Todo lo que necesitas saber sobre vinos, en 1 minuto

Tienes una comida de negocios, un evento especial o un acto formal en el que sabes que necesitas dar la talla en materia enológica, pero no tienes ni idea. No te preocupes, solo necesitas un minuto

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Esta guía rápida o rapidísima pretende ayudar a salir al paso a personas sin ningún conocimiento en el mundo del vino, así como punto de partida de todas aquellas personas que deseen iniciarse y no saben por donde comenzar.

La cata

Los expertos en vinos realizan la cata del vino, o “análisis sensorial” del vino, como se define habitualmente, en tres conocidas fases: vista, nariz y boca. En la vista para observar mejor el color y brillo es conveniente inclinar la copa sobre un fondo blanco (plato, mantel, servilleta,…).

Los colores luminosos y brillantes nos indican que estamos ante vinos jóvenes, a medida que el vino envejece se va “apagando”. Los blancos jóvenes son amarillo pálido o pajizo, con el tiempo evolucionan a dorados, oro o ámbar. Los rosados son rosa pálido o rojo claro y con el tiempo se vuelven asalmonados. Los tintos jóvenes son rubí o cereza y con el tiempo se vuelven granate o teja.

Para captar los aromas es importante que no existan otros olores que nos perturben. Cogemos la copa por la base y la balanceamos, de este modo se liberan más aromas. Los vinos jóvenes suelen tener aromas frutales y florares. Por el contrario los vinos envejecidos adquieren aromas especiados, a fruta madura, balsámicos o a madera.

Por último, un pequeño sorbo en suficiente para disfrutar el sabor. La lengua sólo capta cuatro sabores, dulce, salado, acido y amargo. La lengua también capta sensaciones táctiles, igual que nuestra piel (liso, rugoso, suave, áspero, caliente, frío,…), no obstante en lugar de estos términos el mundo del vino ha desarrollado su lenguaje propio por eso hablaremos de untuoso o con cuerpo, si es denso; astringente, si es amargo, fresco o vivaz, si es ácido; elegante o delicado, si es aterciopelado; persistente o largo, si tras el trago perdura el sabor en boca;…etc. Por último en boca, se obtiene el retrogusto o postgusto que es el aroma que deja el vino tras el trago al exhalar el aire de nuestros pulmones, parte del cual muchas veces sale por la nariz (vía retronasal)

Servicio

Ni en vino tinto debe estar del tiempo, ni el blanco frío. Cada vino debe estar a una temperatura en la cual sus aromas y sabor puedan percibirse en su máxima expresión. Los vinos tintos deben estar a una temperatura de entre 14ºC a 18ºC y los blancos y rosados entre los 10ºC y los 14ºC. Si el vino está a una temperatura superior lo mejor es usar una cubitera con hielo y agua para enfriarlo, a la hora de escanciar, llene poco cada copa, no más de un tercio. Una vez abierta la botella el vino debe consumirse en dos o tres días como máximo.

Maridaje

La regla más conocida de acompañamiento es el blanco y rosado con pescados, mariscos y platos suaves (ensaladas, aperitivos,…) y el tinto para carnes, asados, guisos y platos contundentes en general. Sin embargo cada vez más las nuevas corrientes empiezan a innovar en el acompañamiento culinario, el fin último y lo más importante es que un plato no desmerezca a un vino y viceversa, ambos deben salir ganando con la unión. La sed, se calma con agua, la idea del vino en la comida es potenciar el sabor de ésta sin llegar a taparlo.

La nueva corriente en el mundo del vino también habla de “momentos” para el vino, por ejemplo una primera reunión de negocios debe hacerse con un blanco, un cierre de negociación con un tinto; una primera cita con un blanco, un cita más pasional con un tinto,…etc.

Conservación

Si el vino se va conservar de inmediato (en periodos inferiores al año) puede reposar verticalmente, no obstante su forma óptima de conservación es horizontalmente. Lo más importante en la conservación del vino es que no existan cambios de temperatura bruscos y que no incida la luz directa sobre las botellas. El vino debe servirse siempre en copa de cristal totalmente transparente y limpia.

Variedades de uva

Las variedades de uvas más habituales en España son: para tintos Tempranillo, Garnacha y Monastrell; para blancos Albariño, Airén y Verdejo, para cavas Macabeo, Xarello y Parellada y para dulces Moscatel y Pedro Ximenez.

Las variedades internacionales más conocidas son: para tintos Cavernet Sauvignon, Merlot, Pinot Noir y Syrah; para blancos Chardonnay, Sauvignon Blanc, Riesling, Sémillon y Gewurztraminer.

Origen y añada

Los vinos habitualmente tienen un reconocimiento geográfico de procedencia, que en el caso de España, son las llamadas Denominaciones de Origen. Una Denominación de Origen, además de garantía de procedencia lo es de calidad, pues los vinos amparados por éstas deben someterse a una serie de controles. Las Denominaciones de Origen permiten el cultivo de las uvas autóctonas o típicas de ese lugar.

Los vinos en función de su envejecimiento suelen clasificarse en crianza, reserva o gran reserva. El vino crianza es cuando reposa al menos 6 meses en barrica y 18 meses en botella. El vino reserva permanece 12 meses en barrica y 24 en botella, por último el gran reserva descansa 24 meses en barrica y 36 meses en botella. Para los vinos blancos y rosados, estos tiempos son inferiores.

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