El Marco de Jerez impulsa el enoturismo con nuevas propuestas para el otoño

Sábado 27 de Septiembre de 2025

La región combina historia, gastronomía y tradición vinícola para atraer visitantes a sus nueve localidades y consolidar su oferta turística

El Marco de Jerez se prepara para recibir el otoño con una oferta renovada de actividades y propuestas enoturísticas. La región, conocida por sus Denominaciones de Origen Vinos y Vinagres de Jerez y Manzanilla de Sanlúcar, busca atraer a visitantes interesados en conocer su historia, su gastronomía y la variedad de sus vinos. El inicio del ciclo de la vid marca un momento propicio para recorrer las nueve localidades que conforman este territorio, donde la tradición vinícola se une a la riqueza cultural y paisajística.

Aurora Muñoz, guía oficial en Andalucía con más de 15 años de experiencia, explica que los vinos de Jerez y la Manzanilla están profundamente ligados a su entorno. El Marco de Jerez ha sido un punto estratégico desde la llegada de los fenicios hace más de tres mil años. Estos introdujeron las primeras vides y técnicas de elaboración. Posteriormente, los romanos impulsaron el comercio del vino y la cultura musulmana dejó su huella con la introducción del alambique. Durante la Edad Media, Jerez fue frontera entre reinos cristianos y musulmanes, lo que influyó en su desarrollo. Los puertos de Sanlúcar y Cádiz facilitaron el comercio internacional, situando a los vinos del Marco en mercados extranjeros, especialmente en Reino Unido.

La identidad de estos vinos se explica por factores como la cercanía al Atlántico, el suelo blanco de albariza, los vientos de levante y poniente, las marismas y el clima soleado durante gran parte del año. Todo ello da lugar a una gama amplia de estilos que solo pueden producirse en esta zona. Entre los principales tipos figuran el Fino, la Manzanilla, el Amontillado, el Oloroso y el Moscatel. Cada uno tiene características propias según su origen dentro del Marco.

El recorrido recomendado para quienes buscan conocer la región en profundidad incluye tres jornadas. El primer día se centra en Jerez de la Frontera. Se aconseja realizar un tour guiado para comprender los orígenes musulmanes y cristianos de la ciudad y su relación con el sector vinícola. Las visitas a tabancos permiten experimentar el ambiente tradicional donde se sirve vino directamente desde la bota y se apunta la cuenta en tiza sobre la barra. Además, es posible visitar tanto grandes bodegas como pequeños proyectos familiares.

El segundo día está dedicado a Trebujena y Lebrija, dos pueblos con fuerte tradición vitivinícola. En estas localidades es habitual encontrar pequeñas parcelas familiares cuyos propietarios venden uvas a cooperativas o elaboran vino en bodegas-garaje. Lebrija es también conocida por su vinculación con el flamenco y la alfarería. El recorrido continúa hasta Sanlúcar de Barrameda, localidad reconocida por su gastronomía basada en productos frescos del mar y por ser origen de la Manzanilla. Esta variedad cuenta con Denominación de Origen propia y es ideal para acompañar platos locales.

La tercera jornada propone visitar Chiclana de la Frontera, donde se puede pasear por las playas de La Barrosa o conocer el Mercado de Abastos local. En Puerto Real y El Puerto de Santa María se recomienda probar el pescado frito acompañado por Finos producidos en estas localidades. Chipiona y Rota completan el itinerario con sus vinos Moscatel y una oferta gastronómica ligada al mar.

El Marco de Jerez ofrece opciones tanto para quienes prefieren destinos costeros como para quienes buscan interior. Las mejores épocas para visitarlo suelen ser primavera y otoño debido a las temperaturas suaves, aunque las actividades relacionadas con el vino se mantienen durante todo el año. Para organizar una escapada enoturística existen recursos como la web oficial de la Ruta del Vino y el Brandy de Jerez, donde se puede consultar información sobre bodegas, alojamientos y restaurantes.

La región apuesta por un modelo turístico basado en la autenticidad, combinando historia, paisaje y una oferta gastronómica variada. Con ello pretende consolidarse como destino preferente para quienes buscan conocer más sobre los vinos españoles y disfrutar del patrimonio cultural andaluz.