VinoSub30
Viernes 07 de Marzo de 2025
Este post fue inspirado por la nota que publicó Robert Joseph sobre la polémica frase expresada por un vendedor de vinos británico en un intercambio online: "Queremos vender buenos vinos a la buena gente y que los demás tomen vinos basura".
En el mundo del vino, existe una narrativa que divide a los consumidores: por un lado, una élite que "entiende" y "merece" beber buenos vinos; por el otro, una supuesta masa que se conforma con productos de menor calidad. Este discurso no solo es excluyente, sino que también es una trampa para la industria.
Al etiquetar a los consumidores y crear barreras artificiales, el vino se percibe como un producto inaccesible, alejado de la vida cotidiana. En un mercado donde compite con cervezas artesanales, cócteles listos para tomar y bebidas no alcohólicas sofisticadas, esta actitud no solo limita su alcance, sino que también refuerza estereotipos que ahuyentan a nuevos consumidores.
Y lo digo desde mi experiencia personal: yo también disfruto de esos vinos que algunos llaman "trash". Son accesibles, están disponibles en cualquier lugar y, a veces, son exactamente lo que necesito. No todos los momentos requieren una cata en silencio con notas detalladas; a veces, simplemente quiero un vino fácil de beber para compartir, relajarme o disfrutar sin complicaciones.
Necesitamos:
En lugar de clasificar a los consumidores entre "los que entienden" y "los que no", la industria debería enfocarse en crear experiencias que inviten a descubrir, disfrutar y compartir. Solo así el vino seguirá siendo relevante y vibrante para las nuevas generaciones.
¿Qué opinas? ¿Crees que el vino debe ser más inclusivo? ¡Me encantaría leer tus reflexiones!