Excedente de vino. Cuando la abundancia es un problema

Con el consumo de vino a la baja los excedentes se acumulan en las bodegas. La tendencia apunta a que esta tónica se mantendrá un tiempo. El vino ha de salir, pero cómo?

David Manso

Miércoles 17 de Febrero de 2021

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La uva no se puede quedar en el campo. Rentabilizar todo el trabajo y esfuerzo realizados en un año marcado por la pandemia y con un consumo en horas bajas es vital para seguir bajo esta difícil situación. En el caso de los exclusivamente viticultores, carentes de bodega que les permita almacenar litros y litros de mosto fermentado, existe la necesidad de vender a toda costa una cosecha que de no ser así terminaría pudriéndose en el campo. Una uva que tendrá como destino final bodegas y cooperativas y que será una inyección económica vital para poder seguir próximas campañas.

Pero vuelve a llover, y esta vez sobre mojado de la ya anteriormente mojado. Muchas bodegas no han dado todavía salida a parte de la cosecha del 2019, que además se ha juntado con la más reciente 2020, y para complicar aún más la situación, en apenas medio año tenemos a la vista la 2021. Escasez de vino no hay, el problema es de demanda.

Las tendencias señalan que hasta que llegue la tan esperada "nueva normalidad", el consumo de vino seguirá a la baja manteniendo unas reducidas cifras. El escenario actual motivado por la crisis sanitaria del COVID ha provocado el cierre del sector turismo y de la hostelería, motores importantes de nuestra economía global. Una parte del consumo que se realizaba fuera del hogar, no era el mayor consumo pero sí parte importante, no se ha visto del todo trasladado a los hogares. Situaciones en las que el vino estaba presente a diario en la mesa y que hoy al haber sido suspendidas han dejado esta parte del consumo reducida hasta que se vuelvan a reactivar. Mientras, el vino permanece en los botelleros y depósitos de las bodegas a la espera de ser reclamado.

Morir de éxito

Esta frase cuyo significado aprendí en la universidad y situación que he podido presenciar en mi vida profesional, se aplica a ciertas situaciones de empresa, las cuales se encuentran desarrollando su expansión durante una época de bonanza, o bien por malas decisiones tomadas en periodos de crisis, y que pueden llevan a un negocio a un dramático final si no se corrigen. Su cierre. No olvidemos que una bodega no deja de ser un negocio, y como tal los números mandan. La falta de ventas hace que las empresas entren en pérdidas y si no se subsanan terminen por ahogarles. Un exceso de stock, en este caso de vino, y la falta de ventas pueden llevar a ciertas bodegas al fatídico desenlace. El vino se puede almacenar en depósitos y botellas, pero necesariamente hay que hacerlo cash, es decir transformarlo en liquidez con la que hacer frente a los pagos. A la pregunta: se puede almacenar vino?. La respuesta es: Sí. Y durante cuánto tiempo?. Bajo esta situación yo no me preguntaría cuánto tiempo se puede almacenar, sino más bien.... hasta cuándo?.

Ante esta situación qué se puede hacer?

Mantener los depósitos llenos mientras se pueda y sea sostenible económicamente a la espera de tiempos mejores. Algo que podría ser un problema a futuro si la situación se alarga. Esto, llegado el caso, también permitiría a la bodega ofrecer el vino para su venta bien a granel para exportación, a alcoholeras para su destilado o para la elaboración de otros productos derivados, por ejemplo vermú. Salidas menos rentables pero que significan liquidez, ahorro de costes de mantenimiento y a su vez liberan un espacio de almacenaje necesario ante una nueva cosecha que llegará en apenas seis meses.

Lo embotellado, embotellado está, y no queda otra que darle salida por las vías y conductos que sea. Retroceder en el proceso ante un vino ya embotellado es más costoso que si es vendido a un precio más bajo aunque sólo sea para cubrir gastos. Ofertas al consumidor o a las grandes superficies son algunas de las posibles salidas. También cobra importancia la venta online desde la propia bodega. El mercado digital ha cogido gran fuerza desde el confinamiento experimentando una importante alza en cuanto al número de consumidores, oportunidad que no se bebe dejar pasar.  Dicen que "grano no hace granero, pero ayuda a su compañero". Muchas ventas minoritarias, generalmente más rentables al no haber intermediarios, al final cifran un volumen importante para el conjunto del negocio.

Otra  de las soluciones que desde varias administraciones públicas se han planteado es la de realizar "vendimia en verde". Con esto se busca limitar las producciones para que esos depósitos no se vean desbordados ante una mayor cantidad de litros que produciría una cosecha que no se viera mermada. Con esta labor y al reducir la producción los precios se estabilizarían o sufrirían una menor caída.

David Manso
Licenciado en Marketing y apasionado del vino.
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