Marqués de Riscal Gran Reserva 2018: Tradición y Legado en Cada Copa

Elaborado con uvas de viñas de más de 80 años, este vino posee el estilo tradicional de la Rioja Alavesa en su máxima expresión.

Viernes 22 de Marzo de 2024

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La fascinante historia detrás de cada botella de Marqués de Riscal Gran Reserva 2018 empieza en los viñedos de la Rioja Alavesa, donde el tiempo parece detenerse entre las filas de cepas octogenarias. Estos venerables viñedos, custodios de secretos centenarios, proporcionan las uvas que, tras un meticuloso proceso de selección, se transforman en el emblemático vino de la bodega. La dedicación y el saber hacer heredado de generaciones se combinan para crear un vino que es más que una bebida: es una experiencia, una tradición y un legado.

Desde su cosecha, las uvas seleccionadas para Marqués de Riscal Gran Reserva son el resultado de una simbiosis perfecta entre la naturaleza y la experiencia humana. La elección de uvas de viñedos de más de 80 años no es casual; refleja el compromiso de la bodega con la calidad y la expresión más auténtica del terruño de la Rioja Alavesa. La colaboración con viticultores locales, que comparten la misma filosofía y dedicación, añade otra capa de autenticidad y respeto por el legado vinícola de la región.

El proceso de crianza del Marqués de Riscal Gran Reserva 2018 es un testimonio del equilibrio entre tradición e innovación. La estancia de 28 meses en barricas de roble francés no solo es una práctica consagrada por el tiempo; también es una apuesta por la calidad y la complejidad. Este periodo permite que el vino desarrolle un carácter y una elegancia incomparables, mientras que la paciencia y la atención al detalle durante los tres años de reposo en botella antes de su lanzamiento al mercado aseguran que cada copa sea una experiencia memorable.

La paleta aromática y gustativa de este Gran Reserva es un reflejo de su elaboración y crianza. Los tonos intensos de rojo picota esconden una complejidad aromática que juega entre lo frutal y lo torrefacto, con matices que recuerdan a las finas maderas. En boca, su textura untuosa y el equilibrio con la fruta hacen que cada sorbo sea un descubrimiento, con un final persistente que invita a degustarlo lentamente, saboreando cada matiz.

Su versatilidad en el maridaje lo convierte en el compañero ideal de una amplia gama de platos, desde quesos curados hasta carnes rojas y guisos de caza, pasando por el jamón de calidad. Esta capacidad para complementar y realzar los sabores de la comida lo establece no solo como un vino para ocasiones especiales, sino como un protagonista en la mesa, capaz de transformar una comida en una celebración.

Mirando hacia el futuro, el legado de Marqués de Riscal Gran Reserva promete continuar. Con cada añada, se renueva el compromiso de preservar las tradiciones vinícolas, al tiempo que se acoge la innovación. La promesa de que las mejores añadas, como la de 2018, se mantendrán en la botella durante 50 años o más es un desafío a la temporalidad, una invitación a ser parte de la historia y a disfrutar de un vino que, sin duda, supera el paso del tiempo manteniendo un sabor excepcional.

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