La bodega Lungarotti renueva su hospitalidad y refuerza su vínculo con Umbría

El proyecto Progetto 1962 moderniza instalaciones y experiencias para atraer al turismo enológico y poner en valor la tradición familiar

Viernes 04 de Julio de 2025

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Lungarotti winery unveils renovated hospitality spaces blending tradition and modernity in Umbria

La bodega Lungarotti, situada en Torgiano, Umbría, ha presentado este verano la renovación de sus espacios de hospitalidad. La familia Lungarotti, que gestiona la bodega desde 1962, ha decidido actualizar tanto el exterior como el interior de sus instalaciones para ofrecer una experiencia más cercana y actual a los visitantes. El proyecto de renovación forma parte de una estrategia más amplia llamada Progetto 1962, que busca reforzar la conexión entre la bodega y su territorio, así como adaptar la imagen y los servicios a las nuevas tendencias del turismo del vino.

El cambio más visible se encuentra en la fachada principal, donde ahora figura el nuevo logotipo acompañado de la frase “Radici in Umbria” (Raíces en Umbría). Esta frase resume la intención de la familia: poner en valor el territorio no solo como un lugar físico, sino también como un estilo de vida basado en la calma y el disfrute pausado. Los visitantes pueden sentarse bajo la pérgola de la bodega y probar los vinos Rubesco 62 y Torre di Giano 62, dos etiquetas emblemáticas que han sido revisadas tanto en su presentación como en su perfil gustativo.

La renovación también afecta a los espacios interiores, especialmente a la Enoteca della Cantina. En este espacio es posible degustar vinos, almorzar y adquirir botellas. La nueva disposición busca que el visitante se sienta cómodo y pueda conocer mejor la historia de Lungarotti a través de las añadas antiguas expuestas. Estas botellas muestran el recorrido de una empresa familiar que ha apostado siempre por valores como la continuidad y el arraigo al territorio.

Chiara Lungarotti, directora general de la bodega, ha explicado que esta renovación es una parte más del plan de modernización iniciado con Progetto 1962. Según sus palabras, el objetivo es mantener la solidez y autenticidad del proyecto familiar mientras se adapta a los nuevos tiempos. La familia considera que tiene la responsabilidad de representar Umbría a través de sus vinos y su hospitalidad, promoviendo un estilo de vida saludable y en contacto con la naturaleza.

Durante toda la temporada estival, Lungarotti ofrece diferentes actividades para quienes visitan Torgiano o su finca en Montefalco. Los visitantes pueden participar en recorridos guiados con catas, rutas a pie entre viñedos o picnics al aire libre. Estas propuestas permiten conocer cómo se produce el vino desde la uva hasta la botella y disfrutar del paisaje umbro.

La experiencia se completa con visitas al Museo del Vino en Torgiano, donde se exponen más de 3.000 piezas relacionadas con la historia del vino desde época etrusca hasta el arte contemporáneo. Además, el Museo del Olivo y del Aceite acaba de celebrar su vigésimo quinto aniversario y también forma parte del recorrido cultural propuesto por Lungarotti.

La historia de esta bodega comenzó tras la Segunda Guerra Mundial cuando Giorgio Lungarotti transformó el negocio familiar en una empresa vinícola reconocida dentro y fuera de Italia. Hoy son tres generaciones las que mantienen viva esta tradición en las bodegas de Torgiano y Montefalco. Con el lanzamiento del Proyecto 1962 este año, Lungarotti busca reforzar su identidad original mientras mira hacia el futuro, apostando por vinos ligados al territorio y experiencias auténticas para quienes buscan conocer Umbría a través del turismo del vino.

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