Los excesos se pagan

El desafío de la sobreproducción: la industria vitivinícola se enfrenta a nuevos retos económicos y busca soluciones para garantizar la rentabilidad del sector

David Manso

Lunes 27 de Marzo de 2023

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vendimia

"Quien guarda halla", es posiblemente la frase que más me repetían mis padres en mis años de juventud incitándome a la necesidad de tener un pequeño colchoncito monetario que me permitiera salir airoso ante posibles estrecheces venideras, circunstancias estas que tened por seguro siempre llegan. Este sabio consejo del refranero español que me repetían como un mantra, sirva de introducción a estas líneas que pretenden ser un reflejo y opinión personal ante una situación que no es nueva a la economía en general, y que no escapa al actual sector del vino. Hay ocasiones en las que guardar, si se hace en demasía, no es situación cómoda. Hallar hallarás, pero ¿qué hacer con lo hallado si no es deseado, si no tiene salida?

Ante la necesidad de hacer frente a la creciente demanda del mercado estos años pasados se ha motivado el incremento de la producción creando una economía basada en grandes volúmenes para satisfacerla, pero que a su vez es menos rentable económicamente. Toda producción en exceso, la sobreproducción, tiene ciertas ventajas, pero también cuenta con sus consecuencias, las cuales se agudizan en épocas de dificultades. Unos mayores inmovilizados, algo que produce un aumento de costes, bajadas de precios para dar salida al producto que recortan más los márgenes. Si con las bajadas de precios no se da salida al producto estos se siguen bajando, un círculo vicioso, un mal necesario que puede llevar a la "venta a pérdidas". Una solución cortoplacista y sin rentabilidad que bien podría servir para solucionar una situación puntual, pero que a la larga no es válida, ni acertada, ya que si es mantenida en el tiempo con toda seguridad lleve a la extinción de quien la practique.

Más serían las circunstancias y consecuencias a desarrollar como las subidas de costes de producción (energía, gas, abonos, etc.), el aumento de los costes directos e indirectos, las subidas de impuestos y aranceles, etc.  más propias de un artículo de tinte económico que el caso que nos ocupa, pero que sin duda afectan a la situación que actualmente vive el vino, y no únicamente al español, sino a nivel mundial. No debemos olvidar que el vino es un negocio, y como negocio ha de funcionar como tal, y para seguir funcionando ha de ser viable, y rentable. El vino, posiblemente, y recalco lo de posiblemente ya que no dispongo de un estudio actualizado que lo avale (según el INE en 2014 había en España 4.617 empresas fabricantes de bebidas, entre ellas y mayoritariamente de vino), pero no andará muy desacertada esta afirmación, y es que el producto con más referencias y con una de las mayores competencias, si no la mayor, en el mercado español es el vino.

Burdeos ya está arrancando viñedo a cambio de subvenciones, las causas, un exceso de producción que no encuentra salida ante la caída del consumo. Ya se ha aprobado arrancar en una primera fase 9.500 hectáreas de viñedo subvencionadas a 6.000 euros la hectárea. Un rescate en toda regla al vino de esta región francesa de 40 M de €. En Rioja, donde llevan ya un tiempo barajando la posibilidad de ir reduciendo la producción, se plantean arrancar un 10% del viñedo, el más reciente localizado en sus zonas menos propicias, a las que llaman "sin vocación vitícola", para el cultivo de la vid. Y probablemente saldrá algunas otras zonas más que, en mayor o menor medida, sufrirán esta problemática del exceso productivo. La razón común a todas ellas, un exceso de producción en años anteriores frente a la actual caída de la demanda, se consume menos vino.

Volviendo al sector del vino, a los problemas económicos anteriormente citados hay que sumarle la llegada en unos meses de una nueva cosecha, la cual no puede quedarse en el campo, y que encontrará dificultad para almacenarse con los depósitos y almacenes llenos, sin hablar de los ya existentes problemas para su salida al mercado, un añadido más a esta difícil situación. Los mercados, en este caso la ley de la oferta y la demanda, que es la que los regula, esa metafórica "mano invisible" de la que hablaba Adam Smith en su obra La Riqueza de las Naciones, debe jugar su papel y dar forma al actual mercado ajustándolo. Mientras esto ocurre, mientras los precios y la producción del vino se ajustan a la demanda varias son las soluciones que desde diferentes regiones vitivinícolas se proponen: arrancar viñedo, reducir la producción, apostar por calidad en lugar de cantidad donde menos es más, destilar para elaborar otros productos, desechar (tirar) vino...etc. Sea cual sea la solución que se tome para salvar esta situación, como las que se tomaron con anterioridad y seguramente las que se tomen en futuras ocasiones, que seguro vendrán, está claro es que los pague quien los pague, los excesos se pagan.

David Manso
Licenciado en Marketing y apasionado del vino.
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