Antes de decir “el vino no es para mí” piensalo dos veces

Si sos de los que, al momento de ser invitado a beber una copa de vino, te disculpas diciendo que...

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Jueves 27 de Febrero de 2020

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Si sos de los que, al momento de ser invitado a beber una copa de vino, te disculpas diciendo que el vino no es para vos, que no te gusta, es probable que aún no hayas probado el vino que mejor se adapta a tus preferencias. Pero ten calma, una de las mejores cosas del mundo del vino es que hay tantos estilos como gustos posibles.

Así, por ejemplo, podemos ir desde los vinos muy dulces de Cosechas Tardías (también llamados Late Harvest) hasta los muy corpulentos y tánicos tintos con crianza en roble; los hay con burbujas, que tienen mayor o menor nivel de dulzor; otros tienen un volumen alcohólico alto y existen también muchos otros jóvenes y afrutados blancos, tintos y rosados.

Veamos entonces cuales son las características de cada uno de los diferentes vinos para saber qué esperar de cada uno de ellos.

Clasificación de los vinos

Existen diferentes tipos de clasificaciones de los vinos, sin embargo aquí me concentraré en las tres más extendidas. Estas son la Clasificación General, Clasificación por edad y Clasificación por grado dulce.

Clasificación general

Esta clasificación trata sobre los distintos tipos de elaboración de los vinos, así podemos encontrar

Vinos tranquilos: Son aquellos que tienen un grado alcohólico que varía entre los 9 y 14,5% vol. Por lo general son secos y suelen tener muchas similitudes al momento de la elaboración. Estos vinos a su vez pueden ser:

  • Blancos: Elaborados, sin contacto con los hollejos, de uvas blancas o tintas. Fermenta durante 7-10 días.
  • Tintos: Fermentan en contacto con los hollejos de uvas tintas de 12 a 20 días.
  • Rosados: Se elabora a partir de uvas tintas; al inicio en contacto con los hollejos que son retirados luego de unos pocos días. También se pueden conseguir a partir de una mezcla de uvas tintas y blancas. Fermentan de 7 a 10 días.

Vinos especiales: Por el contrario los vinos agrupados aquí tienen grandes diferencias de elaboración. Pueden ser:

  • Generosos o Licorosos: Son vinos fortificados; se les añade alcohol vínico para obtener mayor volúmen alcohólico y estabilidad.Pueden contener entre 14 y 23% vol. Pueden contener más o menos azúcar residual y por ello los encontramos secos, abocados o dulces. Los más conocidos son el Oporto y Madeira de Portugal, Jerez en España y Marsala en Italia.
  • Dulces Naturales: Para obtener estos vinos el enólogo detiene la fermentación antes de que las levaduras terminen de transformar todo el azúcar en alcohol; este azúcar residual puede ir desde los 8 y 30 gramos por litro de vino. Se debe diferenciar entre los Vinos Dulces Naturales y los Vinos Naturalmente Dulces, tema que abordaré en otro post.
  • Espumosos naturales: Estos vinos obtienen sus burbujas de forma natural, gracias a una segunda fermentación que puede realizarse en la misma botella que luego encontramos en los puntos de venta o en tanques de acero herméticos y cerrados a presión (autoclave). El mayor representante de este tipo de vinos es con seguridad el Champagne.
  • Gasificados: Son vinos a los que se les ha añadido el gas carbónico, total o parcialmente, de forma artificial antes del embotellado, al igual que a una gaseosa. Pueden llamarse también frizantes.
  • De aguja: Los vinos de aguja conservan una pequeña cantidad de gas carbónico disuelto, que puede ser endógeno o añadido, y que es principalmente perceptible en el paladar. La cantidad de carbónico es muy inferior a la de un vino espumoso.
  • Enverados o Chacolís: Son vinos elaborados a partir de uvas que no han madurado del todo, generalmente por causas climatológicas y por ser originarios de zonas muy frías. Su volumen alcohólico oscila entre los 7 y 9 %.
  • Derivados vínicos: Son bebidas que se elaboran a partir de vinos. En este grupo entran los vermouth, aperitivos vínicos y vinos aromatizados.

Clasificación por edad: En esta clasificación los vinos se diferencian por el tiempo de reposo que pasan en la bodega antes de salir al mercado. Así podemos encontrarnos con:

  • Vinos jóvenes: Pueden ser blancos, tintos o rosados. Generalmente no tienen ningún tipo de crianza, en el caso de que la tengan es de un tiempo mínimo. Suelen presentar aromas y sabores propios de las uvas con que son elaborados y para aprovechar esa frescura se recomienda consumirlos entre 12 y 24 meses luego de la cosecha.
  • Vinos de Crianza: Son los que han pasado un tiempo de crianza en madera y botella, que puede variar desde 6 a 24 meses, según se trate de un vino de Crianza, Reserva o Gran Reserva. Generalmente son tintos, aunque hay muchos blancos en esta categoría; es difícil encontrarlos como rosados. Sus aromas, colores y sabores se verán influenciados por el tiempo de crianza y por el tipo de envase utilizado para la misma. Pueden conservarse desde 3 años, en el caso de los Crianza, hasta más de 14 en el caso de los Gran Reserva; sin embargo cada caso es particular, no deben aplicarse generalidades.

Clasificación por grado dulce: Esta clasificación se aplica principalmente a los vinos espumosos que pueden ser:

  • Vinos secos: Contienen menos de 5 gramos de azúcares por litro.
  • Vinos semisecos: Contienen entre 5 y 15 gramos de azúcares por litro.
  • Vinos abocados: Contienen entre 15 y 30 gramos de azúcares por litro.
  • Vinos semidulces: Contienen entre 30 y 50 gramos de azúcares por litro.
  • Vinos dulces: Contienen más de 50 gramos de azúcares por litro.

Este post se publicó originalmente en El blog de Lau Malbec.

Un artículo de Lau Malbec
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