Martes 25 de Octubre de 2022
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Por Ángel Marqués Ávila. Periodista
La de Viñedos Alonso del Yerro es la historia de una ilusión. La que comparten María del Yerro y Javier Alonso, que desde el año 2002, esgrimiendo los apellidos de sus hijos, se instalaron en la finca Santa Marta (Roa, Burgos) para trabajar un conjunto de parcelas rigurosamente seleccionadas, plantadas con uvas de la variedad tempranillo, con el objetivo de elaborar vinos de gran calidad. En el año 2007, la familia Alonso del Yerro, amplió sus horizontes vinícolas adquiriendo, el viñedo Pagos de Miguel, en la D.O. Toro, que ha dado lugar a un nuevo vino, Paydos, elaborado con los mismos principios cualitativos que sus “hermanos” de la Ribera del Duero, pero con el carácter que aporta la variedad tinta de Toro en los mejores viñedos de la provincia de Zamora.
HISTORIA
La historia de la marca Alonso del Yerro es una preciosa historia familiar de pasión, sueños e ilusión. Esta historia es la misma que compartimos cada uno de los miembros de la familia Alonso del Yerro desde que, en el año 2002, decidiéramos dejar Madrid para comprar 26 hectáreas de viñedo de tempranillo plantado hacía 15 años e instalarnos en la Finca Santa Marta en Roa, Burgos. Fue entonces cuando comenzamos nuestro sueño, nos dice María del Yerro, cofundadora del proyecto.
Y nos apunta, que la trayectoria de la bodega no es solamente la historia de los que la pusimos en marcha, sino la de muchas otras personas que hemos tenido alrededor nuestro.
Para conocer un poco la actualidad de la bodega y de su entorno, mantuvimos un diálogo, con María del Yerro:
En la parcela que tenemos en la D.O. Ribera del Duero, el año comienzo con uno de los inviernos más secos que se recuerdan por la zona, con las reservas de agua en el suelo antes de brotación por debajo del 50%. Una brotación tardía a principios de mayo nos libra de las heladas de abril, pero una ola de calor a mediados de mayo con temperaturas más propias de agosto hace que las plantas corran mucho y el ciclo se adelanta rápido, lo que nos lleva a una floración temprana y heterogénea. Otra ola de calor a principios de junio provoca una alta tasa de aborto durante el cuajado, dando lugar a racimos irregulares y adelantándonos que la cosecha será muy escasa. De mayo a agosto únicamente recibimos 20 mm de lluvia (un 80% menos de lo habitual) lo que nos obliga a reducir la carga en algunas zonas para asegurarnos de que las plantas más debilitadas serán capaces de sobrevivir. Septiembre sigue siendo igual de cálido y seco que el resto del verano, así que empezamos la vendimia el 19 de septiembre. La vendimia es lenta y con menos rendimiento incluso de lo esperado, dando luna cosecha finalmente de solamente 1.500 kg/ha.
Únicamente nos queda consolarnos pensando que hemos hecho lo mejor para nuestras plantas y que serán capaces de soportar futuras sequías con mayor facilidad. ¡Eso, y que los vinos tras el descube se muestran muy aromáticos y con gran equilibrio!
En la que tenemos en Toro, ha sido parecido, pero cada vez que nos acercábamos a la viña nos quedábamos alucinados del comportamiento de las plantas en un año tan seco. Claramente, los 80 años de las plantas son clave en este tipo de suelos, haciéndolas capaces de encontrar el agua en las arcillas profundas de nuestra viña. La vendimia se hizo el 7 de septiembre eligiendo muy bien las zonas de la viña que destinaremos a hacer nuestro Paydos 2022.
Creo que si algo nos caracteriza es haber creado un perfil propio y cada vez son más los que consideran Alonso del Yerro como elaboradores de vinos con alma, de gran calidad y a precios acordes a esa calidad.
El papel de las tiendas especializadas es realmente esencial, pues son los que explican al consumidor por qué elegir un vino y hacen un poco de psicólogos a la hora de recomendar un vino u otro.
Elaboramos vinos de calidad procedentes de nuestros propios viñedos, con la variedad tempranillo y reflejando siempre la añada y el terruño del que proceden. Son vinos sinceros, elaborados para disfrutar.
Por la pasión por el mundo de los vinos adquirida durante los años que estuvimos viviendo en La Rioja.
La confianza en poder hacer algo diferente dentro de este mundo del vino y de poder disfrutar con nuestro trabajo.
El pasado, una época preciosa, en la que disfrutamos con cada paso que dimos y aprendimos de los mejores a catar uvas y vinos, así como a amar la viña. Fue una lucha por hacernos un hueco en este mercado, pero un período lleno de buenos momentos… y no pocas dificultades e incertidumbres. El presente, muy satisfactorio, después de veinte años, con la alegría de ver que nuestros vinos se han ganado un lugar en el mundo y aprendiendo e investigando para mejorar, pues sabemos que es la única manera de alcanzar el éxito. El futuro, con una continuidad, comenzada ya con la incorporación de nuestro hijo Miguel, un ingeniero agrónomo que se unió a nuestro sueño en 2011 y que ya es el enólogo de Alonso del Yerro. Tenemos 5 hijos y 12 nietos, y de momento, todos se sienten muy orgullosos de pertenecer a nuestra empresa.
Creo que hay muchos buenos vinos y que depende del gusto de cada uno. Para mí es muy relevante dejarme aconsejar por un experto si no conozco un vino y ese experto me preguntará cuáles son mis preferencias, antes de aconsejarme uno u otro vino; es decir, si me gustan con cuerpo o ligeros, minerales o frutales, de una variedad o de varias, etc. Y es en ese momento cuando disfrutaré de un buen vino.
Que es apasionante, que a todos los bodegueros nos une el amor y el respeto a la tierra y eso es algo excepcional. Que hay miles de historias alrededor de un buen vino y que esas historias merecen ser contadas, y que son lo que hacen a ese vino único e irrepetible.
Seguir trabajando como hasta ahora, de manera profesional, con absoluto respeto a la tierra y a la zona donde estamos y seguir haciendo grandes vinos, cada día mejores.
No nos llamamos bodega en ningún momento, somos VIÑEDOS Alonso del Yerro y creo que eso es lo que nos define: nuestros vinos se hacen en el viñedo. Somos absolutamente familiares, y para nosotros, la familia es lo más importante para nosotros. Somos fieles a nuestra ética y solamente elaboramos con nuestras uvas. Como ejemplo, los años en que no hemos elaborado María porque la calidad no iba a ser óptima para ese vino. Somos profesionales, desde el inicio nos rodeamos de los mejores para hacer los mejores vinos. Por eso, contratamos a
Soy fundadora, junto a mi marido, de Viñedos Alonso del Yerro y actualmente dirijo la empresa junto a nuestro hijo Miguel, al tiempo que me ocupo de la Comunicación y las RR.PP.
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