Sangre y vino: un drama rodeado de vino

¿Eres amante del vino y el cine negro? Entonces no debes perderte la película Sangre y Vino. Esta cinta del año 1996 contiene todos los ingredientes para disfrutar de una historia en la que el lujo, los diamantes, las relaciones personales y el vino se entremezclan. Su solvente plantel de actores y la dirección del veterano Bob Rafelson hacen de Sangre y Vino una película imprescindible.

5 razones por las que ver Sangre y vino

El vino

Jack Nicholson interpreta a Alex Gates, un empresario en horas bajas que regenta un servicio de importación y venta de vinos de alta gama. Sus clientes pertenecen a las altas esferas de Miami y se ve rodeado de un mundo de lujo que le está dando la espalda. Bajo el telón de fondo del vino, su negocio y forma de vivir, se sucederá una historia plena de drama e intriga.

El vino en esta cinta es el elemento que desencadena la acción. Lo más interesante para los aficionados al vino es descubrir la figura del especialista en vinos de alta gama. El trabajo de Alex Gates consiste en seleccionar y comprar vinos exclusivos para las bodegas de los habitantes más ricos de Florida.

¿Y qué mejor que disfrutar de esta película mientras degustas un buen vino? Esta película, hecha con la elegancia del artesano del Hollywood de siempre, marida bien con un vino complejo, amplio en boca, carnoso y con cuerpo, elegante y con un toque sorprendente.

Para meternos aún más en la trama de la película, te recomendamos que la disfrutes con una botella de vino californiano elaborado con cabernet sauvignon. 

El duelo interpretativo

Siempre es un placer ver en pantalla a Michael Caine y Jack Nicholson. Y en el caso de Sangre y Vino los vemos juntos en dos de los papeles protagonistas. El choque interpretativo entre la sobriedad de Caine y el histrionismo de Nicholson es uno de los puntos fuertes de esta película.

No en vano, Michael Caine ganó la prestigiosa Concha de Plata del Festival de San Sebastián por su trabajo en esta película.

Además, podemos descubrir, en uno de sus primeros papeles importantes, a una joven Jennifer López con una carrera que estaba despegando. También al actor de moda en los 90, Stephen Dorff y a la multipremiada actriz australiana Judy Davis encarnando a la esposa de Jack Nicholson.

El tándem Nicholson-Rafelson

Bob Rafelson es un director no demasiado prolífico, pero que ha dado a la historia del cine títulos nada desdeñables. La relación profesional entre el director y Jack Nicholson comenzó en la televisión, cuando Jack Nicholson todavía era un joven y desconocido actor. Desde entonces han colaborado en múltiples ocasiones, entre la que destaca la película de 1981 El cartero siempre llama dos veces, un remake del clásico de 1946.

Sangre y Vino, o Blood and Wine en su título original, era un guion de Rafelson que no contaba con el apoyo de ninguna productora. Fue el empeño de su amigo Nicholson, que se ofreció a protagonizarla, lo que hizo que la Fox se decidiera a apostar por el proyecto.

La historia

Rafelson ha declarado que no tenía un género establecido para contar su historia, simplemente quería reflejar la historia de la “desintegración de una familia”. El hecho de que sea una película de suspense ayuda a crear una atmósfera tóxica y destructiva, aderezada por las dosis de acción justas.

Los personajes

El trabajo actoral facilita al espectador creerse a los personajes y acompañarlos en sus arcos argumentales. La película no solo cuenta un robo que se complica. Narra la vida de personajes a los que se puede calificar como perdedores y antihéroes, y eso siempre es interesante.

Resumen de la película Sangre y vino

Sangre y Vino es una película que cuenta la historia de Alex Gates (Jack Nicholson), un comerciante de vinos que ve cómo su negocio se encamina a la quiebra. Para salvarlo, planea el robo de un collar de diamantes valorado en un millón de dólares. Su cómplice es el experto ladrón británico Victor Spanski, interpretado por Michael Caine. También cuenta con la colaboración de Gabriella (Jennifer López), que servirá como cebo para sustraer la joya.

Lo que debería ser un trabajo limpio y fácil se convierte en una sucesión de problemas cuando se apoderan del collar la mujer de Alex Gates (Judy Davis) y su hijo (Stephen Dorff). Y es que, en el cine negro, las cosas no suelen salir como se planean.

Bajo esta premisa, Blood and Wine habla de traición, infidelidad y codicia. Es un relato que sigue los cánones del cine noir más clásico desde un punto de vista descarnado y con una mirada dura hacia los personajes.

Sangre y vino es una película perfecta para ver en una noche de lluvia con una copa de vino tinto en la mano.