El vino y las emociones

En este primer post queria hablar de dos temas apasionantes para mí y que unidos resultan un poco chocantes… “el vino” y “la psicología” pero ¿qué tiene que ver una cosa con la otra?

Pues a simple vista parece que no mucho, pero si nos paramos a pensar un poco, resulta que el vino tiene una serie de propiedades como son su color, sus aromas y su sabor, que enlazan directamente con nuestros sentidos y de allí van directamente a nuestro centro de procesamiento que es el cerebro. El cerebro… “nuestro centro neurálgico de operaciones”…, el encargado de procesar toda la información que transmiten los nervios sensoriales.

Por otro lado nuestra mente rige los procesos psicológicos básicos como son:

1. la atención
2. la percepción
3. la motivación
4. el aprendizaje
5. el lenguaje
6. el pensamiento
7. la memoria
8. LA EMOCION.

Así que, el vino, a través de nuestros sentidos, los nervios sensoriales, y el procesamiento mental, puede llegar a generar una serie de emociones en nosotros.

El vino como evocador de recuerdos:

De todas las sensaciones que nos produce el acto de beber vino, la más directa y la que llega directamente a nuestro cerebro más primitivo, es la sensación del olfato. El aroma de un vino es capaz de evocar recuerdos….¿Quién no asocia un olor determinado con su infancia, un país o un viaje?, el olfato es un gran evocador de recuerdos y de las emociones asociadas a esos recuerdos.

El vino como generador de emociones:

Además de generar emociones debido a la asociación con recuerdos y acontecimientos del pasado, también al degustar un vino se pueden llegar generar emociones de manera directa; estoy hablando de la emociones básicas ; alegría, sorpresa, tristeza, asco y miedo…

Muchos pensareis que esto es una locura… pero estoy segura que no… ¿quién sabe?

Fuente: http://psicoenologia.wordpress.com