Vino en el tren

Mis Encuentros con el Vino, se desplaza al vagón cafetería del tren. Es una idea que rondaba mi cabecita desde hace...

Martes 19 de Octubre de 2021

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Mis Encuentros con el Vino, se desplaza al vagón cafetería del tren. Es una idea que rondaba mi cabecita desde hace un tiempo y por sugerencia de una gran amiga, así que en esta ocasión y aprovechando un tedioso e interminable viaje en tren para visita familiar, me puse a ello...

Tras recorrer cinco vagones a duras penas desde mi asiento, llegué a la barra del vagón cafetería. Pregunté por la disponibilidad de vinos, mi sorpresa fue que solamente tenían tinto, en botella de formato Benjamín, que equivale a ¼ de botella estándar. No pude elegir, era Beronia crianza de 2016, con D. O. Rioja. Pregunté por vino blanco y no tenían existencias. Su precio, 3,60€.

Parece que Renfe, por lo menos en trenes de largo recorrido como este Talgo, no apuesta, ni cuida el tema de servicio de restauración, ni muchos otros...

Procedo a la apertura de tapón de rosca y me lo sirvo en un vaso de plástico. Su color me sorprende, pues su granate-limpio con una capa bastante alta no estaba dentro de mis expectativas.

Lo acompañé con un sándwich triple, mitad vegetal y mitad mixto, cosa que agradecí, pues la temperatura del vino junto con el plástico, causó una punzada en mi estómago. De aromas, no conseguí sacar nada más que la crianza del vino, lo siento, y en paladar, estructurado y fondo torrefacto.

En este caso, el significado y origen de la palabra CATA, que viene del latín captare, que significa «coger, agarrar», no puede venir más a huevo! Ya que el traqueteo del tren, te obliga a ello...jejeje.

Esta ha sido mi humilde y optimista versión de los hechos. Os animo a poder saborear nuestros excelentes caldos en diferentes medios de transporte, quizá así, una demanda de ello, nos daría más alternativas!

P.D. Este post lo escribí hace tiempo...Creo que ya los trenes Talgo no están en circulación.

CURIOSIDADES:
Hablaré un poco del aroma a café o torrefacto en el vino:
La leyenda del origen del café recuerda curiosamente a la del vino.
Unos monjes yemenitas habrían constatado una excitación inhabitual entre sus cabras y se habrían dado cuenta de que comían los frutos de un arbusto desconocido, entonces ellos probaron estos frutos...

Las leyendas judías cuentan que Noé habría descubierto de la misma manera el vino y sus efectos, observando el extraño comportamiento de una cabra embriagada por unas uvas fermentadas.
El café es probablemente originario de Etiopía pero su cultivo se extendió por numerosos países tropicales y ecuatoriales, especialmente América Central y América del Sur.

El aroma del café comprende más de 850 componentes, entre los cuales el furfurilmercaptan  (Furan-2-ilmetanotiol es un compuesto orgánico que contiene un furano sustituido con un grupo sulfanilmetilo. Es un líquido transparente e incoloro cuando está puro, pero se vuelve de color amarillo al permanecer de pie por un tiempo prolongado. Posee un fuerte olor a café tostado y un sabor amargo)  y tiene un papel importante.

Ese perfume del vino se parece, como el cacao, a todos los matices llamados de torrefacción y su presencia parece igualmente ligada a la crianza en barricas nuevas y al calentamiento que sufren durante el cimbreo...

OBSERVACIONES :

No es lo mismo tomarse un vino en una copa de cristal de alta gama que hacerlo en un vaso de plástico... Para darse cuenta no hace falta ser un entendido o u estirado...simplemente haz una prueba sencilla, vertiendo el liquido en dos formatos de copa diferentes, verás que hasta el agua sabe de otra forma. Con el vino, un elemento líquido cargado de aromas y sabores que apetece disfrutar, pasa igual, por lo que la copa cobra una especial importancia si a ti lo que te gusta no es solo beberte el vino, sino disfrutarlo.

Estas deberían ser las características correctas de una buena copa: 

-Transparencia.

-El cristal tiene que ser neutro, no distorsionar colores que nos puede apetecer apreciar, sobre todo si bebemos rosados o vinos con años de crianza en botella.  

-La forma es lo más importante después del material, que preferiblemente ha de ser cristal, ya que según la silueta de la copa, se pueden concentrar unos aromas mejor que otros. Por ejemplo, copas estrechas, por lo general, no son buenas para meter la nariz y empezar a percibir fruta o especias.  ​

Según sea la forma de la copa y sobre todo su parte superior, su abertura, ésta "lanzará" el vino a una parte u otra de la boca, y según sea esa zona "geográfica", podrás percibir antes el dulce, el amargo, el salino... Una copa más estrecha, por ejemplo, lanza el vino a la punta de la lengua, estimulando la percepción dulce. Si es más ancha, el líquido va más atrás y excita otras zonas y papilas gustativas distintas.

Mis Encuentros con el Vino. Irene Sayas.

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