Albariño, una variedad con largo recorrido

Vuelvo a reencontrarme con unas de las elaboraciones más atractivas del actual panorama vitivinícola español. Llegan a Madrid, organizado por la UEC (Unión Española de Catadores), una representación de los vinos más longevos de la Denominación de Origen Rías Baixas.

Dos años hace ya de la publicación en este mismo medio sobre lo que para mí fue un grato descubrimiento, ciertamente casual, de la buena evolución de los vinos de la variedad Albariño. Un hecho aquel convertido en pasión personal por estas elaboraciones que hoy se reafirma con la cata organizada dentro del I Salón Vinos de Colección Rías Baixas. Un salón en el que un túnel del vino complementó a las tres presentaciones que a lo largo de la jornada mostraron el potencial, la capacidad de guarda y la evolución de los vinos llegados de esta denominación del noreste peninsular.

• "Colección Rías Baixas: juventud y complejidad". Masterclass dirigida por Álvaro Ribalta MW.
• "Colección Rías Baixas: madurez y evolución". Masterclass dirigida por Pila Cavero Mejor Sumiller de España 2013
• "Colección Rías Baixas: longevidad sin límite".  Masterclass dirigida por Fernando Gurucharri.

Una agenda cargada en estas fechas de eventos y obligaciones antes del cierre del año que únicamente me permitió visitar el salón por la tarde y asistir a la tercera de las ponencias. Previo a la Masterclass dirigida por Fernando Gurucharri, director de UEC, y para abrir boca, un recorrido por un túnel de vinos con 99 referencias en el que poder catar desde las elaboraciones más jóvenes hasta la más longeva del 2005, todas ellas comerciales, es decir, que cualquier consumidor las puede encontrar a la venta en el mercado, principalmente en establecimientos especializados. Vinos en los que la variedad Albariño es su máximo exponente y que también se ve complementada, en menor medida, por otras variedades como Treixadura, Caiño Blanco, Torrontés,..etc. y acompañando a los blancos un pequeña representación de vinos tintos a los que el paso del tiempo no les ha tratado nada mal. Un buen referente para conocer más los vinos longevos de la D.O. Rías Baixas.

Tras el recorrido por el salón es hora del plato fuerte de la jornada, al menos para un servidor. La Masterclass "Longevidad sin límite". Rías Baixas es diversidad en paisajes, en su mayoría sus cultivos son en emparrado, en torno al 70%, el restante 30% se cultiva en espaldera. De variedad de suelos; zonas de granito, de arena, de esquistos, aluviales, pedregosos,...etc. cada uno de ellos con sus particularidades pero todos ellos bajo la influencia del clima atlántico, hecho este que aporta cierta salinidad a sus vinos, más marcada en aquellos que nacen más cercanos a la costa, y algo común a la variedad Albariño que la permite evolucionar con el paso del tiempo y permitir su guarda, su acidez. La propia D.O. acoge 179 bodegas con un total de 4.321 ha. trabajadas por 5.011 viticultores en 22.832 parcelas, más singularidad y diversidad si del cultivo de la vid hablamos. Fernando, en su ponencia señala esta circunstancia: "Existen tantos Albariños como diversidad en sus viñedos".

¿Cómo son los vinos con crianza Rías Baixas?

Con lo anteriormente expuesto, procedo a la cata de 17 elaboraciones que arrancan con la más recientes de las añadas 2022, 2019 y 2018, hasta llegar a la más longevas de 2015, 2013 e incluso un 2011. Un recorrido que permite comprobar esa evolución que antes señalaba. Vinos en los que los aromas florales y los cítricos están muy presentes en los más jóvenes y que en los más longevos van cediendo el protagonismo a la fruta madura y las notas de panadería.

Qué gran descubrimiento fue tiempo atrás el uso de las lías para las crianzas, algo que la gran mayoría de los vinos de las bodegas presentadas ha usado en sus elaboraciones, dando como resultado unos vinos con mayor estructura, volumen y complejidad aromática. Sin olvidar esa agradable salinidad antes mencionada presente en varias de las elaboraciones, su frescura y la clave ante el paso de los años, la acidez, viva, vibrante e incluyo en alguna elaboración punzante, afilada.

Muchos, variados y muy buenos vinos, e incluso un par de gratas sorpresas en las que pasados los años, para aquel que sea capaz de no sucumbir a la tentación de abrir la botella, y en los que con casi toda seguridad una buena conservación les permitiría llegar en óptimas condiciones unos cuantos más para deleitarse de la "longevidad sin límites" de los blancos de Rías Baixas.