El vino en los tiempos del cólera

Desde la lareira del Museo do Viño de Galicia acompañamos con un vino de Oporto (hermano -¿quizás hijo?- de la...

Escrito porLuis Congil

Domingo 19 de Abril de 2020

Compártelo

Leído › 8010 veces

Desde la lareira del Museo do Viño de Galicia acompañamos con un vino de Oporto (hermano -¿quizás hijo?- de la viticultura gallega) la lectura sobre epidemias que les recomendamos esta semana. Se trata de la joya de la literatura hispanoamericana y  clásico atemporal de Gabriel García Márquez "El amor en los tiempos del cólera", que desarrolla como telón de fondo la lucha del doctor Juvenal Urbino contra esta pandemia en Colombia durante la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX.

Y elegimos el oporto como compañía para la genial obra de Gabo porque, igual que el cólera, este vino fortificado del norte de Portugal  sirve, en parte, de hilo conductor de la trama sobre el amor verdadero de Fermina Daza y Florentino Ariza, 51 años, nueve meses y cuatro días añejado en la bodega del silencio. Y es que para este amante secreto, constante y platónico, el "vinho de Porto" parece ser su principal aliado en la ajetreada vida sexual con que, recurriendo a 622 amantes (según su diario) trata de guardar la ausencia de Fermina Daza.

Así, como si de un sildenafilo decimonónico se tratase, Florentino Daza no duda en aprovisionarse del vino de las riberas del Alto Douro antes de emprender cualquier trabajo amatorio. Sirva de ejemplo como, precavidamene, en cuanto decide ir a visitar a su amante Prudencia Pitre "... metió en una bolsa dos botellas de oporto y un frasco de encurtidos –no sabemos si forman parte de la fórmula magistral- y se fue a verla sin siquiera saber si estaba en su casa de siempre".

De esta forma, como adobo de sus episodios amorosos  "sentados en la terraza, frente al mar abierto (...) bebían oporto y comían encurtidos sobre pan de monte que Prudencia Pitre cortaba de una hogaza en la cocina".

El oporto es, con mucho, la bebida que más aparece en la novela, casi siempe de la mano de Florentino Ariza, aunque su antagonista, Juvenal Urbino -marido durante medio siglo de Fermina Daza- lo cata también en la obra, muy de tarde en tarde, igual que alguna copa de vino que bebe "de golpe"  con motivo de alguna celebración.

Otro estilo vinícola se desvela en la novela para  Lorenzo Daza, el padre de la protagonista, Fermina Daza,  personaje "de origen incierto" que bebía "vino de barril con los asturianos del mercado público, mientras peleaban a gritos por otras guerras inciertas que no eran las nuestras". ¿Sería Lorenzo Daza de origen asturiano, quizá gallego (Daza-Deza)? ¿Procería el "vino de barril" de los miles de Ribeiro que se exportaban en esa época desde el puerto de Vigo con dirección a las comunidades emigradas de América ? Incógnita no resuelta.

Lo que es indiscutible es el protagonismo  enológico del oporto en "El amor en los tiempos del cólera", casi siempre de manos de Florentino Ariza, que lo usa tanto como calmante ("...en un estado de exaltación que no había logrado apaciguar ni con cuatro copas de oporto...")  como estimulante ("...los temores de aquel encuentro se disiparon con el oporto del aperitivo...")  sin que ello impida que este personaje acabe por partirse una pierna cuando tras  consumir "el oporto (...) y medio vaso de vino" y se sube temerariamente a una escalera.

El vino de Oporto fue popularizado entre la burguesía de todo el mundo por los comerciantes ingleses, tras abandonar en los siglos XVI y XVII el tráfico de los blancos y tostados de Ribadavia a causa de los múltiples enfrentamientos bélicos que cortaron las redes comerciales con España. Desde entonces, los británicos propiciaron la fortificación de los vinos del Alto Duero, que les permitiría un mejor flete marítimo y los iría adaptando a sus gustos y, por extensión, a los de los gentilhombres de todas las sociedades decimonónicas y de principios del siglo XX, incluidos los colombianos.

El cultivo aterrazado de las explotaciones del alto Duero fue desarrollado en parte importando los modelos y la mano de obra de viñadores gallegos, muchos de los cuales trabajaron de jornaleros en la configuración de este paisaje, y puede que fuesen también derterminantes en la generación de aquellos caldos. El parecido entre algunos de estos paisajes lusos con viñas pautadas ladera abajo hacia el Duero, y ciertos rincones de la Ribeira Sacra del Miño y del Sil es asombroso.

Monterrei, la otra Ribera del Duero

Además, la uva sousón, una tinta autóctona de Galicia aromática y frutal, con presencia hoy en la Denominación de Origen Monterrei, es una de las uvas que se utilizan en la elaboración del oporto. El camino de partida de esta variedad pudo ser precisamente desde Monterrei, cuyo río, el Támega, es afluente del Duero,  lo que la convierte hoy, con sus tintos poderosos y estructurados, en "la otra Ribera del Duero" del Estado español. La uva sousón también está presente en las DO gallegas Rías Baixas, Ribeira Sacra y Valdeorras.

Respecto a las correlaciones existentes entre la actual  Covid-19 con "los tiempos del cólera" –que el doctor Juvenal Urbino luchó por desterrar durante toda su carrera-  cabe  señalar el carácter pandémico de la expansión de la enfermedad,  que desde sus reservorios en India provocó entre cuatro y  seis pandemias entre 1807 y 1899-1923, accediendo las últimas al continente americano precisamente por Colombia.

Igual que en nuestro caso, poco podían hacer los médicos hasta que se descubrió el causante de la enfermedad, en este caso el bacilo Vibrio cholerae, por el médico italiano Filippo Pacini en 1854.  Desde entonces, esta pandemia aún se reprodujo en varias ocasiones, hallándose posteriormente la vacuna.  Al iIgual que en la actual enfermedad del coronavirus, en gran parte de los casos su desarrollo era benigno o asintomático, pero cursaba con gravedad en un porcentaje trágico de casos, se estima que 1 de cada 20.

Una reflexión postrera, sobre la primera  -y más icónica, quizá- frase de la novela: "Era inevitable. El olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados".  Esta famosísima imagen olfativa de Gabriel García Márquez coincide -además de con el cianuro- con un aroma que a veces está presente en algunos vinos. Se trata de un característico "olor a almendras amargas" presente –para mal- en algunos caldos, debido al contenido de  benzaldehído o del alcohol bencílico.

No se alarmen. No es tóxico, y su procedencia puede estar determinada por el hongo Botrytis cirenea durante algún momento del proceso de vinificación, y también por la resina epoxi que recubre algunos depósitos. En cualquier caso, ya saben: cuando lo hallen en algún vino, les será inevitable recordar, como al doctor Juvenal Urbino, los amores contrariados.

Un artículo de Luis Congil
¿Te gustó el artículo? Compártelo

Leído › 8010 veces