María Antonia Febrer, Bodega Blanca Terra: “Debemos seguir haciendo un vino de calidad y lograr que las administraciones se impliquen en dar visibilidad al vino de Mallorca en la isla”

Bodegas Blanca Terra, originalidad, innovación y calidad al servicio de los vinos de Mallorca

Carmen Fernández

Lunes 05 de Abril de 2021

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María Antonia FebrerMaría Antonia Febrer

Esta joven y familiar bodega mallorquina crece de forma imparable gracias a una propuesta que se diferencia por su originalidad, innovación y calidad tanto en la elaboración de sus vinos como en sus propuestas enoturísticas, perfectamente adaptadas a la nueva realidad surgida con la pandemia del coronavirus. Salida del impulso y la ilusión de Bernat Febrer, hablamos con su hija María Antonia, que colidera este proyecto con el que buscan situar a Mallorca en el imaginario del consumidor del vino a través de elaboraciones en las que se combina variedades y terroir bajo criterios de calidad y de apuesta por la tecnología punta.

Amparada bajo la IGP Vinos de la Tierra de Mallorca, ¿cree que existe un reconocimiento en el mercado nacional a los vinos de este territorio?

No, aún no, tradicionalmente a nivel nacional hay una serie de denominaciones de origen que hace tiempo que están haciendo las cosas bien y el consumidor está muy acostumbrado a ellas. A ello se une que la geografía de Mallorca hace que la mayoría de bodegas seamos productores pequeños enfocados a la calidad que estamos obteniendo muy buenas valoraciones en el sector más especializado pero aún somos poco conocidos entre el consumidor general.

¿Qué sería preciso hacer para dar a conocer estos vinos más allá de su territorio?

Las DO e IGP de Mallorca están haciendo un buen trabajo para promocionar el vino de Mallorca con eventos de cata y difusión en las redes sociales tan importantes hoy en día. Creo que el esfuerzo se tendría que poner en Mallorca, ya que es un destino turístico muy importante tanto nacional como internacional y es desde aquí dónde hay que dar a conocer nuestros vinos ya que tenemos una gran oportunidad de promocionarlo aquí mismo y que el consumidor tenga la oportunidad de probarlo y ver el buen trabajo que se hace en Mallorca. Es imprescindible que las bodegas continuemos en la línea actual de hacer un vino de calidad y que las instituciones se impliquen para dar visibilidad y publicitar el vino de Mallorca en la isla.

Las variedades de uva que cultivan son propias y foráneas, ¿qué cree que le confiere el terroir mallorquín a estas variedades que permiten elaborar vinos diferentes?

Junto con el clima de Mallorca, que nos permite dar tipicidad a los vinos, el suelo ayuda a que cada una de las variedades expresen su propia identidad.

En el cultivo y el cuidado de la tierra, en la elaboración de sus vinos, ¿cuál es el grado de intervención del enólogo?

Es muy alto, nosotros defendemos el concepto terroir en el sentido de utilizar las variedades que mejor se adaptan al terreno y al clima que tenemos, y queremos un vino que nazca de la tierra y con la mínima intervención en la bodega, por ello su experiencia y conocimiento técnico son muy importantes; y de hecho es quién decide las variedades a plantar, el tipo de formación y el marco de plantación. Jaume, nuestro enólogo, es de los que opina que el vino nace en la vid y que hay que hacer todas las tareas del campo en el momento preciso y estar muy atentos para poder prever antes de que aparezcan los clásicos problemas de la viña para prevenirlos, y que la bodega es una herramienta para ayudar a realizar un proceso de la manera menos intervencionista posible, pero sin que sufra alteraciones evitables y que podrían hacer que un producto muy bueno acabe siendo mediocre.

¿Cuál es su opinión sobre la viticultura sostenible, la biodinámica o la elaboración de vinos veganos?

Blanca Terra es una joven bodega que desde el principio ha nacido con unos principios muy claros. En el 2020 ya realizamos nuestra primera vendimia sin sulfitos y elaboramos los vinos de esa añada sin sulfitos añadidos. Además, todos los productos que utilizamos son de origen vegetal, con lo que podemos decir que nuestro vino es vegano, y estamos valorando si certificarnos como tal. Ese mismo año también iniciamos el trámite para poder elaborar vino ecológico, encontrándonos en este momento en reconversión y contando con un certificado que lo acredita.

También, en un futuro no muy lejano, vamos a preparar un documento interno de buenas prácticas tanto en el campo como en bodega en lo que a cuidado del medio ambiente se refiere, y al tratamiento y selección de residuos. Esas prácticas ya las llevamos a cabo, pero Blanca Terra crecerá y queremos que todos aquellos que formen parte del proyecto tengan claro nuestros principios.

¿Pueden calificarse como una bodega poscovid, nacida ya en la nueva realidad vitivinícola que ha propiciado la irrupción de la pandemia?

Para nosotros no ha cambiado nada. Antes de que toda esta situación nos sobreviniera ya habíamos empezado a potenciar la venta on-line con la creación de una propia tienda en la web con unos precios de transporte muy competitivos. Desde el principio de nuestro nacimiento tuvimos muy claro hacia dónde nos teníamos que dirigir, si bien es cierto que la experiencia que hemos ido adquiriendo nos ha hecho cambiar algunas cosas e incorporar otras que no estaban previstas.

Se han distinguido desde su inicio por su apuesta por el enoturismo, ¿cómo han planteado el desarrollo de esta actividad?

Cuando tomamos la decisión de mudarnos de instalación por una necesidad de espacio fue cuando decidimos enfocar la bodega al enoturismo. Vimos una necesidad clara en Mallorca de que hubiera una bodega a la que poder visitar sin necesidad de reservar y que, dentro de un horario establecido, el visitante fuera libre de poder escoger sin ataduras cuándo y a qué hora venir, pudiendo hacer la visita libre y a su aire sin la necesidad de guía. A pesar de este enfoque, también ofrecemos visitas guiadas, maridajes de diferente tipo e incluso experiencias gastronómicas con nuestros vinos.

Foto de Pablo Sabater

¿Es el enoturismo una actividad complementaria de la producción del vino o la han concebido como una actividad plenamente rentable en sí misma?

La hemos concebido como una actividad plenamente rentable en sí misma porque queremos que la gente pueda disfrutar de visitar una bodega cuando quiera y que sea una experiencia única, y por supuesto repetible en nuestra propia bodega.

¿Cuál es su visión como mujer al frente de este proyecto?

Para poder llevar este proyecto adelante, además de la tenacidad y la persistencia, es muy importante mantener un estándar de calidad muy alto para satisfacer la demanda del consumidor actual, cualidades que siempre he valorado muy positivamente. Pero creo también en el trabajo de equipo como uno de los factores fundamentales que nos distinguen. Cualquier persona que forme parte de Blanca Terra se tiene que sentir como uno más de la familia.

Precisamente podríamos definir esta bodega como familiar y femenina, ¿cuál ha sido el peso de la familia en la puesta en marcha de este proyecto?

Esta bodega nace por el impulso de mi padre, Bernat Febrer, por la energía que le caracteriza y la ilusión por crear proyectos nuevos. Desde mi padre a mis dos hijos, pasando por mi marido, todos nos hemos implicado desde el principio en que este proyecto fuera una realidad: desde las tareas del campo como la poda, la vendimia y otras, o todo lo que implica a nivel de marketing, promoción y legal-administrativo poner un proyecto de estas características en marcha, y ya por último atender a los clientes en la bodega y en las visitas una vez que hemos abierto la nueva bodega. Sin la familia este proyecto no sería posible.

¿Cuáles son sus proyectos de futuro para la bodega?

A corto plazo vamos a crear una línea de vinos elaborados con variedades autóctonas y estamos llevando a cabo un plan de internacionalización, a medio plazo vamos plantar más terrenos y a aumentar la producción, y a largo plazo de momento creo que con todo lo que tenemos en marcha en la bodega, además de atender nuestros otros negocios y a mi familia, ya es suficiente.

Carmen Fernández
Licenciada en CC de la Información y especializada en enogastronomía y turismo
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