El reto de afrontar el cambio climático desde la innovación y la responsabilidad

Carmen Fernández

Lunes 29 de Mayo de 2023

El cambio climático es uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la industria vinícola en la actualidad. Las condiciones climáticas extremas y los patrones meteorológicos cada vez más impredecibles están afectando el crecimiento, la maduración y la calidad de las uvas, lo que a su vez tiene un impacto directo en los vinos, que son cada vez más cálidos, astringentes y con menor capacidad de envejecimiento, lo que acorta su vida útil y modifica sus características.

El área mediterránea es una de las zonas donde los expertos destacan que el impacto del cambio climático está siendo mayor: aumento de las temperaturas, escasas precipitaciones, no homogéneas y con cada vez más riesgos de fenómenos extremos.

Ante esta situación es necesario buscar nuevas soluciones para tratar de paliar sus efectos: adaptar el trabajo en el viñedo y en la bodega seleccionar aquellos productos enológicos que nos permitan prevenir y/o solventar problemas ocasionados como consecuencia de este fenómeno.

Los enólogos tienen frente a ellos el gran reto de seguir consiguiendo vinos ricos en matices, que reflejen las características del viñedo del cual proceden, mostrando así la riqueza vitícola que ha hecho de España uno de los grandes productores de vino. Pero el incremento del calor y el estrés hídrico que sufren las plantas, acortan los ciclos y producen vinos no solo más alcohólicos si no con mayor tendencia a la oxidación, con aromas de reducción y más pobres en aminoácidos y vitaminas ya que las variedades tradicionales están peor adaptadas a esta nueva situación.

Como resultado, los productores de vino deben adaptar sus prácticas vitivinícolas para mantener la calidad y la cantidad de sus cosechas. La buena noticia es que tienen herramientas a su disposición:

Adaptación de las prácticas vitivinícolas al cambio climático: la viticultura sostenible

Una de las estrategias que los viticultores están adoptando es la selección de variedades de uva más resistentes, la implementación de tecnologías agrícolas innovadoras y el ajuste de las fechas de cosecha, en función de la brotación y la maduración, con el objetivo de equilibrar primero la maduración fenólica y tecnológica de las uvas y luego para optimizar las fermentaciones según el perfil de vino que queremos obtener.

En este proceso el papel de los enólogos es fundamental, pero también el asesoramiento y consultoría profesional, a través de empresas especializadas como Wine Improve, cuyo objetivo es ayudar a los productores de vino a mejorar la calidad de su producción y a optimizar sus procesos de elaboración, contribuyendo con sus productos enológicos especializados, a elaborar vinos adaptados a las nuevas necesidades del mercado.

Al mismo tiempo, mediante la cooperación conjunta con el enólogo, pueden ayudar a la optimización de los tratamientos fitosanitarios en el viñedo para el control de plagas  y enfermedades, desarrollando nuevas estrategias de elaboración adaptadas y optimizadas a la situación actual e introduciendo productos enológicos específicos que dan respuesta a estas nuevas situaciones: aminoácidos de levadura que actúan como bioestimulantes de las vides; extractos vegetales y microorganismos para la prevención/curación de las enfermedades fúngicas del viñedo; levaduras en crema con capacidad antioxidante para la obtención de  vinos sin SO2, extractos vegetales indicados para prevenir el envejecimiento prematuro de los vinos...

Además, cada vez son más los productores que se están sumando a la viticultura sostenible, utilizando prácticas como la agricultura ecológica, la gestión del agua y la conservación del suelo para mitigar los efectos del cambio climático en sus viñedos.

En todo este proceso Wine Improve ofrece asesoramiento y formación en diferentes áreas, como la viticultura y la enología, al tiempo que ofrecen también soluciones de maquinaria para mejorar la gestión de los gases, tecnología para el remontado aprovechando el CO2 de fermentación, a la vez que fomentan en el mundo vitivinícola la cultura de la sostenibilidad, promoviendo prácticas más respetuosas con el medio ambiente.

"El cambio climático representa uno de los mayores desafíos para la industria del vino en la actualidad. Como productores, tenemos que adaptarnos constantemente a las nuevas condiciones climáticas para garantizar la calidad y la sostenibilidad de nuestros vinos. Estamos comprometidos en continuar trabajando para enfrentar estos desafíos de manera responsable y sostenible,  garantizando un futuro próspero para la industria del vino", afirman desde Wine Improve

Y es que son muchos los desafíos a los que se enfrenta la industria vinícola en un clima cambiante: la aparición de nuevas regiones vitivinícolas y la necesidad de innovar son  retos pero también oportunidades que se presentan, y que deben gestionarse con inteligencia para evitar la pérdida de biodiversidad y la reducción de la calidad de los vinos.

El cambio climático es, pues, una realidad palpable para la industria vinícola, pero también es una oportunidad para innovar y adoptar prácticas más sostenibles, que nos permita garantizar no solo el futuro de la industria vitivinícola a largo plazo si no también garantizar la conservación del territorio para las generaciones futuras. En este sentido, es importante que los consumidores y productores de vino seamos conscientes de estos desafíos y trabajemos juntos para abordarlos de manera responsable y sostenible.

Carmen Fernández
Licenciada en CC de la Información y especializada en enogastronomía y turismo

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