Wine Rider: El Alto Empordà I, tierra de contrastes

Una ruta de dos días para descubrir el Alto Empordà, una zona de influencia mediterránea a las faldas de los Pirineos de gran tradición viticultora

David Manso

Viernes 05 de Mayo de 2023

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Perelada
Perelada

Dos son las subzonas que comprenden la DO Empordà. El Bajo Empordà, localizado en la parte sur de la provincia de Girona, y el Alto Empordà, situado al norte y que comprende un triángulo que parte desde Figueres para llegar con sus vértices, uno al norte, hasta las montañas de la Sierra de la Albera, frontera con la vecina Francia, y otro al este, hasta el Cabo de Creus, llegando hasta el mismo Mediterráneo.

Su localización hace a este territorio influenciado por mar y montaña un espacio único, diverso, de gran variedad en suelos y un clima muy particular en el que la famosa Tramontana ejerce su poder tanto en el campo como en la vida cotidiana de sus habitantes.

A grandes rasgos, la DO. Empordà es pequeña en cuanto a su extensión y producción si se compara con el resto de denominaciones. Zona de tradición milenaria en el cultivo de la vid y elaboración de vinos, cuenta con gran variedad de suelos por su particular orografía. En partes más altas de montaña encontramos suelos pizarrosos que se van desgranando en esquistos según vamos bajando y que finalmente se convertirán en arenosos llegando a su costa a orillas del Mediterráneo. Un territorio en el que predominan las viñas viejas en vaso de las variedades Garnacha y Cariñena, ambas en sus tres variedades; negra, que le dicen aquí a la tinta, rosada o gris y blanca, las cuales coexisten con foráneas como Savignon Blanc, Macabeo, Cabernet Sauvignon y Syrah.

Un eslogan de la propia denominación bien podría definir el actual Empordà: "Una tradición: el vino de Garnacha. Una tendencia: el blanco. Una apuesta: vinos de crianza de Garnacha y Cariñena"

Carme y Carlota

Primera de las paradas en esta ruta nos lleva a la localidad de Capmany para conocer el trabajo de Vinyes d´Olivardots. Un proyecto familiar que Carme y su hija Carlota desarrollan desde el 2002 siguiendo una filosofía de viticultura biodinámica, el uso de fitoterapia y la sostenibilidad, algo que Carlota conoce muy bien y pone en práctica en sus viñedos. Sus vinos, para los cuales emplea ánfora (tinaja) y barrica en la crianza, buscan reflejar las buenas prácticas, naturalidad y las variedades empleadas, o variedad en el caso de los monovarietales de gama alta de la bodega. Tras la cata de varias de sus elaboraciones en diferentes dependencias de la bodega, entre ellas una magnífica azotea en la que disfrutar no solo del vino, sino que también del paraje que rodea a la bodega, Carme se guarda una sorpresa que descubriremos durante el segundo día de ruta.

Vinyes d´Olivardots
Vinyes d´Olivardots

Con la siguiente visita conoceremos un concepto diferente. Perelada es también una bodega familiar pero con una filosofía diferente que comprende no solo la elaboración de vinos, sino también del enoturismo. La adquisición del castillo del S.XIV por la familia Suqué allá por 1923 arranca un proyecto que hoy en día es un espacio para el disfrute del vino. Un monasterio con iglesia y claustro góticos, el cual alberga también una biblioteca en la que se documenta la elaboración de vino seis siglos atrás, museo, sala de exposiciones, Wine bar, Hotel, restaurante, campo de golf, un festival, el Castell Perelada, y la última incorporación, una bodega-museo subterránea de diseño.

La variedad de vinos que elabora Perelada es amplia, al igual que la variedad de suelos que acogen sus viñedos en diferentes localizaciones que están representados en la visita a la bodega, vinos de cuidada elaboración, vinificaciones no solo por variedades, sino también por parcelas, un amplio despliegue en medios y técnicas para elaborar vinos de calidad. Disfrutar de la gastronomía de proximidad en su Wine bar con una amplia gama de productos, algunos de ellos tan de cercanía que salen de las huertas y jardines de sus instalaciones, y que se acompañan con los vinos de Perelada mientras uno disfruta de las vistas. Catamos varios vinos entre ellos su vino "top" RCR, un tributo al estudio de arquitectura que ha diseñado la nueva bodega. Un vino de Garnacha de gran calidad, buena estructura y original presentación sólo disponible a quienes visiten la finca. Y dos buenas elaboraciones: Només 2022, un blanco de Garnacha Blanca con fruta fresca, especiado y fácil de beber, y Finca Espolla 2020 de Monastrell y Syrah intenso, de aromas frutales y balsámico.

Sala de barricas de Perelada

Como cierre a esta primera jornada regreso a Figueres para preguntar a Xavier Albertí, Presidente de la DO Empordà, sobre esta denominación, la oferta de enoturismo y sus vinos, y para asistir a un salón de vinos en el que 20 bodegas mostraran sus elaboraciones y explicarán sus proyectos. Un recorrido con unos 120 vinos para tener un referente de las tendencias nacidas de la DO Empordà, donde las variedades Garnacha y Cariñena están muy presentes. En ocasiones  estas se complementan con esas foráneas o  bien son usadas para elaborar monovarietales. Blancos sorprendentes, tintos con volumen y la personalidad que les confieren las variedades usadas y sus suelos. Y las tradicionales elaboraciones de "Vinos de Garnacha", vinos dulces de licor, de solera, intensos, únicos y muy particulares. Un buen referente para conocer un poco más de la DO Empordà a través de sus vinos y sus elaboradoradores.

David Manso
Licenciado en Marketing y apasionado del vino.
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