Jueves 12 de Septiembre de 2024
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El Pazo de La Cuesta es un Pazo histórico de Galicia cuyas primeras referencias históricas de su existencia datan del matrimonio en 1606 de Don Gonzalo de Quiroga Valcárcel con Doña Inés de Losada "de la Casa de la Cuesta", en un pergamino conservado en el Archivo de la Casa de Otero de Quiroga. Desde entonces La Cuesta irá pasando de generación en generación hasta que a mediados del siglo XIX es heredada por Dña Pastoriza Flórez de Losada y Quiroga, quien contrae matrimonio con Don Manuel Batanero Montenegro. Es por ello que desde entonces se le denomina localmente a la Casa como Pazo do Batanero.
Actualmente el Pazo es propiedad del tataranieto del matrimonio D. Manuel Bellod Álvarez de Lorenzana. La vinculación de La Cuesta con la producción de vino es recogida en varias fuentes históricas. Por ejemplo, Fernández Crespo, en su libro "La invasión filoxérica en la provincia de Lugo", 1.897, escribe sobre las experiencias «en algunas fincas como la de la Cuesta, en San Clodio, de la propiedad del señor Batanero, donde se cultivaban con buenos resultados las variedades importadas Aragonés , Burdeos, Vidadico y otras». Su abuelo Don Ildelfonso Flórez de Páramo anotaba todos los años la cosecha y comercialización del vino producido en sus tierras, entre ellas, La Cuesta, anotaciones conservadas en el archivo de la Casa do Castro, en O Castro. Así, en al año 1.835, escribe sobre el precio del cañado de vino (unos 34 litros) que se vendió en La Cuesta a 36 reales por cañado.
Unas décadas después La Cuesta añadiría el embotellado y comercialización del vino de la finca, concursando y obteniendo medallas en varias exposiciones, del cual se conservan todavía numerosas etiquetas con títulos curiosos tales como "Château La Côte", "Vino Higiénico de Mesa Añejo del Castillo y Granja de la Cuesta" "Vino Tostado Añejo del Palacio y Granja de la Cuesta", incluso, "Sidra del Palacio y Granja de la Cuesta".
Hoy el actual propietario ha puesto en marcha un proyecto de sostenibilidad patrimonial que pretende devolver a la Casa el esplendor de antaño y el protagonismo en el mundo del vino que ya tuvo durante el siglo XIX cuando se convirtió, probablemente, en el primer vino embotellado y etiquetado de Galicia y uno de los primeros de España. Al frente de este interesante plan se encuentra , Jesús Alvarez Alvarez Otero, como Director General / CEO de Pazo de La Cuesta, y de la bodega boutique de la Ribeira Sacra.
Para conocer más en profundidad este proyecto vitivinícola, Manuel Bellod Álvarez de Lorenzana, actual propietario mamablemente me respondió al siguiente cuestionario:
Al día de hoy, seguimos esperando el momento óptimo. Este año, el invierno fue bastante húmedo y experimentamos picos de altas temperaturas en julio, alcanzando casi los 40ºC. En el viñedo, implementamos técnicas para evitar el estrés de las plantas, buscando un equilibrio óptimo en la fruta. El estado sanitario de las uvas es excelente, y solo faltan unos días para alcanzar su maduración ideal.
La cosecha 2022, fue un año marcado por condiciones climáticas desafiantes, especialmente la falta de lluvias, lo que generó un estrés hídrico considerable en las vides. Esto resultó en una maduración desigual en distintas zonas de la región. Sin embargo, las lluvias intermitentes hacia el final del ciclo ayudaron a completar la maduración de la uva, logrando una cosecha exigente pero gratificante. Y la del 2023, la climatología fue extremadamente variable, con fuertes contrastes de temperatura y precipitación, incluyendo un calor otoñal atípico. La temporada comenzó con abundantes lluvias que recargaron las reservas hídricas del suelo. Aunque hubo temperaturas bajas en febrero (-6,1°C), no se registraron daños importantes. El verano aceleró la maduración, favoreciendo la acumulación de azúcares, aunque también generó algo de estrés hídrico. Finalmente, en septiembre, las condiciones fueron perfectas para la vendimia, con uvas aireadas, sanas y equilibradas.
Las tiendas especializadas son un aliado fundamental para nosotros. Son clave en la difusión de productos nuevos y en la evangelización de la cultura del vino. Aunque somos la bodega más antigua de Galicia.
Nuestro proyecto se relanzó hace tan solo cuatro años, tras más de un siglo de inactividad, y estas tiendas son un elemento fundamental para reintroducir nuestra marca y nuestros vinos en el mercado.
En el mundo del vino, no es indispensable tener grandes economías de escala y procesar ingentes cantidades para ser competitivo. Los proyectos personales, hechos con pasión, rigor y dedicación, suelen destacar. En Pazo de La Cuesta, estamos avanzando de manera constante, con una gestión cuidadosa de nuestros 10 micro-parcelas, lo que nos permite producir vinos que reflejan fielmente el terroir. La vinificación que llevamos a cabo es sumamente respetuosa y mínimamente intrusiva para que cada variedad muestre todo su potencial de la manera más pura.
Mi trayectoria profesional transcurrió durante más de veinticinco años en la banca de inversión internacional, pero hace unos años tomé la decisión de dejar ese camino para dedicarme a revivir este hermoso proyecto familiar que heredé de mi padre. Ahora represento a la decimocuarta generación.
Desde que mi padre heredó el pazo en los años 70 y nos llevó por primera vez, quedé fascinado por su historia, su misticismo y su profunda conexión con Galicia. La riqueza de su gastronomía, sus vinos, los paisajes que rodean el río Sil y el carácter de su gente me cautivaron de inmediato. Hace unos años, gracias al CSIC, descubrí que Pazo de La Cuesta era un verdadero tesoro: éramos la bodega familiar más antigua de Galicia y pude trazar la historia de mi familia desde la fundación del pazo en el siglo XVI. Además, supe que en el siglo XIX nuestros vinos no solo ganaban premios en España, sino que también se exportaban con éxito a países como Inglaterra. Incluso encontramos cepas prefiloxéricas plantadas por mi tatarabuelo. Con todo este legado, entendí que teníamos la oportunidad única de recuperar la tradición, crear un vino excepcional y devolverlo al lugar que le corresponde entre los grandes vinos del mundo.
Para mí, lo más importante es el maridaje y la relación calidad-precio. Existen vinos que cuestan 100 euros pero no lo valen, y otros que cuestan 10 euros y son sumamente interesantes. Lo emocionante es descubrir vinos poco conocidos que tienen historias fascinantes detrás.
Prefiero aquellos que no solo se destacan por su color, aroma o sabor, sino que también cuentan una historia interesante, una que se refleja en cada una de sus características y que convierte cada botella en una experiencia única y memorable.
Destacaría la conexión entre la gente, la gastronomía, y los paisajes, así como la rica historia que se encuentra detrás de cada viña y cada botella. Además, el vino tiene el increíble potencial de convertir cualquier ocasión en algo memorable, desde una cena íntima hasta una gran celebración, sellando momentos únicos que perduran en el tiempo.
Tenemos documentación que demuestra que mi familia ya elaboraba y comercializaba vino en el Pazo de La Cuesta desde el siglo XVI. Recientemente, descubrí en los archivos del pazo documentos que detallan la compra de cepas en Francia en el siglo XIX y la exportación de nuestros vinos a Inglaterra poco tiempo después. Este hallazgo, estudiado por el CSIC, confirmó lo que mencioné antes: somos la bodega más antigua de Galicia, y nuestros vinos eran muy apreciados tanto a nivel nacional como internacional hasta finales del siglo XIX.
Actualmente, somos 10 personas, con gran formación, experiencia y ganas. Le dedicamos muchos recursos al viñedo, que es el núcleo del proyecto, para poder elaborar cada añada mejores vinos. A medida que vayamos creciendo, el equipo también se expandirá.
Aunque estamos muy satisfechos con la calidad alcanzada en tan solo nuestra quinta cosecha, nuestro objetivo es seguir perfeccionando nuestro trabajo hasta convertirnos en una referencia no solo en Galicia, sino en toda España.
Queremos que más personas descubran nuestro vino y su historia, convencidos de que quien lo pruebe se enamorará tanto como nosotros. Contamos ya con una distribución nacional sólida, aunque aún tenemos áreas por explorar. Además, estamos enfocados en expandir nuestra presencia internacionalmente, con especial atención en mercados estratégicos como Estados Unidos, Reino Unido y el Norte de Europa.
Elaborar vinos de finca frescos, auténticos, diferentes, con personalidad, provenientes de viñedos sostenibles y con gran capacidad de guarda.
PAZO DE LA CUESTA GODELLO: Vino monovarietal de suelos arcillosos y graníticos, con fermentación a baja temperatura y ligero toque sobre lías. Excelente capacidad de guarda. Complejo, con aromas de fruta madura, cítricos y notas anisadas. En boca, es graso, equilibrado y con una acidez fresca.
PAZO DE LA CUESTA BRANCAS: Proviene de una parcela arcillosa llamada La Cocher. Es un ensamblaje de Treixadura, Albariño y Loureira, destacando sus aromas de pomelo, hierbas aromáticas y fruta blanca. En boca, es equilibrado, untuoso y muy persistente.
PAZO DE LA CUESTA MENCÍA: Elaborado con cepas viejas, fermentado en acero inoxidable y envejecido en barrica de roble. Es un vino fragante, con aromas de frutas rojas, toques de monte bajo y especias. En boca, es fino, de trago fácil y con un posgusto largo y refrescante.
PAZO DE LA CUESTA BRANCELLAO: Variedad ancestral que estamos recuperando y que nos está dando grandes alegrías. De capa baja y color rubí brillante, con aromas de frutos rojos, especias, laurel y eucalipto. En boca, es fresco, ligero y con taninos bien integrados.
PAZO DE LA CUESTA GARNACHA TINTORERA: Rara variedad de cepas prefiloxéricas, plantadas en 1860 procedente de 2 pequeñas parcelas. Fermentada a 20ºC con una crianza suave en madera. De color rojo picota, con aromas de frutos rojos, notas florales y barrica. En boca, es goloso, fresco y persistente.
PAZO DE LA CUESTA LA PASTORIZA: este vino es un homenaje a mis antepasados, Doña Pastoriza Flores de Losada quien, junto a su marido, Manuel Batanero Montenegro, convierten a Pazo de La Cuesta en una de las bodegas de referencia de la época. Este vino está previsto que salga a la luz hacia finales del 2024. Se trata de un Gran Vino blanco de guarda, elaborado principalmente con Godello y otras variedades blancas autóctonas gallegas. Fermentó a baja temperatura, tuvo casi un año de contacto sobre lías finas seguido de un afinamiento en fudre francés. Se trata de una limitadísima tirada de casi 2,000 botellas de esta nueva referencia. Queremos reivindicar el alto potencial de guarda de los grandes vinos gallegos. Este vino presenta multitud de pequeños matices, con paso por boca intenso, untuoso y muy sedoso. Una joya para el mundo.
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