Nacho Costoya embajador de la DO Monterrei en el Campeonato Mundial de Jefes de Sala

Nacho Costoya, Campeón Nacional de España de Jefes de Sala fue el encargado de representar a nuestro país en el Campeonato mundial de Jefes de Sala (Coupe International Georges Baptiste de Restauration), este certamen se viene desarrollando desde el año 1990 para estudiantes de Servicios de Restauración y cada cuatro años para profesionales celebrándose en cada ocasión en un país diferente y siendo Japón el anfitrión en esta ocasión.

Para la Denominación de Origen Monterrei esta es la primera vez que se promocionará en el país asiático y Antonio Méndez Atanes, Presidente del Consejo Regulador quiere resaltar la importancia de que un profesional con proyección internacional como el representante español sea embajador de los vinos de Monterrei en un acontecimiento de esta magnitud.

Según declaraciones del representante español “es complicado resumir en lo vivido durante 10 días en el transcurso del Campeonato Mundial de Jefes de Sala-Maitres en Tokio. Predomino el nerviosismo viendo el altísimo nivel no solo de concursantes sino de un jurado muy exigente, mirando y analizando el detalle, pasando revista en cada prueba, para comprobar que los participantes fuesen - de punta en blanco- “.

“Comida internacional, vinos de todo el mundo ( Francia, California, Italia,…) y debiendo argumentar como un buen literato todo aquello que decías, al tiempo que te hacia un interrogatorio para ver tu saber y cultura sobre los temas de restauración”.

“La competición fue una gran Torre de Babel, Canadá, Japon, Francia, Eslovenia, Luxemburgo, Portugal,.. y un largo etcetera de países y culturas que compartimos mesa, mantel y nerviosismo, todos con una única meta DIGNIFICAR LA PROFESIÓN”, asegura Costoya

Desde hace ya tiempo, Nacho Costoya es un prescriptor de los vinos de la D.O.Monterrei, vinos que el considera que por su Estructura, Elegancia y Persistencia se han convertido en un referente convirtiéndose en vinos apasionados, mágicos, que te llegan al corazón. Vinos “amantes en boca”, que no dejan indiferentes y tienen su propia identidad.