Cinco regiones vinícolas de California ofrecen alternativas tranquilas y personalizadas al enoturismo tradicional

Lodi, Livermore, Temecula, Santa Ynez y Santa Cruz Mountains apuestan por la innovación, la sostenibilidad y experiencias exclusivas para visitantes

Viernes 09 de Mayo de 2025

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California wine country expands beyond Napa as new regions attract visitors

California cuenta con varias regiones vinícolas menos conocidas que ofrecen una experiencia diferente a la de los destinos más populares. National Geographic ha recomendado esta semana cinco zonas para quienes buscan conocer el vino californiano en un entorno más tranquilo y personalizado.

Lodi se sitúa a unos 145 kilómetros al este de San Francisco. El viento fresco que llega desde la bahía crea condiciones favorables para el cultivo de uva. En sus inicios, Lodi prosperó gracias a la Flame Tokay, una variedad de uva de mesa. Sin embargo, en los años ochenta, la demanda de uvas sin semillas provocó que los agricultores sustituyeran miles de hectáreas por viñedos destinados a la producción de vino. Actualmente, Lodi produce cerca del 20% de las uvas vinícolas del estado, superando incluso a Napa y Sonoma juntos. El centro del pueblo conserva su ambiente tradicional, con el Arco de Lodi y murales como “Cycles of Suffrage”, que recuerda la aprobación de la 19ª Enmienda en Estados Unidos. Los visitantes pueden reservar visitas guiadas gratuitas para conocer la historia local y después recorrer las bodegas en el Lodi Wine Trolley o por cuenta propia. Calivines Winery & Olive Mill es una opción donde se puede disfrutar de catas combinadas de vino y aceite de oliva en su terraza.

Livermore Valley se encuentra a solo 45 minutos en coche al este de San Francisco. Es una de las regiones vinícolas más antiguas del país, con actividad comercial desde 1883 gracias a pioneros como Carl H. Wente y James Concannon. La zona cuenta con una comunidad activa de mujeres propietarias y enólogas, lo que fomenta la innovación y el apoyo mutuo. Los precios para catar vinos aquí recuerdan a los que tenía Napa hace dos décadas, y es habitual que los propios productores atiendan las degustaciones, lo que permite conocer mejor el proceso de elaboración. Livermore Valley presta especial atención al impacto del cambio climático: muchos viñedos han eliminado herbicidas y pesticidas, emplean riego por goteo para ahorrar agua y utilizan ovejas para mantener los pastos durante la temporada baja. Sauvignon Blanc y Cabernet Franc han sido reconocidas como variedades emblemáticas por su adaptación al clima y al suelo local.

Temecula Valley está situada entre Los Ángeles y San Diego, tierra adentro. Aunque se asocia con temperaturas altas, las mañanas y noches frescas ayudan a conservar la acidez natural de las uvas mientras desarrollan sabor durante la maduración. La región es conocida por su espíritu innovador; en Bottaia Winery, por ejemplo, los visitantes pueden crear su propio vino en un laboratorio especializado. Muchas bodegas producen cantidades limitadas cada año, por lo que es necesario acudir personalmente para probar sus vinos. Wilson Creek Winery ofrece un Viognier bien valorado y un espumoso de almendra muy apreciado en verano. Una forma popular de conocer el paisaje es sobrevolar los viñedos en globo aerostático al amanecer.

Santa Ynez Valley se ubica cerca de Santa Bárbara, en la Costa Central californiana. Las montañas orientadas de este a oeste permiten la entrada del aire fresco del Pacífico, lo que favorece el cultivo de chardonnay, pinot noir y otras variedades. La zona está formada por seis pequeños pueblos agrícolas donde predomina un ambiente relajado. Fess Parker es una bodega donde se puede montar a caballo entre viñedos antes de disfrutar una cata al aire libre. En Solvang, un pueblo danés cercano, los visitantes pueden pasear en tranvía tirado por caballos y probar dulces típicos como kringle o galletas danesas en Olsen’s Danish Village Bakery. Clairmont Farms ofrece paseos entre campos de lavanda y productos elaborados con esta planta.

Santa Cruz Mountains AVA presenta una geografía singular entre el océano y el bosque, con casi 300 pequeños productores repartidos por las laderas montañosas. La mayoría son bodegas familiares con distribución limitada y salas de cata pequeñas donde los visitantes reciben un trato cercano. Burrell School Vineyards en Los Gatos permite probar chardonnay o cabernet franc desde su terraza con vistas a los viñedos; además, admiten perros. Cooper-Garrod Vineyards en Saratoga ofrece catas acompañadas de música en directo y la posibilidad de ver caballos residentes. Para quienes buscan una experiencia diferente, Chardonnay Sailing Charters organiza cruceros por la bahía de Monterey con catas a bordo, pizza y vistas al atardecer sobre el Pacífico.

Estas regiones muestran cómo California ofrece alternativas al turismo del vino tradicional, permitiendo descubrir nuevas propuestas lejos del bullicio habitual y con un trato más personal tanto en las bodegas como en las actividades complementarias disponibles en cada zona.

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