Nueva Zelanda ante una vendimia 2024 de menor volumen pero de calidad prometedora

El impacto del ciclón Gabrielle en la industria vinícola neozelandesa

Jueves 08 de Febrero de 2024

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Viñedos de Nueva Zelanda
Viñedos de Nueva Zelanda

La industria vinícola de Nueva Zelanda se encuentra en una coyuntura particular mientras se aproxima la vendimia de 2024. Los informes preliminares apuntan a una calidad de uva "cercana a lo ideal" en todo el país, aunque los volúmenes de producción se prevén sustancialmente menores en comparación con los dos últimos años. Este escenario plantea tanto desafíos como oportunidades para los productores neozelandeses, quienes aún se recuperan de los daños causados por el ciclón Gabrielle en febrero de 2023.

El ciclón Gabrielle azotó la Isla Norte de Nueva Zelanda, dejando tras de sí un estimado de 13.500 millones de dólares neozelandeses (aproximadamente 8.420 millones de dólares estadounidenses) en daños y una pérdida aproximada de 20.000 toneladas de uvas. A pesar de que ya se ha realizado una vendimia (2023) desde el impacto del ciclón, los daños infligidos a las vides y la infraestructura vitivinícola no son algo que se pueda reparar rápidamente, fácilmente ni de manera completa.

Sin embargo, los productores de vino mantienen un "sentido real de anticipación este año", según Philip Gregan, director ejecutivo de New Zealand Winegrowers. Contribuye a este optimismo el fenómeno climático de El Niño, que tradicionalmente trae consigo abundante calor y sol a las regiones vinícolas del país, favoreciendo condiciones que han sido "cercanas a lo ideal" para el cultivo de la uva. Los informes indican que la maduración de las uvas avanza bien y la presión de enfermedades es baja, lo que sugiere que Nueva Zelanda se dirige hacia otra vendimia de vino de calidad.

A pesar de las expectativas de alta calidad, se prevé que los volúmenes de vino no se acercarán a los del año pasado. "A nivel nacional, esperamos que la cosecha de 2024 sea menor a la de los últimos dos años, quizás de manera significativa", afirma Gregan. Se están realizando encuestas previas a la vendimia en las bodegas para confirmar los informes anecdóticos de una cosecha menor en 2024.

En el año 2023, Nueva Zelanda cosechó 501.000 toneladas de uvas y exportó más de 2.000 millones de dólares en vino, lo que representó una caída del 6% en volumen con respecto a 2022 (532.000 toneladas). Sin embargo, el valor del vino neozelandés se disparó un 23% en 2023, gracias en gran parte a que los productores incrementaron los precios de sus vinos. Antes de esto, la producción en 2021 cayó un 19% hasta alcanzar las 370.000 toneladas en comparación con 2020 (457.000 toneladas), debido a los desafíos combinados de la COVID-19 y la escasez de mano de obra provocada por el cierre de las fronteras de Nueva Zelanda.

Cerca del 90% del vino de Nueva Zelanda se exporta, siendo Estados Unidos, el Reino Unido y Australia sus tres mayores mercados. En mayo del año pasado, se firmó un acuerdo de libre comercio entre Nueva Zelanda y el Reino Unido, que eliminó los aranceles sobre más del 97% de las exportaciones neozelandesas.

Este contexto presenta un panorama mixto para la industria vinícola de Nueva Zelanda. Por un lado, la calidad de las uvas promete producir vinos excepcionales que pueden seguir fortaleciendo la reputación de Nueva Zelanda como una región productora de vinos de primer nivel. Por otro lado, la reducción en el volumen de producción plantea desafíos en términos de satisfacer la demanda global y mantener la presencia en los mercados internacionales. Este equilibrio entre calidad y cantidad será determinante para el futuro inmediato de la industria vinícola neozelandesa, en un momento en que se busca superar las adversidades climáticas y fortalecer su posición en el competitivo mercado global del vino.

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