Enoturismo en plena naturaleza a menos de una hora de Madrid: desconexión, aire libre y vinos ecológicos

Origen, tierra y naturaleza son claves fundamentales para entender las características y la filosofía de la bodega Las Moradas de San Martín, situada en plena Sierra de Gredos, a menos de una hora de Madrid. La bodega se encuentra en un paraje único, rodeada de sus singulares parcelas bien delimitadas por afloraciones rocosas de granito, encinas y monte bajo, cada una con orientación e identidad, cada una con su propia historia.

De la mano del responsable de enoturismo de la bodega, Manuel Blasco, ahondamos en el peso del terruño en la elaboración de los vinos y en su línea de creación de nuevas experiencias enoturísticas con las que sorprenden a sus visitantes. "Hemos decidido crear nuestras actividades como nos gustaría disfrutarlas a nosotros mismos, combinando esparcimiento, algo de aprendizaje y sobre todo mucho disfrute con nuestros vinos", nos explica Blasco, "saliendo a catar entre los viñedos, enseñando a podar cuando es la temporada, o incluso alargando la jornada para ver las estrellas en el maravilloso cielo de San Martín de Valdeiglesias".

Para entender la apuesta de esta bodega por la filosofía de viticultura ecológica y elaboración de vinos veganos, la mejor idea es acercarse a conocer sus viñedos y vivir el enoturismo en plena naturaleza, en contacto con la tierra que da sentido a estos vinos, "tratamos de mostrar a nuestros visitantes la importancia de este territorio en todo lo que hacemos: los sorprendentes suelos de granito, las especiales garnachas y albillos que se crían aquí, una elaboración artesanal y ecológica, la influencia de la Sierra de Gredos, la limpieza de nuestros cielos... Todo esto ayuda a crear nuestra historia, lo que somos", destaca el responsable de las experiencias enoturísticas de esta bodega de Sierra de Gredos.

Las Moradas de San Martin ha sabido fidelizar a sus visitantes con el trabajo de sus profesionales y sus grandes vinos pero eso no ha hecho que sus responsables se hayan relajado. "Son tiempos convulsos para el turismo, en un contexto complicado pero a la vez lleno de oportunidades", explica Blasco, que destaca que, tras las primeras olas de la pandemia, han detectado el incremento de las ventas online de sus productos y de la llegada de enoturistas sobre todo a nivel nacional.

Manuel Blasco explica que el visitante que elige Las Moradas no ha cambiado en su perfil, "podemos decir que se ha ampliado, y cada vez son más los viajeros que vienen a disfrutar de nuestro enoturismo de terruño. Muchos de estos visitantes esperan al último momento para hacer sus reservas, así como muchos viajeros que ni siquiera reservan pero que llegan por aquí, y esto hace que nos tengamos que adaptar en los horarios de apertura y de las experiencias".

Naturaleza y espacios abiertos, oportunidad para el desarrollo del enoturismo

El COVID ha propiciado la salida de la población desde las ciudades a los pueblos y zonas rurales en busca de aire fresco, espacios abiertos y, por tanto, de la naturaleza y eso encaja perfectamente con el enoturismo, que gana enteros en este nuevo contexto post Covid. "Eso nos beneficia, ya que las actividades de nuestra bodega se realizan en el exterior, rodeados de viñedos cultivados de forma ecológica, encinas y formas rocosas espectaculares", reflexiona Blasco, quien destaca el enorme poder del enoturismo como complemento perfecto para impulsar el sector vitivinícola, beneficiando al conjunto del entorno rural aportando todo lo que muchos de los visitantes están demandando en la actualidad: desconexión, aire libre y buenos vinos.

En definitiva, esta bodega en la que el enoturismo nos permite conocer mejor sus vinos y su forma de entender la elaboración de sus vinos ha conseguido seguir sumando durante la pandemia a cada vez más amantes de la filosofía de Las Moradas, que valoran su carácter ECO y su situación en mitad de la naturaleza como elementos que la convierten en la mejor elección para disfrutar del enoturismo muy cerca de Madrid.