La D.O. Navarra reafirma su compromiso con la calidad

Lunes 21 de Octubre de 2024

Viticultores navarros superan las adversidades y aseguran una buena añada

Este lunes, 21 de octubre, se ha dado por finalizada la vendimia en la Denominación de Origen Navarra con el corte del último racimo en Olite, un acto simbólico encabezado por José Mª Aierdi, consejero de Desarrollo Rural, y David Palacios, presidente del Consejo Regulador. Esta campaña, que comenzó en agosto, ha estado marcada por un descenso en la producción debido a las condiciones meteorológicas adversas, especialmente las abundantes lluvias que han afectado las decisiones de los viticultores. A pesar de la reducción en la cantidad de uva recogida, con una cifra total de 43 millones de kilos, se destaca la buena calidad del fruto. Todavía queda por recoger una pequeña parte destinada a los vinos de vendimia tardía.

El consejero Aierdi resaltó el esfuerzo y la responsabilidad de los viticultores y bodegas para superar las dificultades climáticas y gestionar sus cultivos con rapidez y eficacia. Aierdi subrayó también la importancia de que tanto viticultores como bodegas y administraciones trabajen juntos para posicionar los vinos de la región, en un momento complicado para el mercado vinícola. La calidad de los vinos de Navarra, señaló, merece reconocimiento, y la viticultura sigue siendo clave para la economía rural de la comunidad.

Por su parte, David Palacios destacó la maduración generalizada de la uva, lo que augura vinos de gran calidad en esta nueva añada. Según Palacios, el trabajo conjunto entre bodegas y viticultores ha sido fundamental para asegurar la calidad del producto final, a pesar de las dificultades que impusieron las lluvias constantes.

La D.O. Navarra, reconocida por la frescura y calidad de sus vinos, particularmente los rosados y su emblemática Garnacha, abarca más de 9.000 hectáreas de viñedo repartidas en cinco áreas de producción: Baja Montaña, Valdizarbe, Tierra Estella, Ribera Alta y Ribera Baja. El 70% del viñedo está ocupado por variedades autóctonas como la Garnacha y el Tempranillo. Las condiciones geográficas y climáticas de la región, con una confluencia de climas atlántico y mediterráneo, otorgan a sus vinos un carácter único. Esta diversidad geográfica, junto con el compromiso y la experiencia de sus viticultores, permite a Navarra mantener una producción de vinos que se destacan tanto en el mercado nacional como internacional.

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