Olivícolas de Mendoza: Liderazgo en AOVE, Oleo turismo y Producción en el hemisferio sur

Danielasquez

Martes 29 de Abril de 2025

Mendoza, un referente en la producción orgánica de AOVE

Mendoza, tradicionalmente líder en vitivinicultura, se ha consolidado en las últimas décadas como un actor significativo en la olivicultura mundial, destacándose como un importante productor de aceite de oliva virgen extra (AOVE) de calidad en el hemisferio sur y representando el segundo cultivo frutal en extensión dentro de la provincia.

La provincia, declarada Capital Iberoamericana de la gastronomía, se consolida como una de las principales regiones olivícolas de Argentina y Latinoamérica.

El olivo, segundo cultivo frutícola en extensión en la provincia, prospera gracias a condiciones agroecológicas excepcionales: un clima seco, suelos profundos y una baja incidencia de plagas que facilitan un manejo con reducido uso de agroquímicos e impulsan la producción orgánica.

En la última década, la industria local ha experimentado una notable modernización, con inversiones significativas en infraestructura de procesamiento, almacenamiento y trazabilidad. Además, el creciente enfoque en prácticas sostenibles y la expansión del oleoturismo, en sinergia con el ya consolidado enoturismo, diversifican la economía provincial y fortalecen el valor añadido de la cadena olivícola mendocina.

La olivicultura exhibe una notable expansión, con una superficie cultivada que, según diversas fuentes, se sitúa entre las 13.000 y 26.000 hectáreas, representando cerca del 10% del total frutícola de la provincia y el 40% de la producción nacional de aceite de oliva. Este crecimiento subraya el desarrollo del sector en el agro mendocino.

La producción se procesa en alrededor de 120 establecimientos, reflejando una diversidad productiva. El destino principal de la cosecha es la aceituna de mesa (58%), seguido por la producción de aceite de oliva (21%), con un porcentaje restante de doble propósito. Predominan variedades aceiteras como Arbequina, Frantoio, Biancolilla, Barnea y Coratina, junto a las de doble propósito Manzanilla y Empeltre.

La calidad de los aceites mendocinos, certificada por la Indicación Geográfica (IG) Mendoza, ha impulsado su reconocimiento internacional. En 2024, las exportaciones de aceite de oliva virgen extra alcanzaron los USD 33,6 millones FOB (USD 44,4 millones incluyendo todos los tipos), con Brasil, Chile, España, Estados Unidos y otros países como principales compradores. A pesar de una ligera disminución del 17% en el volumen exportado, el valor promedio creció un 13%, evidenciando una estrategia enfocada en la calidad y la diferenciación en mercados de alto valor.

La ventaja de la contra estación respecto al hemisferio norte permite a Mendoza abastecer mercados internacionales en períodos de menor oferta global, especialmente ante los desafíos productivos que enfrenta el Mediterráneo por el cambio climático. Marcas emblemáticas como Familia Zuccardi (Zuelo), Laur, Centenario, Maguay y Olivícola Simone han consolidado su presencia en mercados exigentes gracias a esta calidad distintiva.

En 2024, 24 marcas locales obtuvieron este prestigioso sello tras superar rigurosos controles de trazabilidad, análisis físico-químicos exhaustivos y exigentes paneles de cata sensorial.

La variedad autóctona Arauco se erige como un factor clave de diferenciación, aportando un perfil sensorial único con notas picantes, un amargor equilibrado y un elevado contenido de polifenoles.

El proceso de certificación IG exige que cada lote sea sometido a la supervisión de organismos técnicos como el INTI y la Facultad de Ciencias Agrarias, garantizando el cumplimiento de estándares internacionales. Adicionalmente, la incorporación de sistemas de seguridad avanzados en los envases, como códigos QR y etiquetas con tecnología void, refuerza la confianza en los mercados internacionales.

Marcas emblemáticas como Laur han alcanzado la cima del prestigio, siendo elegida en múltiples ocasiones como la mejor olivícola del mundo por el EVOO World Ranking, con aceites –a menudo blends donde brillan las variedades Arauco y Arbequina– galardonados en numerosos certámenes. Familia Zuccardi (Zuelo) también cosecha importantes laureles internacionales, reflejando la excelencia del terroir mendocino en sus aceites premium.Olivícola Simone es otra firma mendocina con una sólida presencia en mercados exigentes gracias a la calidad de sus AOVE.

En concursos como Olivinus, celebrado en la propia Mendoza, los aceites locales han obtenido los máximos reconocimientos, incluyendo el premio al "Campeón Olivinus", con menciones especiales para la variedad Arauco, como el premio "Raúl C. Castellani - Mejor Arauco" otorgado a Gran Laur (de Millán SA). Otros aceites con IG Mendoza, como Don Bosco IG Mendoza, también han sido distinguidos.

La calidad mendocina se evidencia igualmente en el Buenos Aires International Olive Oil Competition (BAIOOC), donde Laur, con su monovarietal de Arauco "Alto en Polifenoles", ha alcanzado la máxima distinción de "Best of the Best". Numerosos aceites mendocinos han obtenido medallas de oro, plata y bronce en estos y otros certámenes, destacándose tanto blends como monovarietales de variedades como

En relación al óleo turismo, la provincia se consolida como un valor en alza, ofreciendo experiencias que integran la producción, la gastronomía y el paisaje mendocino. Iniciativas como la "Ruta del Olivo" y eventos como el Festival Provincial del Envero 2025 buscan fortalecer este segmento.

El oleoturismo emerge como un activo creciente en Mendoza, atrayendo visitantes a regiones como Maipú, Luján de Cuyo, San Rafael, Junín y San Martín con una oferta diversificada que incluye visitas guiadas a olivícolas y almazaras, degustaciones especializadas, experiencias de cosecha manual, talleres artesanales, maridajes gastronómicos con aceite de oliva como protagonista, tratamientos de spa y circuitos combinados con bodegas.

Numerosas fincas, como Laur, Zuelo, Centenario; Maguay y otras, han abierto sus puertas a esta modalidad, enriqueciendo la experiencia turística provincial.

La industria olivícola mendocina mira hacia el futuro con un fuerte impulso hacia la innovación, la expansión de la producción orgánica y la diversificación hacia productos derivados como cosméticos y alimentos gourmet.

El fortalecimiento y profesionalización del capital humano es una prioridad, con instituciones como la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo y la obra Don Bosco liderando la formación técnica y profesional.

En una etapa de madurez y consolidación, la olivicultura mendocina vislumbra una cosecha 2025 prometedora, impulsada por condiciones climáticas favorables y una creciente demanda internacional de aceites certificados de alta calidad. La cosecha 2025 presenta expectativas alentadoras gracias a condiciones climáticas favorables y una creciente demanda internacional de productos certificados de alta calidad.

El enfoque estratégico en la excelencia, la innovación, la trazabilidad y la sostenibilidad posiciona a Mendoza como un referente indiscutible en el mercado global del AOVE, abriendo nuevas oportunidades y fortaleciendo su identidad internacional.

A pesar de desafíos como la atomización productiva y la competencia global, las ventajas agroecológicas, la calidad reconocida de sus aceites y el auge del oleoturismo auguran perspectivas alentadoras para este sector resiliente y en constante crecimiento.

Con un enfoque en la calidad certificada, la innovación, la sostenibilidad y el desarrollo del capital humano, la olivicultura mendocina se proyecta como un referente indiscutible en el mercado global del AOVE, ofreciendo aceites diferenciados y de excelencia para los paladares más exigentes.

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