¿Cómo influye la tipografía en el sabor del vino?

El tipo de letra de la botella cambia la percepción del sabor del vino

Jueves 15 de Septiembre de 2016

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Cuando nos disponemos a comprar un vino, y no tenemos opción de probarlo antes, lo único que podemos hacer es formarnos una expectativa, es decir intentamos "adivinar" como sabrá el vino.

En la conformación de esta expectativa está directamente involucrada, entre otros factores, la tipografía del vino. La letra forma parte importante de la marca.

Esto es lo que hemos descubierto en Wine Branding Design, expertos en diseño y creatividad para el sector vinícola, donde nos muestran el poder que la tipografía tiene en la marca de vino.

No es tarea sencilla. En el arte de diseñar una marca y crear una experiencia agradable, están involucradas muchas variables: la etiqueta, el posicionamiento, el precio, los colores...

Los diseñadores saben de la influencia de la tipografía en la manera de "ver" un producto. Por el tipo de letra intuimos el precio, el estilo o incluso la edad del vino.

Asimismo, una tipografía también puede cambiar el sabor del vino. Por sorprendente que parezca, la tipografía puede alterar la percepción del sabor del vino que tomamos.

Según una investigación reciente de la Universidad de Oxford, la tipografía ejerce un papel fundamental en la percepción de la marca.

En efecto, las palabras que leemos anticiparán e intensificarán nuestra percepción y disfrute de un sabor, y la forma en que estas palabras se ven pueden hacer lo mismo.

El tipo de letra puede asociarse a un vino caro e incrementar el placer

Según un estudio llevado a cabo en Pasadena (Los Ángeles), en el Laboratorio de Neuroeconomía Rangel del Instituto de Tecnología de California, en colaboración con la Escuela de Negocios de Stanford, un precio más elevado en una botella de vino no sólo influye en el sabor que percibimos del vino, sino que también aumenta nuestro placer.

En este sentido las tipografías tipo 'Serif', es decir con remates en sus extremos o "teminales de pie" (como la Times o la Georgia), escritas en trazo delgado se asocian con un vino más caro.

Por el contrario el tipo 'Sans Serif', es decir sin remates con cortes rectos (como la Arial, Tahoma o Helvética), con trazo grueso, y ángulos rectos por lo general se asocian a vinos más económicos.

En cuanto a las formas, una tipografía regular y simétrica se asocia a mayor calidad, y por tanto aumenta las posibilidades de compra, por el contrario, las formas triangulares llamativas y sobre todo irregulares, quedan en un segundo plano a la hora de la compra.

Las formas redondeadas, por ejemplo un estilo 'Sans Serif' de remates suaves o ligeramente redondeados, se asocia a vinos más suaves y fáciles de beber.

Pero no es sólo la tipografía en sí lo que influye en el sabor. El diseño de la letra también puede afectar a la expectativa del sabor del vino, antes de probarlo. Además de los tipos de letra, los distintos colores, texturas y formas de éstas pueden hacer cambiar la percepción del vino por completo.

Por ejemplo, los colores de letras de tonos terrosos y las letras angulosas, pueden incrementar la sensación de sabor amargo (tánico) en el vino. Por el contrario, los tonos rosados y letras redondeadas, e incluso en cursiva, intensifican los sabores dulces y florales.

No es manipulación, es nuestro subconsciente

Los expertos insisten en que no se trata de manipulación, sino de algo que sucede en nuestro cerebro a nivel instintivo, es decir sin prestar atención consciente sobre ello.

El motivo de que actuemos de este modo está en nuestro cerebro primitivo y la amígdala, dos componentes de nuestro sistema nervioso central 250 veces más rápido que nuestro córtex cerebral o cerebro consciente. De esta manera, nuestro cerebro primitivo no necesita "pensar", simplemente actúa.

La explicación se remonta a los instintos básicos de cazadores-recolectores de los humanos. Según expertos, las formas regulares nos inspiran equilibrio, sosiego y calma, mientras que las irregulares todo lo contrario, lo que pone nuestro cerebro en alerta ante un potencial peligro. Se trata de un aviso subconsciente de nuestro propio cerebro para mantenernos seguros.

Sin embargo, tal y como explica Martin Lindström autor del bestsellet "Buy-ology", a nuestro cerebro le gusta la congruencia, por tanto si se persigue potenciar la acidez o tanicidad de un vino, de manera directa, un tipo de letra angulosa y algo irregular podría ser aceptado por nuestro cerebro y ser positivo.

Vinos del Viejo Mundo y vinos del Nuevo Mundo

Un ejemplo de diferentes usos en la tipografía se puede ver en las tipografías etiquetas de los vinos del Viejo Mundo y los vinos del Nuevo Mundo.

Las etiquetas del Viejo Mundo, especialmente Francia, usan estilos de tipo de letra más tradicionales, las letras suelen estar realizadas en estilo artístico ("lápiz", "oleo" o "grabados") y en color monocromo, dos colores a lo sumo, y en tonos sobrios y apagados.

Suelen acompañarse, o envolverse, de elementos tradicionales de la propia bodega o símbolos de procedencia. Este tipo de diseño se relaciona directamente con la historia y la autenticidad. Esto se convierte en una metáfora visual de lo que suponemos será la experiencia de beber el vino. Se asocia a vinos más caros y acentúa la percepción que tenemos del sabor del vino.

Las tipografías del Nuevo Mundo, o de "corte moderno", desprenden un carácter más empresarial y se asocian a la moderna tecnología utilizada para hacer el vino. Puede relacionarse con valores contemporáneos y jóvenes. Están orientadas a atraer a una audiencia lo más amplia posible. Son de estilo más ilustrativo y moderno, o fotográficas. Los colores pueden ser más brillantes, con texturas y acabados modernos.

¿Cuál es el mejor tipo de letra a utilizar?

No hay una fórmula mágica para elegir un tipo de letra con éxito, se trata de buscar la mejor combinación a la hora de transmitir el mensaje correcto. El tono, el contexto, el tamaño y el color apropiado son variables a tener en cuenta.

Por ejemplo, si desea que un producto justifique un precio mayor, dirigiéndose a un público más selecto y reducido, el uso de un tipo de letra serif, fina, diseñada regularmente, con buen contraste, y remates con "pie", en un tamaño no muy grande, con un estilo limpio y minimalista, y en tonos de colores apagados puede transmitir esto.

Si lo que se desea es incrementar las ventas accediendo a un público mayor y acentuar la sensación de un vino "fácil" de beber, un tipo de letra sans serif, en negrita, con líneas redondeadas o en cursiva, y tonos de colores suaves, pueden intensificar esto.

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