Balbás, Vinos únicos, profundos e intensos

Esta bodega inicia su andadura en 1777 que siempre desde sus inicios a estado vinculada al terruño y a la vid durante casi 250 años. Abundio Balbás, el tatarabuelo, elaboraba vino para consumo propio con las uvas procedentes de sus tierras, que transportaba en "botas" hechas con piel de animales.

Esta experiencia se convirtió en un oficio, el de "boteros", que la familia ha sabido desarrollar y evolucionar hasta llegar a ser a día de hoy una de las bodegas referentes de la DO Ribera del Duero, de la que fueron fundadores en 1982.

En la actualidad al frente de la bodega se encuentra Juan José Balbás, tataranieto del fundador y hoy director general, Clara de la Fuente y las hijas de ambos, María Balbás y Patricia Balbás , dos hermanas que son la séptima generación tomando el relevo familiar, y que siguen el legado dejado por sus antecesores. Para conocer todo lo que conlleva todo lo heredado y sus nuevos proyectos dialogamos con Patricia Balbás, Directora General Adjunta de la bodega.

¿Cómo ha sido la vendimia en el 2023 y cómo se presenta el 2024, perspectivas?

En nuestro caso, la vendimia 2023 fue una campaña larga que comenzamos a finales de septiembre y terminamos en la segunda quincena de octubre.

Afortunadamente, las heladas tardías en primavera no afectaron nuestros viñedos, pero en innumerables plantaciones provocaron daños y pérdidas que alcanzaron la totalidad de la cosecha.

La sequía sí fue un factor decisivo porque acumulamos ya varios años con lluvias muy escasas y veranos muy calurosos. El invierno fue lluvioso lo que permitió a la viña acumular reservas para soportar la sequía posterior, lo cual no evitó que a finales del verano muchas vides mostraran ya signos evidentes de fatiga.

Los primeros días de septiembre regresaron de nuevo las lluvias abundantes con temperaturas elevadas, lo que generó inquietud y miedo a la proliferación de enfermedades a las puertas de la vendimia, que llevó a muchos a adelantar fechas y comenzar la recolección.

Nosotros mantuvimos la calma, la uva estaba sana pero no en su óptima maduración por lo que preferimos esperar al momento óptimo para su recolección. Fue una decisión dura y complicada, pero nuestros vinos son de altísima calidad y no podemos recolectar la uva si no está perfecta.

Aún es muy pronto para hacer ninguna predicción de lo que nos depara la campaña 2024, esperemos a la brotación y veamos cómo evoluciona. En el campo dependemos del cielo, no podemos controlar ningún parámetro, por lo que cada campaña es impredecible y única.

¿Cómo fueron las anteriores cosechas?

Los últimos años estamos alcanzando magníficas calidades. La campaña 2022 fue muy buena, y las tres anteriores excelentes. Esperemos seguir así muchas vendimias más.

Para elaborar un buen vino, ¿qué es lo más importante?

La calidad de la uva es nuestro pilar fundamental. La naturaleza devuelve lo que recibe, cuidamos y al máximo nuestro viñedo y el ecosistema que le rodea, y gracias a ese respeto recolectamos uvas de altísima calidad, nuestra materia prima.

Igualmente importante, la paciencia y dedicación. La magia de la elaboración del vino está en nuestra incapacidad de controlar el proceso. Cada decisión que tomamos define el vino que disfrutaremos dentro de años, y no sabremos el resultado de nuestras decisiones hasta el final.

Donde están ubicados vuestros viñedos ¿Qué particularidades os da el territorio en vuestros productos?

Tanto la bodega como nuestras fincas están en pleno corazón del denominado "Diamante de Oro" de la Ribera del Duero. Son viñedos situados en una de las zonas más privilegiadas de la región, cuidadosamente trabajados para conseguir la máxima expresión del terroir de la zona.

De edades comprendidas entre los 20 y 80 años, alguno de ellos ubicados en terrazas a una altitud casi 1.000 metros sobre el nivel del mar. La diversidad de suelos, la altitud y la orientación de los viñedos permiten una producción de uvas de alta calidad con características únicas que se reflejan en nuestros vinos.

¿Puedes definir en tres conceptos tu filosofía vinícola?

Bodegas Balbás es una bodega familiar, sexta y séptima generación trabajando de la mano con una filosofía clara: mantener nuestro legado familiar respetando el origen y la tierra como elementos diferenciadores; y continuar ofreciendo vinos únicos, adaptados a cada tiempo manteniendo nuestras raíces.

¿Cómo han influido los efectos del cambio climático en vuestros viñedos y en general en la zona?

El cambio climático es una evidencia, las temperaturas medias son más altas y tenemos que adaptarnos en la medida de lo posible. Las viñas no se pueden mover, pero en nuevas plantaciones nos decantamos por viñedos en altura, con temperaturas más bajas y viento que favorece a la sanidad.

Nosotros fuimos pioneros en plantar viñedos en altura a 940 metros de altitud, nuestra finca La Malata, con variedades Tempranillo y Merlot con cuyas uvas elaboramos uno de nuestros grandes vinos, Ritus, una joya enológica.

La añada actual, Ritus 2019 ha sido premiado por Decanter con 94 puntos. El jurado ha comentado que es "fabuloso y encantador con todo lo que se espera de un tinto como este, en el que el paladar está estructurado con taninos suaves, roble evidente y una sensación afrutada en boca".

¿Crees que hay un vino para cada ocasión?

Desde luego, cada vino nos despierta y expresa algo distinto. Para una reunión desenfadada con amigos, Pagos de Balbás es una opción perfecta. Sin embargo, para una cena tranquila, donde la buena conversación es la protagonista, sin duda eligiría Balbás Reserva o Ritus. Estos dos últimos son dos vinos muy diferentes, pero porque también depende mucho de los gustos de cada uno.

¿Cómo llegasteis al mundo de los vinos? ¿Qué fue lo que os hizo que apostaseis por dedicaros al mundo vitivinícola?

Nuestra historia se remonta a casi 250 años atrás, en la localidad Burgalesa de La Horra.

En aquella época, para el almacenamiento y transporte de vino, era práctica habitual elaborar botas con pieles de cabra. De esta manera nació un nuevo trabajo artesano, la botería. La familia Balbás estuvo muy vinculada al oficio de boteros y no lo dejaría hasta la llegada de las primeras botellas de vidrio a la zona. En aquel entonces, la familia comienza a elaborar vinos con uvas de cultivo propio, oficio que pasó de generación en generación hasta la actualidad que sexta y séptima generación están al frente de Bodegas Balbás.

¿De quién has aprendido a elaborar vino? ¿Tuviste algún mentor en este campo?

Somos una familia bodeguera: Juan José Balbás, tataranieto del fundador, su mujer, Clara de la Fuente, y sus hijas, Patricia y María Balbás, séptima generación de productores y comercializadores de vino.

De ellos, así como de Pedro de la Fuente, nuestro Enólogo, y Fernando Izquierdo, jefe de campo, ambos con más de 30 años de experiencia en Bodegas Balbás, aprendemos día a día y debemos aprovechar cada consejo al máximo porque es fruto de muchos años de dedicación, aprendizaje y lucha para alcanzar vinos de alta calidad y reconocimiento internacional que elaboramos actualmente.

¿Cuándo echó a andar vuestra Bodega?

Somos una familia bodeguera que en 1777 comienza su andadura en el oficio de la Botería, conservando en ellas los vinos que elaborábamos.

¿Cómo crees que se encuentran actualmente los vinos de vuestra D.O., frente al panorama nacional?

En Ribera del Duero elaboramos grandes vinos, y hemos alcanzado grandes éxitos y reconocimiento en un corto periodo de tiempo. La D.O. tiene escasos 40 años de recorrido, dato que conocemos muy bien porque conscientes del potencial de la región, fuimos una de las bodegas impulsoras de la Denominación de Origen Ribera del Duero, nacida en 1982.

Llegados a este punto, sería un error relajarnos. Debemos seguir en este camino.

¿Qué planes de futuro tenéis?

Tenemos por delante nuevos y grandes proyectos. Seguiremos innovando, desarrollando y aprendiendo porque el mundo evoluciona muy rápido. Nuestro deber es crear vinos únicos, continuar el legado familiar que recibimos, respetar nuestro origen y mirar al futuro con decisión y entusiasmo.

Queremos abrirnos al enoturismo, mostrar todo lo que hay detrás de cada botella, dónde empieza todo.