equilibrada para acompañar el brunch.
El brunch de Federal Café se presenta como un clásico bien ejecutado, con algunos destellos de originalidad que aportan un punto fresco a la propuesta. El local de Luchana, con su ambiente urbano y relajado, crea el escenario perfecto para disfrutar de una carta completa que cubre todas las necesidades: desde opciones saludables hasta platos más contundentes, todos elaborados con cuidado y buen gusto. Aunque la fórmula ya funciona muy bien y satisface a un público diverso, un mayor atrevimiento e innovación en algunos aspectos ayudaría a potenciar aún más su identidad y destacar en un mercado cada vez más competitivo y exigente.