Viernes 18 de Julio de 2025
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El informe publicado este viernes, 18 de julio, por Vinetur bajo el título "El Enoturismo en España: Un Análisis Estructural y Comparativo de la Competitividad Regional" presenta una radiografía detallada del sector enoturístico español. El estudio utiliza datos institucionales correspondientes al ejercicio de 2024 y tiene como objetivo principal cartografiar el panorama competitivo de las regiones vitivinícolas, identificar los factores que explican su éxito y establecer una jerarquía de desarrollo útil para la toma de decisiones tanto en el sector público como en el privado.
Para ello, se ha desarrollado el Índice de Desarrollo Enoturístico (IDE), un indicador compuesto que pondera cinco pilares: Demanda y Afluencia, Infraestructura y Densidad de la Oferta, Riqueza Cultural y Experiencial, Soporte Institucional y Visión Estratégica, y Tradición y Prestigio Histórico. La aplicación del IDE revela una estructura jerárquica clara. En la cima figuran la DOCa Rioja, la DO Ribera del Duero y las DOs del Marco de Jerez, consideradas "Regiones de Excelencia". Estas zonas no solo lideran en volumen de visitantes, sino que también muestran una madurez avanzada en todos los pilares analizados. Integran su oferta turística con un patrimonio cultural relevante, infraestructuras modernas y un respaldo institucional sólido.
En un segundo nivel se sitúan regiones como la DO Penedès y la DO Rías Baixas. Estas "Regiones Consolidadas" cuentan con una oferta robusta y profesionalizada, aunque su proyección internacional es menor que la de las líderes. Por debajo se encuentran las "Regiones Emergentes" y "Regiones Rezagadas", que poseen un patrimonio vitivinícola valioso pero afrontan problemas estructurales para su desarrollo turístico.
Uno de los hallazgos más relevantes del análisis es la consolidación de la tendencia hacia la "premiumización" del sector. El impacto económico directo superó los 100 millones de euros en 2023 y ha seguido creciendo a mayor ritmo que el número de visitantes. Esto indica un cambio estratégico: el modelo se orienta hacia la calidad más que hacia la cantidad, impulsado por un aumento del gasto medio por turista. Este fenómeno está relacionado con una oferta experiencial más sofisticada y una mayor penetración en mercados internacionales con alto poder adquisitivo, como Estados Unidos.
El informe subraya que el futuro del enoturismo español dependerá de la capacidad de las regiones para profundizar en este modelo basado en valor añadido, sostenibilidad, digitalización y experiencias auténticas.
El documento comienza definiendo el enoturismo como una modalidad turística compleja centrada en el descubrimiento del vino, su cultura y su territorio. Se señala su papel como motor socioeconómico para zonas rurales, ya que genera empleo en hostelería, restauración y ocio, contribuyendo a fijar población y dinamizar economías locales. Además, fomenta la conservación del patrimonio material e inmaterial vinculado a la viticultura.
España cuenta con 103 Denominaciones de Origen Protegidas (DOP) y 43 Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP), según datos del Ministerio de Agricultura a junio de 2024. El sistema regulatorio distingue entre DOP (que incluye DOCa, DO, Vino de Pago y Vino de Calidad) e IGP (Vino de la Tierra). Esta estructura es clave para entender la segmentación territorial del sector.
En cuanto a cifras agregadas, el número total de visitantes a bodegas y museos asociados a las Rutas del Vino certificadas alcanzó los 2.977.115 en 2023, lo que supone un crecimiento interanual del 18,2%. Este ritmo supera al crecimiento general del turismo en España durante el mismo periodo. El gasto medio diario estimado por visitante ronda los 173 euros, muy por encima del turista internacional general o nacional. Además, cerca del 30% de los visitantes son internacionales, con Países Bajos, Estados Unidos y Francia como principales mercados emisores extranjeros; Madrid lidera entre los nacionales.
El IDE permite clasificar las regiones según su nivel de desarrollo turístico. Rioja encabeza el ranking gracias a su volumen de visitantes (más de 900.000 en 2024), una infraestructura densa con cerca de 130 empresas asociadas solo en Rioja Alta y una oferta cultural amplia que incluye museos reconocidos internacionalmente. Ribera del Duero figura como gran referente gracias a su marca potente y una red extensa de servicios turísticos repartidos por cuatro provincias. El Marco de Jerez destaca por sus bodegas monumentales y una experiencia turística ligada al flamenco, el arte ecuestre y la gastronomía local.
Entre las regiones consolidadas figuran Penedès —con casi 200 establecimientos asociados— y Rías Baixas —referente nacional en vino blanco—. Somontano sobresale por combinar vino con turismo activo gracias a su proximidad al Parque Natural Sierra y Cañones de Guara.
Las regiones emergentes como Rueda o Toro tienen marcas vinícolas reconocidas pero deben mejorar su infraestructura turística para atraer más visitantes. Navarra cuenta con gran diversidad paisajística e histórica pero necesita articular mejor su relato turístico. Priorat es un caso singular: ostenta máxima distinción vinícola pero su orografía limita el acceso masivo; debe apostar por un modelo exclusivo dirigido a públicos muy concretos.
En cuanto a modelos autonómicos, Castilla y León lidera por volumen gracias a nueve rutas certificadas; La Rioja basa su éxito en una marca única; Cataluña apuesta por diversidad apoyada en Barcelona; Andalucía integra vino con otros activos culturales; Galicia fusiona paisaje atlántico con gastronomía; Aragón combina naturaleza con aventura.
El informe identifica tendencias clave para los próximos años: sostenibilidad integral (ambiental, social y económica), digitalización (gestión inteligente del destino), hiper-localismo (búsqueda de autenticidad) y turismo orientado al bienestar (wellness). Recomienda a las regiones líderes gestionar cuidadosamente sus flujos turísticos para evitar masificación e innovar en experiencias exclusivas; a las consolidadas les aconseja intensificar promoción internacional y crear itinerarios complejos; a las emergentes les urge profesionalizarse e integrarse en rutas temáticas suprarregionales.
A nivel nacional se propone evolucionar hacia un sistema avanzado de inteligencia turística e impulsar campañas específicas para mercados estratégicos internacionales.
El informe concluye que el éxito turístico no depende solo del prestigio vitivinícola sino también de la capacidad para construir destinos integrales basados en calidad, profesionalización e innovación constante. La tendencia hacia experiencias premium refuerza esta estrategia como garantía para un crecimiento sostenible del sector.
| Más información |
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| (PDF)Informe Enoturismo: Ranking Regiones Españolas |
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