Miércoles 24 de Septiembre de 2025
El salón SITEVI, que se celebrará del 25 al 27 de noviembre en Montpellier, ha presentado este miércoles, 24 de septiembre, una infografía sobre la irrigación inteligente aplicada a la agricultura de precisión. Este evento internacional reúne cada dos años a profesionales de la vid, el vino, la arboricultura y el olivo. En esta edición, la gestión del agua y las soluciones tecnológicas para asegurar los cultivos y optimizar recursos serán temas centrales.
Según los datos publicados por la organización, en Francia el 11% del agua extraída en 2020 se destinó a la agricultura, lo que supone 3.400 millones de metros cúbicos. De esa cantidad, el 92% se utilizó para riego. Las extracciones se concentran en verano y la agricultura puede llegar a representar hasta el 80% del consumo de agua durante ese periodo, especialmente en el suroeste del país.
Entre 2010 y 2020, la superficie regable en Francia aumentó un 23%. El mercado europeo de irrigación inteligente pasó de 300 millones de euros en 2020 a una previsión de 500 millones en 2025, con un crecimiento anual estimado entre el 12% y el 15%. En cuanto a los sistemas empleados, el riego por aspersión ocupa el 87% de las superficies regadas en Francia. El riego por microaspersión representa un 8%, con un incremento del 120% en diez años y se utiliza sobre todo en fruticultura. El riego por gravedad supone un 5% y se concentra en zonas de montaña, donde ha crecido un 42% en ese mismo periodo.
La incorporación de sensores conectados es uno de los avances más recientes. En Francia hay más de 30.000 sondas instaladas para medir la humedad del suelo y el estado hídrico de los cultivos. Estas tecnologías permiten ahorrar entre un 30% y un 50% de agua y reducir las pérdidas asociadas al exceso o la falta de riego. El uso de inteligencia artificial y algoritmos aplicados a la irrigación permite ajustar el consumo según el clima, el tipo de suelo y la plantación. En 2023 se estima que Francia ahorró 32 millones de metros cúbicos de agua gracias al empleo de sondas conectadas.
El informe también señala que entre 2015 y 2022 se observó un aumento medio del rendimiento agrícola del 15%, junto a una reducción en el uso de fertilizantes y fitosanitarios debido a una mejor absorción de nutrientes por parte de las plantas. Además, la energía utilizada para el bombeo puede disminuirse notablemente con estos sistemas.
El mercado europeo de drones agrícolas también está creciendo. Aunque su adopción sigue siendo limitada en Francia —con unos 600 equipos en uso en 2023—, se prevé que alcance los 7.320 millones de dólares en Europa durante este año, con una tasa anual superior al 8%. Los drones permiten identificar áreas con estrés hídrico o enfermedades mediante sensores, lo que facilita una gestión más precisa del riego.
A pesar del avance tecnológico, los métodos tradicionales no han desaparecido. El riego por aspersión ha crecido un 17% en los últimos diez años y el riego por gravedad ha aumentado un 42%. La elección entre sistemas modernos o convencionales depende del tipo de cultivo y del coste inicial que supone cada tecnología. Para cultivos sensibles al agua o de alto valor económico, como ocurre en fruticultura, la inversión en microaspersión puede estar justificada. Sin embargo, para grandes extensiones dedicadas a cultivos básicos, mejorar la eficiencia de sistemas ya existentes resulta más viable económicamente.
SITEVI pondrá especial atención este año a estas cuestiones relacionadas con la gestión eficiente del agua y las nuevas tecnologías aplicadas al sector agrícola. La cita servirá como punto de encuentro para conocer las últimas tendencias e intercambiar experiencias sobre cómo afrontar los problemas derivados del uso intensivo del agua en agricultura y cómo las soluciones tecnológicas pueden contribuir a una producción más eficiente y sostenible.