Martes 16 de Septiembre de 2025
El sector de la alimentación y las bebidas afronta un periodo de incertidumbre debido a la aplicación de nuevos aranceles y a la situación comercial internacional. Un informe reciente de Crédito y Caución señala que, aunque se espera un aumento en la producción mundial de alimentos y bebidas del 2,4% en 2025 y del 3,1% en 2026, existen factores que pueden limitar el crecimiento del consumo.
El estudio indica que la imposición de tarifas arancelarias puede ralentizar el crecimiento económico y aumentar la inflación. Esto repercute directamente en los precios de los productos y en la renta disponible de los consumidores. Como consecuencia, se prevé una reducción del gasto en bebidas y productos gastronómicos. Los consumidores podrían optar por productos con precios más bajos, reducir el consumo de alimentos y bebidas no esenciales o mantener su nivel actual de gasto sin incrementarlo.
Aunque las previsiones para 2025 y 2026 apuntan a una posible bajada de precios, cualquier agravamiento de las disputas comerciales podría afectar negativamente a las cadenas de suministro y encarecer las importaciones agrícolas. Además, las condiciones meteorológicas adversas representan otro riesgo para el sector, ya que pueden alterar el suministro mundial de alimentos y ejercer presión sobre los precios.
Por regiones, el informe prevé que Asia Pacífico registre un crecimiento superior a la media, llegando al 5% en 2026. En cambio, América del Norte muestra cifras mucho más bajas, con un aumento previsto del 0,4% en 2025 y del 0,3% en 2026. Europa se sitúa por debajo de la media mundial, con un crecimiento estimado del 2,1% este año y del 1,4% en 2026. Dentro del continente europeo, Alemania e Italia presentan mejores perspectivas que otros mercados.
El consumo privado sigue apoyado por pequeños aumentos en el empleo y los salarios, junto con una desaceleración de la inflación. Sin embargo, la escasez de mano de obra continúa impulsando los salarios al alza. A pesar de que los precios han bajado en los dos últimos años, todavía se mantienen por encima de los niveles registrados en 2019 en toda Europa.
En Europa occidental se observa una tendencia al alza en la demanda de productos orgánicos y artesanales. Los consumidores muestran mayor interés por opciones saludables y sostenibles. Sin embargo, un posible repunte de la inflación o una disminución del poder adquisitivo podría afectar negativamente a este tipo de productos.
El sector también debe hacer frente a exigencias relacionadas con la sostenibilidad. Cumplir con estos estándares implica inversiones a corto plazo en energía limpia, cadenas logísticas ecológicas, reducción del desperdicio alimentario y envases sostenibles.
El informe concluye que el sector alimentario mantiene previsiones positivas para los próximos dos años en cuanto a producción. No obstante, advierte sobre riesgos derivados tanto de las tensiones comerciales como de factores medioambientales que pueden modificar las expectativas actuales.