Las grandes verdades y mentiras a la hora de servir el vino

Ni el vino blanco de la nevera ni el tino a temperatura ambiente, y otros tópicos erróneos que rodean el servicio del vino

Diferenciar entre la temperatura de servicio y la de consumo

Para Vinissimus resulta igualmente crucial diferenciar entre la temperatura de servicio y la de consumo. En ocasiones servimos el vino a la temperatura perfecta, pero dejamos que gane grados con el tiempo que trascurre en la mesa. La mejor solución a dicho problema no es otra que introducir el vino en una cubitera con hielo y agua; el líquido asegura que la temperatura se reparta de manera uniforme por toda la botella.

No deberíamos tener miedo tampoco a pedir una cubitera si estamos tomando un vino tinto en un restaurante. Ningún vino debería servirse por encima de los 20º, así que la mayoría de tintos agradecerán también ser refrescados. Si creemos que la botella se está enfriando en exceso, podemos alternar periodos dentro de la cubitera con otros fuera de ella.

Y recordad, si necesitáis enfriar una botella, la manera más eficaz y menos agresiva con el vino es siempre la ya mencionada cubitera con hielo y agua; si tenéis prisa, siempre podéis añadir sal sobre el hielo para que éste se derrita antes y enfríe mejor el agua.