Miércoles 04 de Junio de 2025
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El vino francés atraviesa un momento difícil. Según el informe anual publicado por Vinetur el 6 de junio de 2025, la producción vitivinícola de Francia en 2024 cayó un 23% respecto al año anterior, hasta los 37 millones de hectolitros, lo que supone el nivel más bajo desde 1957. La causa principal fue la sucesión de fenómenos climáticos extremos que afectaron prácticamente a todas las regiones productoras, desde lluvias prolongadas hasta granizadas, heladas y enfermedades como el mildiu. Esta contracción, además de tener un efecto directo en los ingresos de los viticultores, ha obligado al país a ajustar su posición en el comercio internacional del vino, donde aún conserva un lugar prioritario, pero con un margen más estrecho.
A pesar de la reducción drástica de la oferta, las exportaciones francesas se mantuvieron estables en volumen con un leve aumento del 0,7%, apoyadas en parte por los stocks de campañas anteriores, pero el valor exportado cayó un 3%, alcanzando los 10.900 millones de euros. Estados Unidos volvió a ser el mercado más rentable, con una recuperación significativa en valor y volumen, mientras que China experimentó un retroceso del 17% en valor, debido tanto a problemas internos como a la reapertura de su mercado al vino australiano.
Dentro del país, el consumo de vino siguió en retroceso, con una caída del 3,6%, marcando el nivel más bajo desde 1961. El consumo per cápita bajó hasta los 33,6 litros por habitante. El descenso fue más acusado en vinos tintos, especialmente en las grandes superficies, mientras que los vinos blancos y los espumosos importados, como el Prosecco, ganaron terreno. Esta evolución pone en evidencia el cambio en los hábitos de consumo, con una preferencia por vinos más ligeros y frescos y un consumo menos frecuente. También refleja una alta sensibilidad al precio por parte del consumidor, que busca productos con buena relación calidad-precio, especialmente en el canal de venta al por menor.
En cuanto a la estructura del sector, Francia perdió alrededor de 5.000 hectáreas de viñedo en 2024, reduciendo su superficie total a 783.000 hectáreas. El número de explotaciones también disminuyó, arrastrado por el envejecimiento del sector y las dificultades en el relevo generacional. Las pequeñas bodegas sufren una presión constante, mientras que las cooperativas y las sociedades con mayor capacidad de inversión tienden a consolidar su posición. Esta tendencia a la concentración del viñedo no es nueva, pero los efectos del cambio climático y las dificultades económicas están acelerando el proceso.
La diferencia entre el precio que recibe el productor y el precio de venta al consumidor ha aumentado, según el INSEE. Mientras los precios en origen bajaron un 1,5%, el precio medio de exportación se mantuvo en niveles altos. Esta presión sobre los márgenes amenaza la viabilidad de muchas explotaciones, especialmente en las zonas más castigadas por las inclemencias climáticas, como Jura, Charentes o el Valle del Loira, donde la vendimia se redujo entre un 30 y un 70%.
El informe también pone de relieve un fenómeno llamativo: el comportamiento dispar del mercado francés frente a sus importaciones. En 2024, Francia importó un 9% menos de vino que el año anterior, con una caída tanto en volumen como en valor. Sin embargo, las importaciones de Prosecco crecieron notablemente, reforzando su posición como alternativa económica frente al Champagne, que registró una fuerte bajada tanto en el mercado interno como en las exportaciones.
En este escenario, Francia debe afrontar al mismo tiempo una reducción del consumo doméstico, una caída de la producción y una competencia internacional más activa. A nivel internacional, la producción de vino en 2024 también fue la más baja desde 1961, con 225,8 millones de hectolitros, lo que ha contribuido a mantener los precios elevados. Sin embargo, el consumo mundial también bajó un 3,3%, reflejando un cambio estructural en los hábitos de los consumidores y una mayor competencia entre las bebidas alcohólicas.
Francia sigue siendo uno de los principales exportadores de vino del mundo y conserva su liderazgo en muchas categorías, especialmente los vinos con denominación de origen. Pero las cifras de 2024 muestran que este liderazgo ya no es incuestionable. La producción nacional se enfrenta a una volatilidad cada vez mayor por causas climáticas, y el mercado interno se orienta hacia una demanda más fragmentada y exigente en precio.
Para mantener su posición, el sector francés necesita acelerar su adaptación al cambio climático, invertir en variedades más resistentes, mejorar la gestión del agua y revisar su estructura productiva. Al mismo tiempo, debe ajustar su oferta a un consumo que se transforma: menos vino, pero con nuevas exigencias de calidad, formato, sostenibilidad y precio. El vino francés sigue siendo una referencia mundial, pero su permanencia en ese lugar dependerá de decisiones estratégicas que ya no se pueden postergar.
| INFORME COMPLETO |
|---|
| (PDF)Informe Vinetur Mercado Vino Francés 2024 |
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