Jueves 15 de Junio de 2023
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El restaurante Mon Amie Maxi, una conocida brasserie francesa en Frankfurt, Alemania, ha llevado a un cliente a los tribunales luego de que este se negara a pagar la cantidad de 13.000€ por una botella Methuselah de Louis Roederer Cristal que había consumido.
El hombre, cuya identidad no ha sido revelada, es residente de Neuss, cerca de Düsseldorf. Se encontraba disfrutando de una salida nocturna en el mes de mayo del pasado año cuando solicitó al sumiller de Mon Amie Maxi que le trajera "una botella especial".
Los empleados del establecimiento indicaron que el cliente mostró gran entusiasmo cuando se le presentó una botella de seis litros de la prestigiosa cuvée de Louis Roederer, aunque no se ha revelado el año de la cosecha del champagne.
El cliente, entonces, con gran audacia y exuberancia, tomó un cuchillo y realizó un sabrage, un método para abrir una botella de champagne utilizando la hoja de un sable o un cuchillo grande, en la imponente botella. Posteriormente, compartió y disfrutó de su contenido con sus acompañantes.
Sin embargo, la celebración, cuyo motivo no ha sido divulgado, se vio abruptamente interrumpida cuando se le presentó la factura. El hombre experimentó un shock al darse cuenta de que la botella, que él pensaba tenía un coste de 1.300€, en realidad ascendía a diez veces esa cantidad.
Según el medio de comunicación alemán Bild, el restaurante ha presentado una demanda contra el cliente en un intento de recibir el pago adeudado.
La audiencia fue celebrada el pasado 15 de mayo en el juzgado de distrito de Düsseldorf. Ahora el juez intentará determinar si al hombre se le comunicó incorrectamente el precio o si simplemente hubo un malentendido o confusión por parte del cliente respecto a lo que el personal le informó.
Es importante señalar que los precios de las botellas de champagne pueden variar dependiendo de la cosecha y el punto de venta. Por ejemplo, una botella Cristal de ese tamaño, como en el caso de una del año 2004 que se vende en la tienda Selfridges, suele superar la marca de los 10.000€, pero otras no. El restaurante no ha querido revelar el año de la cosecha.
Además, los restaurantes a menudo añaden recargos adicionales para cubrir los costes de almacenamiento, servicio y otros gastos asociados a la oferta de vinos a los clientes.
La resolución de este caso podría arrojar luz sobre la importancia de la comunicación clara y transparente entre el personal de los restaurantes y los clientes, especialmente cuando se trata de productos de alto valor.
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