Vino de grifo, la última moda en Europa

Cada vez cobra más fuerza la tendencia originaria de EE.UU. y que está arrasando en Londres: Servir vino dispensado directamente de grifo (al estilo cerveza)

Jueves 06 de Agosto de 2015

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Al igual que ocurre con muchas innovaciones en el mundo del vino, este concepto, denominado 'wine on tap', se originó en los EE.UU. y, aunque ha tardado mucho tiempo en 'cruzar el charco', finalmente ha llegado a Europa.

Restaurantes en las principales ciudades de Estados Unidos como Nueva York, Los Ángeles, San Francisco y Atlanta han estado vendiendo vertiginosamente vino de barriles desde 2011. El pasado año, 2014, el número de establecimientos con servicio de venta de vino directamente de barril en Estados Unidos se ha incrementado un 68%.

Proyectos como 'Free Flow Wines', creado en 2009, o 'The Project Gotham', que hizo su debut en 2011, fueron precursores de esta nueva manera de comercialización del vino.

El suministro de estos tipos de vinos en barril en lugares emblemáticos como el 'Grand Central Oyster Bar' en la estación Grand Central y 'Terroir' en Manhattan, ayudó a cambiar la forma en que los estadounidenses consumen vino.

Para Charles Bieler, uno de los precursores de esta forma de comercialización, cofundador de 'The Project Gotham', no sólo se está vendiendo "un nuevo concepto", sino que además se está ofrciendo una mayor calidad de producto. "Queremos ofrecer vinos que pueden competir con los mejores del mundo en calidad y en precio", afirma Bieler.

En la actualidad la firma de Bieler ofrece vinos de varias regiones del mundo: Alemania, California, Italia, Rioja (España), o Mendoza (Argentina), entre otros.

Cruzando el 'charco', en Londres, parece que la tendencia coge fuerza. Impulsado por establecimientos como la cadena 'Vinoteca', que fue uno de los primeros en unirse a la moda norteamericana, convirtió en todo un éxito la dispensación de vinos de barril mediante grifo. "Está funcionando incluso mejor de lo que esperábamos" explica el co-fundador del establecimiento Charlie Young. "La gente pide vino según lo van necesitando con los platos. También funciona muy bien como acompañamiento veraniego y por las noches".

"Está siendo un absoluto éxito. Vendemos más Riesling de barril que cualquier otro de nuestros vinos en botella", afirma Gus Gluck, gerente de Vinoteca.

Otro caso de éxito en el barrio londinense de Soho es el restaurante especializado en mariscos y pescados, Rex & Mariano que, bajo una cuidada estética de griferías cromadas y marcas de vinos escritas con tiza blanca sobre pizarras, ofreciendo al tiempo una imagen de tradición y calidad, dispone actualmente de una gama de más de 50 vinos de barril.

"Los restaurantes y bares más innovadores en los EE.UU. han incorporado el vino de barril en su oferta. Sabía que era algo que teníamos que traer al Reino Unido", explica Marcos Andrés, responsable de compras del establecimiento, y agrega: "Los vinos en barril con los que trabajamos tienen un sabor tan fresco que parece que salieron directamente de la bodega a la mesa".

Adam Green, director de este mismo establecimiento, afirma que "las barreras comerciales a este nuevo modelo de ventas del vino está en las limitaciones mentales del hostelero, y no en los clientes que siempre están abiertos a probar nuevas cosas y les encanta la idea de degustar un vino de barril como si saliese directamente de la bodega. Es necesario que los restaurantes y bares salgan de su zona de confort", revela Green, eso sí, puntualizando que para que este sistema funcione no están interesados en "servir los vinos más baratos, sino vinos de calidad", dice.

La recientemente inaugurada cadena Burger & Lobster (hamburguesa y langosta), en Threadneedle Street, también ofrece a partes iguales tintos y blancos de calidad en barril, entre sus referencias nos encontramos un Albariño Rías Baixas español.

El restaurante de lujo 'Avenue' en St James acaba de dar el salto con éxito a los vinos de barril, demostrando que el concepto es capaz de ir más allá de los establecimientos casuales o más informales. Avenue es el primer restaurante clásico en vender vino de barril. Y todo apunta a que otros sitios como D&D London o Gordon Ramsay Holdings se sumarán a la tendencia.

Los beneficios del vino de barril son obvios: Ahorra una cantidad considerable de costes de envasado y envío, ya que sólo se vende el vino no el envase (mecanismo similar a la cerveza). Además transmite fiabilidad a los consumidores, lo que significa que perciben el vino como de mayor calidad a nivel de entrada, seguridad porque no necesitan comprar una botella completa pudiendo probar varios vinos, y novedad al tratarse de un sistema poco habitual.

Los barriles reciclables son también considerablemente más ecológicos que sus contrapartes en botella, reduciendo la huella de carbono de un vino y ahorrando espacio de almacenamiento en restaurantes.

En cuanto a la calidad del vino, el formato de barril asegura que el vino se mantiene sin contacto con el aire y por tanto en perfecto estado durante mucho más tiempo, lo que garantiza al consumidor un sabor fresco en cada copa.

Por último, el vino servido de este modo entraría en competencia directa con el mundo de la cerveza, al ofrecer un consumo más económico, más flexible, casual, e informal. Por ahora, parece que el consumidor responde positivamente ante esta nueva tendencia.

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