Celeste completa su gama con un rosado de Cigales, consolidando su presencia en Castilla y León

Celeste se adentra en el mundo de los rosados con un vino de la DO Cigales, inspirado en los tradicionales claretes de la región. La bodega Pago del Cielo, parte de la Familia Torres, amplía así su gama Celeste, que ahora abarca las tres categorías de vino –tinto, rosado y blanco–, todas procedentes de denominaciones de origen reconocidas en Castilla y León.

El nuevo Celeste Rosé 2023, con un precio de 8,50€, recoge la esencia vitivinícola de Cigales, una región al norte de Valladolid conocida por sus rosados tradicionales o claretes. Estos se caracterizan por ser una mezcla de variedades tintas y blancas, destacando por su color vivo y sabor afrutado. El enólogo Juan Ramón García ha reinterpretado esta tradición, seleccionando parcelas de tempranillo de más de 40 años, junto con la presencia de variedades blancas. Para su elaboración, se ha llevado a cabo una maceración de pieles más prolongada que en los rosados pálidos, aportando al vino mayor color y cuerpo.

Tras la fermentación en depósitos de acero inoxidable, el vino se cría durante un mes en antiguos depósitos de hormigón subterráneos, lo que evoca la tradición vitivinícola de la región. El resultado es un vino de color salmón suave, complejo y con una intensa carga aromática. Se aprecian notas de flores blancas, frutas de hueso y un toque de anís. En boca es sedoso, ideal tanto como aperitivo como acompañando platos de pasta, ensaladas y pescados con salsas suaves de tomate.

La marca Celeste, nacida en 2005 con un tinto fino elaborado en Fompedraza bajo la DO Ribera del Duero, ha crecido con el tiempo. En 2020, además de los tres tintos de Ribera del Duero (roble, crianza y reserva), se incorporó un verdejo de Rueda, elaborado en Villafranca del Duero, llamado Celeste Verdejo. Ahora, con la adición del Celeste Rosé de Cigales, la gama queda completa, representando a las denominaciones de origen más destacadas en la producción de vinos en Castilla y León.

Cada uno de estos cinco vinos comparte no solo la marca, sino también la distintiva etiqueta envolvente que representa las constelaciones visibles durante las noches de vendimia, subrayando el vínculo entre la tradición y la innovación en la producción vitivinícola de la Familia Torres.