Madrid
Viernes 02 de Noviembre de 2012
Así lo han explicado a Efeagro representantes de ambas organizaciones agrarias, integrantes a su vez de la Cumbre Social.
Por otro lado, desde la Unión de Uniones apuntan que "es el sistema el que falla" y que dejarán a sus territorios que decidan su estrategia de cara al 14N, si bien "no me puede parecer mal que se haga una huelga"-, mientras que la patronal Asaja no se ha pronunciado aún.
La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) respalda la convocatoria porque "nos sentimos afectados, como ciudadanos y como sector, por la negativa orientación" de las medidas del Ejecutivo, ha explicado su secretario de organización, Marcos Alarcón.
"La apoyaremos e intentaremos que sea un éxito en el sector agrario", ha reiterado Alarcón, quien ha subrayado el impacto que tendrán los recortes públicos en educación, sanidad o dependencia.
Entre los motivos que alientan la huelga, ha indicado que se están cerrando ambulatorios y escuelas en los pueblos, lo que obliga a que enfermos y niños tengan que desplazarse hasta cabeceras de comarca, con el aumento de costes que supone para los ciudadanos.
En el lado "más profesional", ha precisado que el presupuesto para el Ministerio de Agricultura se ha recortado más del doble que el de otros departamentos, lo que tiene un impacto negativo en políticas "estratégicas y básicas", como la sanidad animal, la cofinanciación de políticas de desarrollo rural, la incorporación de jóvenes, la modernización del sector o los seguros agrarios.
Ha criticado la ausencia de interlocución con el ministro del ramo, Miguel Arias Cañete que, según ha puntualizado el secretario de organización, quien tardó hasta 7 meses en reunir al Comité Asesor Agrario -un órgano implantado por ley pero que no ha convocado después, añade-, a lo que añade que el Gobierno haya lanzado legislaciones -como la de mejora de la cadena de valor- "sin una consulta previa" a los representantes de los agricultores.
El defectuoso diálogo con el ministro con el sector -avisa- es más grave aún, según recuerda, en un momento "clave" para la reforma de la Política Agraria Común (PAC) y en vísperas de un Consejo Europeo (líderes de la UE) de 22 y 23 de noviembre, que llega bajo una propuesta de la Presidencia chipriota de recortes adicionales para los pagos directos y fondo de crisis para el campo.
Por su parte, el secretario general de COAG, Miguel Blanco, ha avanzado que cerrarán sus oficinas y participarán en las manifestaciones ese día, aunque dejarán en manos de sus uniones territoriales la decisión sobre su implicación en los paros.
"Hay razones sobradas" entre el colectivo de autónomos del campo para apoyar el proceso de "costestación social contundente contra los recortes indiscriminados e injustos", según ha comentado.
Ha denunciado que los fondos para el Ministerio de Agricultura acumulan un recorte del 67 % desde 2009, que se ha quedado como "una gestoría" de la PAC, como "cascarón vacío", a pesar de ser un "sector estratégico" para superar la crisis.
También son motivos para apoyar la huelga -añade- la caída de precios agrarios por debajo de los costes, que atribuye a políticas neoliberales que fomentan la especulación y favorecen los abusos de la gran distribución, y los recortes en servicios sociales.
A su juicio, la reducción del gasto en sanidad, educación, atención a mayores o a la dependencia, entre otros, tendrá un efecto "demoledor" en el medio rural porque se resta motivación para que las familias jóvenes se queden en el campo con el consiguiente peligro de envejecimiento y mayor despoblación.
Por su parte, el secretario general de la Unión de Uniones, José Manuel de las Heras, ha explicado que cada organización territorial adherida decidirá su estrategia de cara a la convocatoria de paros.
"Entendemos que tampoco han contado con nosotros los organizadores, por lo que no nos sentimos totalmente identificados", según De las Heras, quien matiza que en todo caso no critica la convocatoria porque "la situación actual no agrada a nadie".
En este sentido, ha asegurado que "hay muchas cosas que podríamos hacer, con mucha más fuerza que en una huelga general, si todos presionamos en la misma dirección", para intentar cambiar la PAC y las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).